Sábado
24 de junio
LA
NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
San
Juan Bautista Niño - Pintura de Murillo
La
voz del que clama en el desierto
Precursor
del nacimiento y de la muerte de Cristo
Precursor,
Profeta y Bautista
Martirio
de San Juan: 29 de agosto
Hijo
de Zacarías e Isabel, pariente de la Virgen María, es el precursor
de Jesucristo. En esta misión se entrega totalmente viviendo en
penitencia, austeridad, y celo por las almas.
Bautizó
a Jesús en el Jordán. Es el último y más grande
de los profetas del Antiguo Testamento, ya que es puente con en el
Nuevo Testamento. Mártir.
Antes de
la venida de Jesús, Juan proclamaba un bautismo de arrepentimiento
[Hechos 13:24]. Juan fue enviado a cumplir la profecía de Malaquías
[Mal. 3:1; Lk. 1:76; Also Lk. 3:15-8; Mk. 1:4; Acts 19:4]
La
humildad de Juan hizo posible que Dios hiciera grandes cosas, por
medio de él, Cf. Hechos 13:25.
"Conviene
que Él (Jesús) crezca, y que yo disminuya" -San Juan Bautista.
Leemos
en el Catecismo:
717
"Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan.
(Juan 1, 6). Juan fue "lleno del
Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre" (Lucas
1, 15. 41) por obra del mismo Cristo, que la Virgen María acababa de
concebir del Espíritu Santo. La "visitación" de María a
Isabel, se convirtió así en "visita de Dios a su pueblo"
(Lucas 1, 68).
718
Juan es "Elías que debe venir" (Mateo 17, 10-13): El
fuego del Espíritu lo habita, y le hace correr delante [como
"precursor"] del Señor que viene. En Juan el Precursor, el
Espíritu Santo culmina la obra de "preparar al Señor un pueblo
bien dispuesto" (Lc 1, 17).
719
Juan es "más que un profeta" (Lucas 7, 26). En él, el
Espíritu Santo consuma el "hablar por los profetas". Juan
termina el ciclo de los profetas inaugurado por Elías (cf. Mateo 11,
13-14). Anuncia la inminencia de la consolación de Israel, es la
"voz" del Consolador que llega (Juan 1, 23; cf. Isaías 40,
1-3).
Como
lo hará el Espíritu de Verdad, "vino como testigo para dar
testimonio de la luz" (Juan 1, 7;cf. Juan 15, 26; 5, 33). Con
respecto a Juan, el Espíritu colma así las "indagaciones de
los profetas", y la ansiedad de los ángeles (1 Pedro
1, 10-12): "Aquél sobre quien veas que baja el Espíritu, y
se queda sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo ...
Y yo lo he visto, y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios
... He ahí el Cordero de Dios"
(Juan 1, 33-36).
720
En fin, con Juan Bautista, el Espíritu Santo inaugura,
prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al
hombre la "semejanza" divina. El bautismo de Juan era, para
el arrepentimiento, el del agua, y del Espíritu será un nuevo
nacimiento (cf. Jn 3, 5).
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Hoy
renovemos juntos nuestras promesas bautismales con fervor:
¿Renunciamos
a Satanás, esto es:
• al
pecado, como negación de Dios;
• al
mal, como signo del pecado en el mundo;
• al
error, como ofuscación de la verdad;
• a
la violencia, como contraria a la caridad;
• al
egoísmo, como falta de testimonio del amor?
R/.
¡Sí, renunciamos!.
¿Renunciamos
a sus obras, que son:
• sus
envidias y odios;
• sus
perezas e indiferencias;
• sus
cobardías y complejos;
• sus
tristezas y desconfianzas;
• sus
materialismos y sensualidades;
• sus
injusticias y favoritismos;
• sus
faltas de fe, de esperanza y de caridad?
R/.
¡Sí, renunciamos!.
¿Renunciamos
a todas sus seducciones, como pueden ser:
• el
creerse superiores;
• el
estar muy seguros de vosotros mismos;
• el
creer que ya están convertidos del todo?
R/.
¡Sí, renunciamos!.
¿Renunciamos
a los criterios y comportamientos materialistas que consideran:
• el
dinero como la aspiración suprema de la vida;
• el
placer ante todo;
• el
negocio como valor absoluto;
• el
propio bien por encima del bien común?
R/.
¡Sí, renunciamos!.
¿Creemos
en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
R/.
¡Sí, creemos!.
¿Creemos
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa
María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos,
y está sentado a la derecha del Padre?
R/.
¡Sí, creemos!.
¿Creemos
en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión
de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de
los muertos, y en la vida eterna?
R/.
¡Sí, creemos!.
Ésta
es nuestra fe, ésta es la fe de la Iglesia, la que nos gloriamos de
profesar en Jesucristo nuestro Señor.
R/.
¡Amén!.
Oración
Final: Dios Todopoderoso y Eterno, que cuando éramos niños,
e hicimos la primera afirmación consciente de las promesas
bautismales, dadas en primera instancia por nuestros padres y
padrinos, pensábamos que era sencillo cumplirlas, pero ahora sabemos
por la experiencia de vida, que ellas nos llevan inexorablemente a la
exclusión en muchos ámbitos sociales y laborables, y hasta nuestro
linchamiento social, de manera abierta o solapada, incluso dentro de
la propia Iglesia, y que hasta puede concluir con nuestro martirio,
si ocupamos cargos públicos o privados de relevancia, dános las
fuerzas de tu Espíritu Santo para reafirmarlas una y otra vez con
vuestra Fortaleza, Ciencia y Consejo todos los días de nuestra Vida.
A Tí Señor, que se abrieron los Cielos en tu Bautismo, ábrenos el
Camino de nuestra Iluminación y Purificación Interior. Amén.
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