martes, 28 de julio de 2020

27 de julio

San Pantaleón

Médico y Mártir

275-+305

Pantaleón significa en griego, "el que se compadece de todos".

Médico nacido en Nikomedia (actual Turquía). Fue decapitado por profesar su fe católica, en la persecución del emperador romano Diocleciano, el 27 de julio del año 305.

Lo que se sabe de San Pantaleón, procede de un antiguo manuscrito del siglo VI, que está en el Museo Británico. Pantaleón era hijo de un pagano, llamado Eubula, y de madre cristiana. Pantaleón era médico. Su maestro fue Euphrosino, el médico más notable del imperio. Fue médico del emperador Galerio Maximiano, en Nicomedia.

Conoció la fe, pero se dejó llevar por el mundo pagano en que vivía, y sucumbió ante las tentaciones, que debilitan la voluntad, y acaban con las virtudes, cayendo en la apostasía.

Un buen cristiano llamado Hermolaos, le abrió los ojos, exhortándole a que conociera, "la curación proveniente de lo más Alto", y le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces, entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor.

En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano, en Nikomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado, junto con Hermolaos y otros dos cristianos.

El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó, e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico, para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro, fueron condenados a ser decapitados.

San Pantaleón murió mártir, a la edad de 29 años, el 27 de julio del año 304. Murió por la fe, que un día había negado. Como San Pedro y San Pablo, tuvo la oportunidad de reparar, y manifestarle al Señor su Amor.

Las actas de su martirio, nos hablan de hechos milagrosos: Trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda, y atravesándole una espada. Con la ayuda del Señor, Pantaleón salió ileso.

Luego permitió libremente que lo decapitaran, y de sus venas salió leche, en vez de sangre, y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho, floreció al instante.

En Oriente, le tienen gran veneración, como mártir y como médico, que atendía gratuitamente a los pobres. También fue muy famoso en Occidente, desde la antigüedad.

Se conservan algunas reliquias de su sangre, en Madrid (España), Constantinopla (Turquía), y Ravello (Italia).

El Milagro de su sangre

Una porción de su sangre, se reserva en una ampolla, en el altar mayor del Real Monasterio de la Encarnación, en Madrid de los Austrias, junto a la Plaza de Oriente, Madrid, España.

Fue tomada de otra más grande, que se guarda en la Catedral italiana de Ravello. Fue donada al monasterio, junto con un trozo de hueso del santo, por el virrey de Nápoles. En Madrid, lo custodian las religiosas Agustinas Recoletas, dedicadas a la oración. Hay constancia de que la reliquia, ya estaba en la Encarnación desde su fundación, en el año 1616.

La sangre, en estado sólido durante todo el año, se vuelve líquida, como la sangre de San Jenaro, sin intervención humana. Esto ocurre, en la víspera del aniversario de su martirio, o sea cada 26 de julio.

Así ha ocurrido cada año, hasta el día de hoy, a un poco más 1.700 años de su martirio. El milagro tiene lugar, mientras las religiosas oran en el coro del templo, y ante la presencia de cientos de visitantes. El monasterio abre las puertas al público, para que todos sean testigos. En algunas ocasiones, la sangre ha tardado en solidificarse, para señalar alguna crisis, como ocurrió durante las dos guerras mundiales.

Muchas veces se ha intentado explicar el fenómeno, mediante mecanismos netamente naturales, como la temperatura o las fases de la luna. Sin embargo, ninguna de las explicaciones, ha resultado satisfactoria para la ciencia. La Iglesia, no se ha definido sobre el milagro. Las hermanas dicen sencillamente, que es "un regalo de Dios".

Para facilitar la vista del público, y evitar el deterioro de la reliquia, en el año 1995, las hermanas instalaron monitores de televisión, que aumentan diez veces la imagen de la cápsula, que contiene la sangre del santo.

La sangre de un médico mártir, se licúa. ¿Qué nos dice Dios con este portento?.

Acaso no necesitemos dar en nuestra vida, este testimonio valiente, que dio este santo, por la fe común que profesamos. Su sangre nos recuerda, nuestra propia responsabilidad de vivir la fe, en un tiempo en donde tantos caen en la apostasía, en el crimen del aborto, o la eutanasia, o simplemente en la más absoluta indiferencia.

¡Cuanto necesitamos del ejemplo de San Pantaleón, quien supo vivir su profesión, al servicio de Jesucristo!.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, bendice por los méritos e intercesión de San Pantaleón, a todos los médicos del cuerpo y del alma, y a todos los que entregan su vida, para aliviar tantos sufrimientos, con horas interminables en el quirófano, en una incesante lucha, casi sin dormir, en las zonas de guerra, y de conflictos políticos, o en los confesionarios. Bendice también a Turquía y a Siria, para que cese el azote de la guerra, y las pujas políticas, y que reine la paz en los corazones. Te lo pedimos a Tí, como Sagrado Médico y Cordero de la Paz. Amén.


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