miércoles, 3 de julio de 2019


Cuarta Feria 3 de Julio

SANTO TOMAS, APÓSTOL


Patrono de jueces, constructores, arquitectos y teólogos. También de las ciudades: Prato, Parma, Urbino.

Vamos también nosotros, para morir con Él”
¡Señor mío y Dios mío!

Breve
Desde el siglo VI, se celebra el día 3 de julio, el traslado de su cuerpo desde Edesa. Sus huesos, están en la Catedral de Ortona, Italia.

Simbología: espada, cinturón de la Virgen, ya que se afirma que la Virgen se lo obsequió, cuando fué elevada hasta los Cielos.

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Santo Tomás era judío, y probablemente galileo. Trabajaba como humilde pescador de oficio. Tuvo la felicidad de seguir a Cristo, que lo hizo Apóstol, en el año 31.

Tomás es conocido, entre los demás apóstoles, por su incredulidad, que se desvaneció, en presencia de Cristo resucitado; él proclamó la fe pascual de la Iglesia, con estas palabras: «¡Señor mío y Dios mío!». Nada sabemos con certeza, acerca de su vida, aparte de los indicios que nos suministra el Evangelio. Se dice que evangelizó la India.

No podemos olvidar, que él respondió a favor de Jesús, estando dispuesto a acompañarlo a Jerusalén, a pesar de saber que los Fariseos planeaban la muerte del Divino Maestro. Santo Tomás dijo: "Vamos también nosotros, para morir con Él". Así de ardiente, era el amor de este discípulo, por su maestro, aún antes del descenso del Espíritu Santo.

Siendo uno de los doce Apóstoles, escogidos por Jesús, (cf. Mateo 3,10), es recordado por muchos, porque no aceptó el testimonio de sus compañeros, sobre la visita que recibieron, de Jesús resucitado.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos, cuando vino Jesús. Los otros discípulos, le decían: «Hemos visto al Señor» (Juan 20,24)

Tomás, como muchos hoy en día, pensó que lo que decían, era producto de la histeria. Ellos se habían equivocado, pensaba, por creerle a las mujeres. Y cuanto más ellos insistían, más él lo negaba, haciéndose ver como el más "equilibrado", y "sensato" de entre ellos.


Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y Tomás estaba con ellos. Se presentó Jesús en medio, estando las puertas cerradas, y les dijo: «La paz sea con vosotros»  Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; trae tu mano, y métela en mi costado, y en adelante, no seas incrédulo sino creyente» (Juan 20,26-27)

La respuesta de Tomás, es una poderosa profesión de fe en la divinidad del Señor, la cual repetimos antes de comulgar. Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío» (Juan 20,28)

Le dice Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto, y han creído» (Juan 20,29)

Debemos reconocer, que como Santo Tomás, todos hemos pecado. Nos cuesta aceptar que Jesús es Dios, que ha venido a la tierra. Pero Tomás se humilló, y reconoció al Señor. Más tarde, dio su vida, muriendo mártir por Él. Por eso, es tan buen ejemplo para nosotros.

Ya durante la vida terrena de Jesús, Santo Tomás había dado ejemplo a los otros, haciéndose disponible, y dándoles ánimos, en momentos difíciles:

Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros, a morir con Él» Juan 11:16

Recordamos también, que fue a una pregunta de Santo Tomás, la que dio lugar a que Jesús se revelase, como Camino, Verdad y Vida: Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Le contesta Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Mí». (Juan 14,5-6)

Después de la venida del Espíritu Santo, Santo Tomás comisionó a Tadeo, para que bautizara e instruyese a Abgar, rey de Edessa. Según Eusebio, este rey escribió a Jesús, invitándolo a visitar su reino, y así Él pueda curarle, de una enfermedad que le afligía.

Cristo en respuesta, le dijo que debía cumplir con la tarea, para la que fue enviado, y después regresar a Aquel que lo había enviado; pero que después de su Ascensión, Él enviaría a uno de sus discípulos, a sanarlo, y dar vida a él y su familia.

Esta promesa de nuestro Señor, fue cumplida por Santo Tomás, quien envió a Tadeo, no solamente a sanar a este rey, sino también, para plantar la semilla de la fe, en esta nación.

Se sabe que en su labor apostólica, Santo Tomás, predicó en Persia y sus alrededores; se menciona también a la India y a Etiopía.

Se cree que Santo Tomás, sufrió el martirio en la costa de Coromandel, India, donde su cuerpo fue descubierto, con ciertas marcas, de que fue muerto con lanzas, y ese tipo de muerte, es tradición en los países del Este. Se sabe que su cuerpo, fue trasladado a Edesa, donde fue enterrado en los grandes sepulcros, donde también se hallaba San Juan.

Los apóstoles eran personas humildes y sencillas, con las habilidades básicas para la vida cotidiana. Pero fueron escogidos por Cristo, hechos sus amigos, alcanzando la plenitud, con sus Gracias y Santa Caridad, y exaltados en su dignidad espiritual, de príncipes de su reino, y jueces de este mundo.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que a imitación, y por la intercesión de Santo Tomás Apóstol, ayúdanos a creer, y vivir coherentemente, de acuerdo al Santo Credo en Jesucristo, a quien Tú enviaste, como nuestro Divino Maestro, Señor y Redentor. Que siempre lo reconozcamos, como Camino que conduce a la Verdadera Vida. Amén.


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