Sexta
Feria, 28 de julio
Santos
Nazario y Celso
(+68)
Mártires.
Cuerpos Incorruptos.
Otros
Santos y Mártires
Nazario
nació en Roma. Su padre era un acaudalado caballero pagano, oriundo
del norte de África. Su madre, fervorosa cristiana, había nacido en
Roma; la Iglesia la venera con el nombre de Santa Perpetua.
Se
cree que fue bautizado por el papa San Lino, sucesor de San Pedro en
la sede romana, Inflamada su alma de amor divino, resolvió salir de
Roma, para dedicarse a la salvación de las almas menos favorecidas.
Predicó
en nombre de Jesucristo. "Los pobres son su prójimo",
decían los del lugar. A lo que él replicaba; "Son más que
mi prójimo; son mis hermanos, mis hijos en espíritu" . Y
en provecho de ellos vendió sus vastas heredades, vistió el sayal
de peregrino, y comenzó su misión evangelizadora, con los
menesterosos, los enfermos y los huérfanos.
Recorrió
Florencia, y se dirigió a la ciudad de Milán. El gobernador Anolino
interrogó a los guardias: "¿Quién es ese hombre, que habla
sobre la fe de un nazareno llamado Jesús, y todos lo siguen?".
Dio orden de que lo encarcelaran, y al día siguiente se presentó en
su celda. Su presencia llevaba un fin: persuadirlo a que adorase a
los dioses de Roma.
Como
Nazario se negase, fue flagelado y expulsado de Milán. Llevó
entonces a la Galia, su prédica evangelizadora. Un domingo, orando
en la población de Melia, una mujer, llamada Marionilla, llegó con
un niño, su hijo. "Aquí está Celso le dijo, para que lo
bautices, y lo instruyas en tu fe, la que recompensa con la vida
eterna".
La
gracia del Señor resplandeció sobre Celso. Nazario y Celso maestro
y discípulo, sembraron, con sus eficaces pláticas, y la
ejemplaridad de sus vidas, aquella semilla de la cual habla el
Evangelio; y esta semilla "cayó toda en tierra fértil".
En
la ciudad de Tréveris, ambos realizaron milagros. En compañía de
los recién convertidos, entonaban cánticos sagrados, y en las
procesiones pregonaban la paz entre los hermanos, y entre los
pueblos.
Arrestados
los dos, y llevados a la cárcel, se los condenó a muerte. La
tradición refiere que fueron milagrosamente salvados, y volvieron a
Italia. En Milán, el gobernador Anolino, por segunda vez los hizo
encarcelar. Como Nazario era ciudadano romano, y pertenecía a la
nobleza, el gobernador consultó la sentencia con Nerón.
Conducidos
a la plaza mayor de Milán, fueron decapitados, el 28 de julio del
año 68. Los cristianos recogieron sus cadáveres, y los sepultaron
en un huerto de extramuros.
Más
de trescientos años después, en 395, fue revelado a San Ambrosio,
como él mismo ha escrito, el lugar donde estaban los sagrados
despojos. Refieren las crónicas que éstos
estaban, como si ese mismo día hubiesen sido sepultados.
San Ambrosio los hizo trasladar a la iglesia de los Apóstoles, que
acababa de hacer construir.
Los
habitantes de Milán reverencian a estos dos santos, como a sus dos
patronos.
Otros
Santos cuya fiesta celebramos hoy con Amor y Agradecimiento:
Santos
Acacio, Eustasio, Furadrán, Lúcido, Peregrino, Raimundo,
confesores; Botvido, David y compañeros, mártires; Víctor I,
Inocencio I, papas.
-Santa
Catalina Thomas († 1574)
-San
Melchor García Sampedro, mártir, dominico.
-Muchos
mártires que padecieron en la Tebaida de Egipto en el imperio de
Decio y Valeriano.
-San
Eustacio, obispo y mártir de Ancira, Angora de Turquía.
-San
Acacio, mártir, Mileto (Asia Menor), s. IV.
-San
Sansón, obispo de Dola, en Bretaña (Francia), 565.
Etimológicamente significa “sol”. Viene de la lengua hebrea.
Sansón nació en Deyfed, Francia, hacia el año 490, y murió en Dol
en el 565.
Todos
consideran a este monje como el sucesor del anciano abad San Itud,
muerto en el 515. Pero el sobrino de Itud ganó la plaza. Era
enfermero, y se aprovechó de una indisposición de Sansón para
prepararle una mala poción.
El
enfermo se tomó la poción, y el enfermero pensó que se iría al
otro mundo. Pronto, sin embargo, se restableció. "Gracias,
hermano, decía, que Dios te haya dado el remedio, para que me
hubieras curado también el alma".
El
aspirante a sucesor se convirtió. Fue la primera conversión que
hizo Sansón, entre otras muchas. Se marchó a predicar el Evangelio
a Irlanda. De allí pasó a Cornualles, y a Inglaterra.
Juswall,
soberano de este reino, le ayudó a él, y a los misioneros con todo
su poder. Por aquel tiempo, entró un advenedizo que le arrebató el
reino. Sansón se fue entonces a París, para obtener de Gilberto I
que arreglase sus cuentas con el bandido. Sansón terminó su vida
apostólica convirtiendo a los Bretones.
-San
Peregrino, confesor, Lyón, s. III.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que estos gloriosos santos y mártires,
que hoy forman el dulce coro eterno en el Reino de los Cielos, puedan
abrir nuestro corazón a su melodía, y así nos encaminemos seguros
hacia la puerta estrecha que conduce al Cielo. A Tí Señor, que nos
hablaste de esa puerta estrecha que conduce al Reino de los Cielos, y
del ancho camino que conduce a la perdición. Amén.
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