Cuarta
Feria, 24 de julio
Santa
Cristina
Virgen
y Mártir
Tur
(Italia), 300.
Breve
Nacida
en Tur, junto al lago de Bosena (Italia); su padre Urbano, que era
prefecto, fue su mismo verdugo. Convertida al cristianismo, mandó
fundir todos los ídolos de plata y oro, que guardaban en casa sus
padres.
El
castigo de esta heroicidad de la hija, fue de lo más terrible, que
se lee en las actas de los mártires.
Los
verdugos desgarraron sus carnes con garfios; siguieron la cárcel, la
cama de hierro al rojo, el horno encendido; pero de todos estos
tormentos, la libró milagrosamente el Cielo. Julián, que sucedió
como verdugo de Cristina, la mandó atar a un poste, y asaetearla;
los Santos Padres alaban la constancia de esta mártir, modelo de
hijas y vírgenes cristianas.
La
iconografía la representa, en variadas formas: Con flechas,
sosteniendo una piedra de molino, con serpientes. Desde 1969, el
culto se limita a los calendarios locales.
------------------------------------------------------------------------
Nació
en Toscana, en la margen derecha del lago Bolsena, en un villorrio,
frecuentemente sacudido por elementos naturales, y al mismo tiempo,
transformado por diversas culturas, en el transcurso del tiempo.
Cristina
es la hija de Urbano, gobernador pagano de la región, y presentado
por los libros antiguos, como enemigo acérrimo de los cristianos. La
niña se ha aficionado desde pequeña, a aquello que cuentan de ese
Cristo, tan perseguido y maltratado; la curiosidad primera, se cambia
en pensamiento, cuando descubre que son muchos, los cristianos
juzgados por su padre, y condenados porque son fieles a Cristo,
dispuestos a dar la vida por su ideal.
Crece
más y más la simpatía, y a escondidas, busca datos de unas señoras
cristianas; la instruyen y la forman; se bautiza en secreto, y toma
el nombre de Cristiana.
Entre
juego y travesura formal, ha hecho algo, que saca de quicio a su
padre, y será el motivo, de que la lleve al martirio; no se le ha
ocurrido otra cosa, que apañar las estatuillas de ídolos, que su
padre siempre ha conservado con esmero, casi como un patrimonio
familiar; las ha tomado por suyas, las ha
destrozado, y ha dado el rico material de que estaban hechas, a los
pobres, para remedio de su necesidad.
El
padre ha descubierto su condición, y lleno de ira, al notar la
rebeldía de la niña, la trata con peores modos, que a los demás
cristianos. "No se ha de decir en el mundo, que una niña me
dio la ley, ni que estos hechiceros de cristianos, triunfan sobre
nuestros dioses, en medio de mi propia familia. Yo veré si sus
hechizos, pueden más que mis tormentos, y si la paciencia de una
hija, ha de hacer burla, de la cólera de un padre".
El
gobernador manda usar con ella, azotes y garfios, admirándose de que
Cristina, persista en su actitud. Manda el desnaturalizado padre,
preparar un brasero ardiente, para quemarla poco a poco; mas el
brasero se hizo una hoguera, que abrasó a los verdugos, y a los
curiosos cercanos.
La
puso en la cárcel, para que cambie de actitud, ante la lobreguez de
la mazmorra, la oscuridad y el hambre; pero allí es consolada, con
luminosas apariciones de ángeles, que le curan sus heridas, y le
prometen protección.
El
padre, a los pocos días, manda atarle al cuello una pesada piedra, y
arrojarla al lago; sin embargo un ángel, la transporta a la orilla.
Esa noche, muere de un sofoco Urbano, en su cama.
Mandan
las autoridades, un nuevo gobernador, que se siente estimulado a
proseguir el asunto Cristina, presumiendo que su padre, por padre, no
supo solventarlo.
Se
llama Dion, y ya piensa en nuevas crueldades: estanque de aceite
hirviendo, mezclado con pez, del que la niña Cristina es liberada.
Luego la manda llevar al templo de Apolo, para obligarle a ofrecer
sacrificio, pero ante el asombro de todos, el
ídolo se derrumba, y se hace polvo, ante el mismísimo gobernador,
que muere en el acto, ¡claro que los verdugos, y miles de
testigos presenciales, proclaman espantados a gritos, que es el de
Cristina, el único Dios!.
El
tercero de los gobernadores poderosos, se llama Juliano, quien
preocupado por el caso pendiente, lo ha estudiado con detenimiento,
llegando a la conclusión, de que se trata de artificios,
encantamientos y magia, que todos los cristianos profesan.
Por
ello, maquina nuevos procedimientos, para hacer desistir a la niña
Cristina, de sus pertinaces rebeldías, y conseguir que el poder
romano, y los dioses propicios, terminen con la situación, que ha
puesto al borde del caos, a la región.
Mandó
preparar un horno encendido, donde mete a la niña, para que el fuego
la consuma; siete días la tiene allí, sin conseguir que le suceda,
daño alguno.
Luego
será una habitación oscura, plagada de serpientes, víboras y
escorpiones venenosos, de la que sale indemne, y sin ninguna
picadura, cantando alabanzas a Dios; la desesperación del
mandatario, llegó entonces al extremo, de decretar cortarle la
lengua, pero ¡oh prodigio!, ahora canta más fuerte y mejor.
Y
acude, arremolinándose, toda la comarca, ante la contemplación
evidente, del triunfo de la debilidad
cristiana, ante la fortaleza y brutalidad romana.
Arrastran
un tronco caído, en donde atan a la delicada niña, para que las
saetas atraviesen su cuerpo, y ella decidida, le suplica al buen
Dios, rendirle su espíritu con el martirio.
Dicen
que sus restos, se trasladaron de Toscana, a Palermo, en Sicilia,
donde es reverenciada.
----------------------------------------------------------------
Hay
otras santas, con este bendito nombre. Bendito porque se deriva del
nombre de Cristo.
Santa
Cristina
Fiesta:
13 de marzo.
Doncella
procedente de Persia. Nada se sabe de su vida, sino lo mas
importante: Murió azotada, mártir por su fe en Cristo.
Cristina
Mirabilis (la maravillosa)
Fiesta:
24 de julio.
1150-1224.
Nacida
en Brusthem, cerca de Liege, Bélgica. Era de familia
campesina, y a la edad de 15 años, ella y sus dos hermanos, quedaron
huérfanos.
Según
los relatos de un dominico de la época, ocurrieron en su vida,
eventos muy extraordinarios: A los 22 años, sufrió un ataque de
catalepsia, y murió.
Pero
mientras celebraban la Santa Misa por su alma, durante el "Agnus
Dei", Cristina revivió, y afirmó que había descendido a los
infiernos, donde reconoció a muchos amigos, y también al
purgatorio, donde encontró a otros conocidos.
Finalmente
ascendió al cielo, donde se le dio la alternativa de permanecer, o
de retornar a la tierra, a sacar del purgatorio, con sus oraciones y
sufrimientos, a quienes había visto. Ella eligió volver a la
tierra.
Cristina
pasó los últimos años de su vida, en el convento de Santa Catalina
de Saint Trond, donde murió a los 74 años de edad. La superiora del
convento alabó la obediencia de Cristina, Santa Lutgarda, solía
pedirle consejo; el conde Luis de Looz aceptaba sus reprensiones; la
Beata María de Oignies, le profesaba admiración.
Cristina
de Stommeln, Beata
Fiesta:
6 de Noviembre
1242-1312
Cristina
Bruzo o Bruso, nació en Stommeln, cerca Cologne, Alemania. Se
relatan sobre ella, hazañas extraordinarias. Su culto fue confirmado
en 1908.
Cristina
Ciccarelli, Beata
Agustina.
Fiesta: 18 de enero.
1481-1543.
Nacida en Luco, región de Abruzzi, Italia. Fue priora de las
ermitañas agustinianas. Murió en Aquileia. Su culto se confirmó en
1841.
Cristina
de Spoleto, Beata
Penitente.
Fiesta:
13 de febrero.
Cristina
Camozzi, (erróneamente llamada Visconti), nació cerca
del lago Lugano, hija de un médico. Después de algunos años de
frivolidad, encontró a Cristo, y se dedicó a la penitencia. Murió
en Spoleto a los 23 años. Su culto se confirmó en 1834.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, te pedimos poder imitar el ejemplo de
Santa Cristina de Bolsena, y de las demás Santas, sabiendo superar
los deseos y aspiraciones familiares, que nos puedan alejar de Tí.
Ayúdanos a dar testimonio de nuestra Fe, en nuestra Familia,
Trabajo, y en todo ámbito en que nos desempeñemos. A Tí Señor,
que nos advertiste, que no se puede arar mirando hacia atrás. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario