Tercera
Feria, 19 de diciembre
San
Urbano V, Papa
1370
1370
Con
la ayuda de los franciscanos y de los dominicos, emprendió la
evangelización de Bulgaria, Ucrania, Bosnia, Albania, Lituania, y
hasta Mongolia.
Urbano
V nació en Languedoc, Francia, en 1310. Hizo sus estudios
universitarios, y como benedictino, fue superior en varios conventos
de su comunidad. Los Sumos Pontífices, que vivieron en Avignon, lo
emplearon como Nuncio.
Siendo
Nuncio en Nápoles, le llegó la noticia de la muerte del Papa
Inocencio VI, y su elección como el nuevo Sumo Pontífice. En un
día, fue consagrado Obispo y Papa. Escogió el nombre de Urbano,
explicando que todos los Papas que lo habían llevado, habían sido
santos.
Como
Sumo Pontífice, se propuso acabar con muchos abusos. Quitó los
lujos de su palacio, y de sus colaboradores. Se preocupó por exigir
y vigilar, que el grupo de sus empleados en la Corte Pontificia,
fuera un verdadero modelo de vida cristiana.
Entregó
los principales cargos eclesiásticos a personas de reconocida
virtud, y luchó para acabar con las malas costumbres. Al mismo
tiempo, trabajó para elevar el nivel cultural del pueblo, y fundó
una academia para enseñar medicina.
Con
la ayuda de los franciscanos y de los dominicos, emprendió la
evangelización de Bulgaria, Ucrania, Bosnia, Albania, Lituania, y
hasta Mongolia.
Regreso
del papado a Roma, 1366
Urbano
V regresó la residencia papal a Roma en 1366, después de 63 años
en que los papas residían en Avignon, en la época llamada "El
destierro de Avignon, o destierro de Babilonia".
El
rey de Francia, y los cardenales franceses, se le oponían al
traslado. Las multitudes salieron a recibirlo gozosamente, por los
pueblos por donde pasaba, y Roma se estremeció de emoción y
alegría, al ver llegar al nuevo sucesor de San Pedro.
Al
llegar a Roma, no pudo contener las lágrimas. Las grandes basílicas,
incluso la de San Pedro, estaban casi en ruinas. La ciudad, se
hallaba en el más lamentable estado de abandono y deterioro.
Urbano
V, con sus grandes cualidades de organizador, emprendió la empresa
de reconstruir los monumentos, y edificios religiosos de Roma.
Estableció su residencia en el Vaticano. También se dedicó a
restablecer el orden en el clero, y en el pueblo.
Pero
empezaron otra vez las revoluciones, y los cardenales franceses
insistían en que el Papa volviera a Avignon. Urbano se encontraba
enfermo, y dispuso irse otra vez a Francia en 1370, y el 7 de abril
de 1370 Urbano V dejaba nuevamente Roma para regresar a Aviñón, a
pesar de las súplicas y las exhortaciones de muchos, entre otros de
Santa Brígida, quien lo alcanzó en cercanías del lago de Bolsena,
y le predijo que moriría muy pronto si regresaba a Aviñón. En
efecto, murió el 19 de Diciembre de ese mismo año.
Santa
Catalina de Siena fue la valiente inspiración, que llevó finalmente
al Papa Gregorio XI, a decidirse a regresar el papado a Roma
definitivamente, en 1376.
Oración:
Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la
intercesión de San Urbano V, protejas siempre a nuestros Pontífices,
Obispos y Patriarcas Ortodoxos, y jamás permitas que el humo del
infierno penetre en sus corazones, y lugares de residencia. A Tí
Señor, que nos dejaste el regalo de los Sumos Pontífices y
Pastores, y Vives y Reinas por los Siglos de los Siglos. Amén.
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