Tercera
Feria, 17 de octubre
San
Ignacio de Antioquía
Obispo, mártir, Padre Apostólico
"Que
ninguna cosa, visible o invisible, se me ponga delante a trueque de
alcanzar a Jesucristo."
alcanzar a Jesucristo."
Fuego
ardiente de amor
La palabra "Ignacio" viene de "ignis" (fuego). El corazón de San Ignacio era un fuego ardiente de amor por Cristo. Decía que Cristo está en el pecho de los cristianos.
La palabra "Ignacio" viene de "ignis" (fuego). El corazón de San Ignacio era un fuego ardiente de amor por Cristo. Decía que Cristo está en el pecho de los cristianos.
Icono
griego sin fecha
Monasterio de la Transfiguración
Brookline, MA, EE.UU.
Monasterio de la Transfiguración
Brookline, MA, EE.UU.
Breve
De
sobrenombre "Theophorus" (portador de Dios). Fue ilustre
testigo de Cristo, por su palabra y por su martirio. Nace entre años
30 al 35 DC, muere C 107DC
San
Ignacio de Antioquía, fue discípulo directo de San Pablo y San
Juan; Segundo
sucesor de Pedro, en el gobierno de la Iglesia de Antioquía; El
primero en llamar a la Iglesia "Católica".
Sus
escritos demuestran que la doctrina de la Iglesia Católica, viene de
Jesucristo por medio de los Apóstoles.
Esta
doctrina incluye:
La
Eucaristía; La jerarquía y la Obediencia a los Obispos;
La
presidencia de la iglesia de Roma;
La virginidad de María, y el don de la virginidad;
El privilegio que es morir mártir de Cristo.
La virginidad de María, y el don de la virginidad;
El privilegio que es morir mártir de Cristo.
Condenado
a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma, y allí
recibió la corona de su glorioso martirio en el año 107, en tiempos
del emperador Trajano.
En
su viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias,
en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución
de la Iglesia, y de la vida cristiana. Ya en el siglo IV, se
celebraba en Antioquía su memoria, el mismo día de hoy.
Conoció
a los Apóstoles
San Ignacio de Antioquía se le llama Padre Apostólico, porque habiendo nacido en Antioquía en el siglo I, fue discípulo de los Apóstoles, San Pablo y San Juan.
San Ignacio de Antioquía se le llama Padre Apostólico, porque habiendo nacido en Antioquía en el siglo I, fue discípulo de los Apóstoles, San Pablo y San Juan.
Consagrado
obispo por los Apóstoles.
San
Ignacio de Antioquía fue el tercer obispo de Antioquía, Siria,
siendo San Pedro y San Evodio los dos primeros (Eusebius, "Hist.
Eccl.", II, iii, 22).
San
Juan Crisóstomo ("Hom. in St. Ig.", IV. 587), escribe que
San Ignacio fue consagrado obispo de manos de los Apóstoles Pedro y
Pablo. Según Theodoret, Ignacio fue asignado obispo de Antioquía
por San Pedro. (Theodoret, "Dial. Immutab.", I, iv, 33a,
Paris, 1642.)
Antioquía
era la tercera ciudad más importante del imperio, después de Roma y
Alejandría. También era una de las iglesias más importantes e
influyentes. Habían en Antioquía muchos cristianos de procedencia
judía, que huyeron de la destrucción de Jerusalén, ocurrida en el
70 AD.
Los
credenciales de San Ignacio, como verdadero testigo de la doctrina
apostólica:
- San Ignacio fue discípulo de los Apóstoles San Pablo y San Juan.
- Recibió de ellos las Sagradas Escrituras (en sus cartas encontramos numerosas citas literales de los Evangelios Sinópticos).
- Recibió de ellos también la revelación, transmitida a voz viva. Ésta le capacita para ser interprete veraz de la revelación escrita. San Juan escribe: "Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría, para contener los libros que se escribieran" Juan 21,25. Esas "otras cosas" forman la revelación transmitida oralmente a San Ignacio, y a los otros Padres Apostólicos.
- -San Ignacio gozaba de la plena aprobación y confianza de los Apóstoles, ya que ellos mismos lo ordenaron Obispo de Antioquía, sede de suma importancia. Permaneció en esa insigne sede por 40 años, hasta su martirio.
- La ortodoxia de San Ignacio era ampliamente reconocida, tanto por los padres de la Iglesia de su tiempo, como en todos los siglos. Gozaba también del reconocimiento de los fieles, como lo demostraron recibiéndolo en todas las ciudades por donde pasaba, camino a su martirio en Roma.
- La autenticidad de sus cartas está firmemente establecida. San Ignacio, siendo gran pastor y teólogo, presenta con claridad y lucidez la doctrina católica, ampliamente reconocida en su tiempo como Apostólica. Sus siete cartas, demuestran claramente la catolicidad de los albores del cristianismo.
Algunas
Enseñanzas de San Ignacio de Antioquía:
Los
escritos del Obispo San Ignacio de Antioquía son de suma
importancia, porque demuestran la catolicidad de la doctrina, desde
tiempos apostólicos. Sus cartas constituyen un testimonio de su amor
apasionado por Cristo, su profundidad y claridad de pensamiento
teológico, y profunda humildad.
San
Ignacio manifiesta absoluta certeza, de que su inminente martirio por
Cristo es un privilegio, por lo que no quiere que nadie lo obstruya.
Parto
Virginal de María. Es el primer escritor fuera del Nuevo Testamento
en escribir sobre esta verdad.
"Y al príncipe de este mundo, se le ocultó la virginidad de María y su parto, y también la muerte del Señor". (Carta a los de Efeso)
"Y al príncipe de este mundo, se le ocultó la virginidad de María y su parto, y también la muerte del Señor". (Carta a los de Efeso)
Cristo:
humano y divino
Como San Juan, San Ignacio nos muestra que Cristo es humano y divino. "Hijo de María e hijo de Dios, primero pasible, después impasible, Jesucristo Nuestro Señor" (Efes., c. xvii). Su doctrina es una defensa contra dos tendencias de la época: por un lado algunos de los judaizantes negaban la encarnación, y creían en un Jesús solo humano. Por otro lado, los docetistas negaban la humanidad de Cristo.
Como San Juan, San Ignacio nos muestra que Cristo es humano y divino. "Hijo de María e hijo de Dios, primero pasible, después impasible, Jesucristo Nuestro Señor" (Efes., c. xvii). Su doctrina es una defensa contra dos tendencias de la época: por un lado algunos de los judaizantes negaban la encarnación, y creían en un Jesús solo humano. Por otro lado, los docetistas negaban la humanidad de Cristo.
La
Eucaristía
San Ignacio de Antioquía, es el primero en usar la palabra "Eucaristía" para referirse al Santísimo Sacramento (Esmir., c. viii). San Ignacio utiliza la terminología joánica, para enseñar sobre la Eucaristía, a la que llama "la carne de Cristo", "Don de Dios", "la medicina de inmortalidad".
San Ignacio de Antioquía, es el primero en usar la palabra "Eucaristía" para referirse al Santísimo Sacramento (Esmir., c. viii). San Ignacio utiliza la terminología joánica, para enseñar sobre la Eucaristía, a la que llama "la carne de Cristo", "Don de Dios", "la medicina de inmortalidad".
Llama
a Jesús "pan de Dios",
que ha de ser comido en el altar, dentro de una única Iglesia:
“No
hallo placer en la comida de corrupción, ni en los deleites de la
presente vida. El pan de Dios quiero, que es la carne de Jesucristo,
de la semilla de David; su sangre quiero por bebida, que es amor
incorruptible. Reuníos en una sola
fe, y en Jesucristo. Rompiendo un solo pan, que es
medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir por
siempre en Jesucristo”.
San
Ignacio denuncia a los herejes, "que
no confiesan que la Eucaristía es la carne de Jesucristo nuestro
Salvador, carne que sufrió por nuestros pecados, y que en su amorosa
bondad, el Padre resucitó”.
El
día del Señor es el domingo
“Los
que vivían según el orden de cosas antiguo, han pasado a la nueva
esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en
el que nuestra vida es bendecida por Él y por su muerte”. -S.
Ignacio de Antioquía, Magn. 9,1
La
Iglesia
“Es
una institución divina cuyo fin es la salvación de las almas;
quienes se separan de ella, se separan de Dios”. (San Ignacio
de Antioquía, a los de Filadelfia., c. iii)
-Debe
permanecer en unidad.
La unidad es expresión del amor. (Trall., c. vi; Filad., c. iii; Magn., c. xiii)
La unidad es expresión del amor. (Trall., c. vi; Filad., c. iii; Magn., c. xiii)
-Es
Santa. (Esmirna, Efes., Magn., Trall., Rom.);
-Es
Católica
Fue
San Ignacio quien por primera vez se refirió a la Iglesia como
"Iglesia Católica" (Universal), incluyendo en ella a todos
los que son fieles a la verdad. (Esmirna., c. viii)
"Por
doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde
quiera que Jesucristo está, también está la Iglesia Católica".
-Es
Infalible (Fila., c. iii; Efes., cc. xvi, xvii)
-Tiene
jerarquía, a la que debemos estar unidos en obediencia
San
Ignacio, como San Juan, puso mucha atención en la relación entre el
Padre y el Hijo. El Hijo siempre sujeto por amor a la voluntad del
Padre, uno con Él por naturaleza. San Ignacio deduce que debemos
imitar a Cristo en su obediencia filial, obedeciendo a los obispos de
la Iglesia (lntrod. a Fila.; Efes., c. vi); .
Sus
cartas enseñan, que debe haber en la Iglesia disciplina, unidad y
sujeción a la jerarquía.
“Por
esto debéis estar acordes con el sentir de vuestro obispo, como ya
lo hacéis. Y en cuanto a vuestro colegio presbiteral, digno de Dios
y del nombre que lleva, está armonizado con vuestro obispo, como las
cuerdas de una lira. Este vuestro acuerdo, y concordia en el amor, es
como un himno a Jesucristo.
Procurad
todos vosotros formar parte de este coro, de modo que, por vuestra
unión y concordia en el amor, seáis como una melodía, que se eleva
a una sola voz por Jesucristo al Padre, para que os escuche y os
reconozca, por vuestras buenas obras, como miembros de su Hijo. Os
conviene, por tanto, manteneros en una unidad perfecta, para que
seáis siempre partícipes de Dios”. (De la Carta a los
Efesios).
Sus
palabras recuerdan a las de San Pablo, en Efesios, 4: "Con
empeño por guardar la unidad de espíritu, en el vínculo de la paz:
un solo cuerpo y un solo Espíritu, a la manera que fuisteis llamados
en una sola esperanza de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola
fe, un solo bautismo. Un solo Dios y Padre de todos, que está sobre
todos, y obra por todos, y mora en todos".
-Los
tres niveles del sacramento del orden, el episcopado siendo
superior, el presbiterio (sacerdotes), y por último el diaconado
(Magn., c. vi).
La
primacía del obispo de Roma: “El mismo San Ignacio, que
alrededor del año 107 AD llamó a la Iglesia "Católica",
y nos enseña que tiene obispos con autoridad, nos enseña también
que la Iglesia tiene quien la presida: "...la que reside en el
territorio de los romanos... la que preside en la unión del
amor..." (Rom., introd.).
Su
firme enseñanza sobre la obediencia a los obispos, es aún más
admirable cuando él mismo, siendo obispo, fue siempre muy humilde.
Matrimonio
Sacramental
San Ignacio enseña sobre el matrimonio en la iglesia: "...los varones y las mujeres que deseen casarse, deben realizar su enlace conforme a las disposiciones del obispo..." (Filipenses 5,2).
San Ignacio enseña sobre el matrimonio en la iglesia: "...los varones y las mujeres que deseen casarse, deben realizar su enlace conforme a las disposiciones del obispo..." (Filipenses 5,2).
La
Virginidad, virtud sobrenatural (Polyc., c. v)
San
Ignacio es claro y fuerte contra la herejía, pero también recalca
la necesidad de ser indulgentes y tolerantes, con los que están en
error.
“Rueguen
incesantemente por el resto de los hombres -porque hay en ellos
esperanza de arrepentimiento, para que lleguen a Dios. Por lo tanto
instrúyanlos con el ejemplo de sus obras. Cuando ellos estallen en
ira, ustedes sean mansos; cuando se vanaglorien al hablar, sean
ustedes humildes; cuando les injurien a ustedes, oren por ellos; si
ellos están en el error, ustedes sean constantes en la fe; a vista
de su furia, sean ustedes apacibles”.
No
ansíen el desquite
“Que
nuestra indulgencia, les muestre que somos sus hermanos. Procuremos
ser imitadores del Señor, esforzándonos para ver quién puede
sufrir peores injusticias, quién puede aguantar que lo defrauden,
que lo rebajen a la nada; que no se encuentre en ustedes cizaña del
diablo. Sino con toda pureza y sobriedad, vivan en Cristo Jesús en
carne y en espíritu”. (Carta a los efesios).
Oración:
Señor y Dios nuestro, concédenos que por intercesión
de San Ignacio de Antioquía, pueda la Iglesia Católica permanecer
en Unidad hasta tu venida, preservando siempre en nuestro corazón,
la doctrina enseñada por tu Divino Hijo y los Apóstoles. Por
nuestro Señor Jesucristo, quien vive por siempre. Amén.
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