Sábado
12 de diciembre
LA
VIRGEN DE GUADALUPE
Patrona de México y Emperatriz de las Américas
"Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo el continente, el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización"
-Juan Pablo II, enero 1999.
Breve
La
Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac, México, a san Juan
Diego el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después
de la conquista de México. La madre de Dios viene para dar a conocer
el evangelio a sus hijos nativos del nuevo continente y para "mostrar
y dar" todo su "amor y compasión, auxilio y defensa, pues
yo soy vuestra piadosa madre".
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Como
prueba de su visita la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar
aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara
permanentemente en la tilma de su siervo.
Durante
cuatro días la Virgen se había comunicado con Juan Diego hablándole
en su propia lengua, el náhualtl. Al identificarse, María usó la
palabra "coatlallope"; un sustantivo compuesto formado por
"coatl" o sea, serpiente, la preposición "a" y
"llope", aplastar; es decir, se definió como "la que
aplasta la serpiente". Otros reconstruyen el nombre como
"Tlecuauhtlapcupeuh" que significa: "La que precede de
la región de la luz como el Aguila de fuego".
De
todas formas el vocablo náhualtl sonó a los oídos de los frailes
españoles como el extremeño "Guadalupe", relacionando el
prodigio del Tepeyac con la muy querida advocación que los
conquistadores conocían y veneraban en la Basílica construida por
Alfonso XI en 1340. En España existían dos advocaciones a la Virgen
de Guadalupe, en Cáceres y en La Gomera. Sin embargo la Guadalupe
Mexicana es original. ¡La Virgen se comunicó de manera que la
entendiesen tanto los indios como los españoles!.
La
Virgen de Guadalupe dio al indio Juan Diego un delicado trato de
nobleza elevando proféticamente la condición de todo su pueblo. El
Señor "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes". Al mismo tiempo, La Virgen trajo reconciliación
y no división entre los nativos y los españoles. Les ayudó a ambos
a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie sino un don
de amor para todos. La Virgen pide a Juan Diego que vaya al obispo.
El obispo de México era Fray Juan De Zumárraga, franciscano. De
esta manera la Virgen enseña que se debe someter a la autoridad
legítima que Jesús estableció en la Iglesia.
Cuatrocientos
años debieron pasar para que la cultura occidental reconociera
admirada que la imagen impresa sobre el ayate indígena era un
verdadero códice mexicano, un mensaje del cielo cargado de símbolos.
Helen Behrens, una antropóloga norteamericana descubrió en 1945 lo
que los ojos de los indios habían "leído" en la pintura
de la "Madre del verdadero Dios por quien se vive" aquel
diciembre de 1531.
Guadalupe
propicia la Evangelización del continente
Los
misioneros tenían poco éxito a pesar de su intensa labor, en gran
parte por el mal ejemplo de muchos que llamándose cristianos,
abusaban de ellos. Pero la Virgen de Guadalupe se presenta como mujer
nativa y les enseñó que el regalo de la fe es para todos sin
distinción. La imagen de la tilma es toda una catequesis (ver
abajo). Resultado: En los 7 años después de las apariciones 8
millones de nativos se convirtieron a la fe católica. Esto
representa un promedio de 3000 conversiones diarias. Si recordamos
que por la predicación de San Pedro el día de Pentecostés se
convirtieron 3000 hombres, podemos apreciar que la Virgen inició un
verdadero Pentecostés que duró 7 años.
La
Virgen de Guadalupe continúa guiándonos a Jesús. Los milagros
obtenidos por la Virgen son tan extraordinarios que no se puede menos
que exclamar: "El poder divino está aquí". Dios
Todopoderoso se complace en derramar sus dones por medio de aquella a
quien El escogió para ser su madre.
El
Santuario, Tepeyac
El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima. Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a la Madre del Cielo el testimonio de su cariño y veneración. El día de la fiesta, el doce de diciembre, se calcula que casi tres millones de personas acuden al santuario.
El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima. Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a la Madre del Cielo el testimonio de su cariño y veneración. El día de la fiesta, el doce de diciembre, se calcula que casi tres millones de personas acuden al santuario.
En
la actualidad la imagen milagrosa está en la nueva basílica
construida junto a la antigua que se ha hundido notablemente. Los
fieles pueden contemplar el cuadro desde una estera móvil que a sus
pies se desliza para movilizar a los fieles y dar cabida a las
multitudes que desean venerarla. Como en todo santuario mariano, la
basílica de Guadalupe cuenta con una capilla del Santísimo donde
los fieles constantemente adoran al Señor.
La
Basílica nueva tiene forma redonda que simboliza la tienda que
albergaba el Arca de la Alianza en su marcha por el desierto; las
lámparas interiores que cuelgan del techo recuerdan la nube que
guiaba al pueblo de Dios día a día y la refulgente pared de oro que
sostiene el cuadro, representa la columna de fuego y luz que indicaba
el camino durante la noche.
Historicidad
Durante
el proceso de estudio para para canonización de Juan Diego se
estableció una comisión para estudiar su historicidad. El padre
Fidel González fue asistido en esta labor por Eduardo Chávez
Sánchez y José Luis Guerrero Rosado (Cf. «El encuentro de la
Virgen de Guadalupe y Juan Diego», Editorial Porrúa, México 1999,
564 pp.). Presentaron 27 documentos o testimonios indígenas
guadalupanos y 8 de procedencia mixta indo-española. Entre todos
ellos, destaca el «El Nican Mopohua» y el llamado Códice
«Escalada».
No
se pueden explicar con elementos históricos algunos aspectos
decisivos de la historia de México sin tener en cuenta el milagro de
Guadalupe. Como, por ejemplo, el que, después una conquista
dramática y tras dolorosas divisiones y contraposiciones en el seno
del mundo político nahuatl, en un lugar significativo para el mundo
indígena, en el cerro del Tepeyac, se levantara en seguida una
ermita dedicada a la Virgen María bajo el nombre de Guadalupe. No
explican tampoco cómo Guadalupe se convirtió en señal de una nueva
historia religiosa y de encuentro entre dos mundos hasta ese momento
en dramática contraposición.
Existen
otras muchas pruebas históricas sobre la existencia de Juan Diego,
como, por ejemplo, la tradición oral, fuente decisiva al estudiar a
los pueblos mexicanos, cuya cultura era principalmente oral. Esta
tradición, en esos casos suele obedecer a cánones bien precisos y,
en el caso de Guadalupe, siempre confirma la figura histórica y
espiritual de Juan Diego.
Quien
quiera profundizar en el aspecto histórico del vidente de Guadalupe,
puede leer a continuación el artículo inédito escrito por una de
las personalidades más competentes en la materia, Fidel González,
presidente de la Comisión histórica sobre Juan Diego constituida
por la Santa Sede.
-Fuente: Zenit.
-Fuente: Zenit.
La
siguiente historia es tomada del escrito del indio Nican Mophua del
XVI
Para
el texto completo ver: El Nican Mopohua
Un
sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan
Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de
México a clase de catecismo y a la Santa Misa. Al llegar junto al
cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó que le llamaban de arriba
del cerro diciendo: "Juanito, Juan Dieguito".
Él
subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo
vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y
atentas le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a
dónde vas?... sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis
hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero
Dios, por quien se vive; del Creador cabe quien está todo; Señor
del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un
templo, para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y
defensa pues yo soy vuestra piadosa madre; a ti, a todos
vosotros juntos los moradores de esta tierra y a los demás amadores
míos que me invoquen y en Mí confíen; oír allí sus lamentos, y
remediar todas sus miserias, penas y dolores. Y para realizar lo que
mi clemencia pretende, ve al palacio del obispo de México y le dirás
cómo yo te envío a manifestarle lo que mucho deseo, que aquí en el
llano me edifique un templo: le contarás puntualmente cuanto has
visto y admirado y lo que has oído... Hijo mío el más pequeño;
anda y pon todo tu esfuerzo"
Él
se arrodilló y le dijo: "Señora mía, ya voy a cumplir tu
mandado; por ahora me despido de ti, yo tu humilde siervo".
Y se fue de prisa a la ciudad y camino al Palacio del Obispo, que era
Fray Juan de Zumárraga, religioso franciscano.
Cuando
el Obispo oyó lo que le decía el indiecito Juan Diego, no le creyó.
Solamente le dijo: "Otro vez vendrás, hijo mío y te oiré
más despacio, lo veré muy desde el principio y pensaré en la
voluntad y deseo con que has venido".
Juan
Diego se volvió muy triste porque no había logrado que se realizara
su mensaje. Se fue derecho a la cumbre del cerro, y encontró allí a
la Señora del Cielo que le estaba aguardando. Al verla se arrodilló
delante de Ella y le dijo: "Señora, la más pequeñas de mis
hijas, Niña mía, fui a donde me enviaste a cumplir tu mandado;
aunque con dificultad entré a done es el asiento del prelado; le vi
y expuse tu mensaje, así como me advertiste; me recibió
benignamente y me oyó con atención; pero en cuanto me respondió,
pareció que no la tuvo por cierto... Comprendí perfectamente en la
manera que me respondió, que piensa que es quizás invención mía
que Tú quieres que aquí te hagan un templo y que acaso no es de
orden tuya; por lo cual, te ruego encarecidamente, Señora y Niña
mía, que a alguno de los principales, conocido, respetado y estimado
le encargues que lleve tu mensaje para que le crean porque yo soy un
hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola,
soy hoja, soy gente menuda, y Tú, Niña mía, la más pequeña de
mis hijas, Señora, me envías a un lugar por donde no ando y donde
no paro."
Ella
le respondió: "Oye, hijo mío el más pequeño, ten
entendido que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo
encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo
punto preciso que tú mismo solicites y ayudes, y que con tu
mediación se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío el más
pequeño, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al
obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por enero mi voluntad,
que tiene que poner por obra el templo que le pido."
Pero
al día siguiente el obispo tampoco le creyó a Juan Diego, y le dijo
que era necesaria alguna señal maravillosa para creer que era cierto
que lo enviaba la misma Señora del Cielo. Y lo despidió.
El
lunes, Juan Diego no volvió al sitio donde se le aparecía nuestra
Señora porque su tío Bernardino se puso muy grave, y le rogó que
fuera a la capital y le llevara un sacerdote para confesarse. Él dio
la vuelta por otro lado del Tepeyac para que no lo detuviera la
Señora del Cielo, y así poder llegar más pronto a la capital. Mas
Ella le salió al encuentro en el camino por donde iba y le dijo:
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo
que te asusta y aflige, no se turbe tu corazón, no temas esa
enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí
que soy tu Madre?. ¿No estás bajo mi sombra?. ¿No soy yo tu
salud?. ¿No estás por ventura en mi regazo?. ¿Qué más has
menester?. No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la
enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella: está seguro que
ya sanó... Sube, hijo mío el más pequeño, a la cumbre del
cerrillo, allí donde me viste y te di órdenes, hallarás que hay
diferentes flores; córtalas, júntalas, recógelas; en seguida baja
y tráelas a mi presencia.”
Juan
Diego subió a la cumbre del cerro y se asombró muchísimo al ver
tantas y tan exquisitas rosas de Castilla, siendo aquel un tiempo de
mucho hielo en el que no aparece rosa alguna por allí, y menos en
esos pedregales. Llenó su poncho o larga ruana blanca con
todas aquellas bellísimas rosas y se presentó a la Señora del
Cielo.
Ella
le dijo: “Hijo mío el más pequeño, esta diversidad de rosas
es la prueba y señal que llevarás al obispo. Le dirás en mi nombre
que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla: Tú eres
mi embajador, muy digno de confianza. Rigurosamente te ordeno que
sólo delante del obispo despliegues tu manta y descubras lo que
llevas. Contarás bien todo; dirás que te mandé subir a la cumbre
del cerrillo, que fueras a cortar flores; y todo lo que viste y
admiraste; para que puedas inducir al prelado a que te dé su ayuda,
con objeto de que se haga y erija el templo que he pedido”.
Juan
Diego se puso en camino, ya contento y seguro de salir bien. Al
llegar a la presencia del Obispo le dijo: “Señor, hice lo que
me ordenaste, que fuera a decir a mi Ama, la Señora del Cielo, Santa
María, preciosa Madre de Dios, que pedías una señal para poder
creerme que le has de hacer el templo donde ella te pide que lo
erijas; y además le dije que yo te había dado mi palabra de traerte
alguna señal y prueba, que me encargaste, de su voluntad.
Condescendió a tu recado y acogió benignamente lo que pides, alguna
señal y prueba para que se cumpla su voluntad. Hoy muy temprano me
mandó que otra vez viniera a verte; le pedí la señal para que me
creyeras, según me había dicho que me la daría; y al punto lo
cumplió: me despachó a la cumbre del cerrillo, donde antes yo la
viera, a que fuese a cortar varias rosas de Castilla (...). Ella me
dijo por qué te las había de entregar; y así lo hago, para que en
ellas veas la señal que pides y cumplas su voluntad; y también para
que aparezca la verdad de mi palabra y de mi mensaje. He las aquí:
recíbelas”.
Desenvolvió
luego su blanca manta, y así que se esparcieron por el suelo todas
las diferentes rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de
repente la preciosa imagen de la Virgen María, Madre de Dios, tal
cual se venera hoy en el templo de Guadalupe en Tepeyac. Luego que la
vieron, el Obispo y todos los que allí estaban, se arrodillaron
llenos de admiración. El prelado desató del cuello de Juan Diego la
manta en que se dibujó y apareció la Señora del Cielo y la llevó
con gran devoción al altar de su capilla. Con lágrimas de tristeza
oró y pidió perdón por no haber aceptado antes el mandato de la
Virgen.
La
ciudad entera se conmovió, y venían a ver y admirar la devota
imagen y a hacerle oración; y le pusieron por nombre la Virgen de
Guadalupe, según el deseo de Nuestra Señora. Juan Diego pidió
permiso para ir a ver a su tío Bernardino, que estaba muy grave. El
Obispo le envió un grupo de personas para acompañarlo. Al llegar
vieron a su tío que estaba muy contento y que nada le dolía. Y
vinieron a saber que había quedado instantáneamente curado en el
momento en que la Santísima Virgen dijo a Juan Diego: "No te
aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella: está
seguro de que ya sanó".
El
Obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa imagen de la amada
Señora del Cielo. La ciudad entera desfilaba para admirar y venerar
la Sagrada Imagen, maravillados todos de que hubiera aparecido por
milagro divino; porque ninguna persona de este mundo pintó su
preciosa imagen.
(hasta
aquí el relato indio del siglo XVI).
Descripción
de la Imagen
La
imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en un tosco
tejido hecho con fibras de maguey. Se trata del ayate, usado por los
indios para acarrear cosas y no de una tilma, que usualmente era de
tejido más fino de algodón. La trama del ayate es tan burda y
sencilla, que se puede ver claramente a través de ella, y la fibra
del maguey es un material tan inadecuado que ningún pintor lo
hubiera escogido para pintar sobre él.
La
imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una maravillosa síntesis
cultural, una obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal
que pudo ser entendida y aceptada inmediatamente por los indios
mexicanos. Es imposible de describir aquí la rica y complicada
simbología que contiene este cuadro-códice porque cada detalle de
color y de forma es portador de un mensaje teológico.
El
rostro impreso en el ayate es el de una joven mestiza; una
anticipación, pues en aquel momento todavía no habían mestizos de
esa edad en México.
María
asume así el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva
raza, rechazados entonces tanto por los indios como por los
conquistadores. El cuadro que se conserva en la moderna
Basílica del Tepeyac mide aproximadamente 66 x 41 pulgadas y la
imagen de la Virgen ocupa unas 56 pulgadas del mismo. La Virgen está
de pié y su rostro se inclina delicadamente recordando un poco las
tradicionales "Inmaculadas".
Esta
oportuna inclinación evita que el empate que une las dos piezas del
tejido caiga dentro de la faz de la Virgen. El manto azul salpicado
de estrellas es la "Tilma de Turquesa" con que se revestían
los grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del
portador. Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana
como para indicar que ella es su aurora. Esta
joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo
indican el lazo negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento
debajo de este y la intensidad de los resplandores solares que
aumenta a la altura del vientre. Su pie esta apoyado sobre
una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que
la sostiene con gesto severo, lleva abiertas sus alas de águila.
La
Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del
Creador y conservador de todo el universo; que viene a su pueblo
porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con un mismo
amor de Madre. Con la prodigiosa impresión en el ayate comenzaba un
nuevo mundo, la aurora del sexto sol que esperaban los mexicanos.
La
imagen ha sufrido serios atentados y ha salido incólume de ácidos
corrosivos y hasta de una bomba de gran tamaño que, en 1921, un
desconocido escondió entre flores que malvadamente le ofrecía. Al
explotar la bomba, causó gran destrucción. El crucifijo de metal
que estaba cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo la
imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen
no se rompió.
Los
Papas y la Virgen de Guadalupe
Pío
X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe "Patrona de toda la
América Latina"; Pío XI, de "todas las Américas";
Pío XII la llamó "Emperatriz de las Américas"; y Juan
XXIII, "La misionera celeste del Nuevo Mundo" y "la
Madre de las Américas". En esta gran basílica Juan Pablo II
beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.
En
sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II ha visitado el Tepeyac y
honrado con profundo amor filial a la Virgen de Guadalupe a quien ha
encomendado el continente Americano y su nueva evangelización.
La
Virgen de Guadalupe, defensora de la vida
El
Papa Juan Pablo II nos enseña que, ante la actual cultura de la
muerte, encontramos esperanza en la Virgen de Guadalupe, la gran
abogada y defensora de la vida humana.
Ella
apareció embarazada. Los indios
comprendieron que les visitaba la Madre de Dios. Tras la conversión,
los indios cesaron de ofrecer sacrificios humanos que hasta entonces
eran comunes. Por eso la Iglesia pide hoy día su intercesión para
defender la vida contra el genocidio del aborto y otras amenazas
contra los inocentes.
En
su cuarta visita a México, del 22 al 26 de enero de 1999, Juan Pablo
II puso a los pies de la Virgen el documento del sínodo de las
Américas que en aquella ocasión entregó a la Iglesia como
fundamento para la Nueva Evangelización que solo es posible por la
obra del Espíritu Santo. La Virgen es la que propicia la obra
divina con su FIAT. Así es corredentora con
su Hijo Jesucristo.
La
cuarta visita del Papa a México coincidió con el 26 aniversario de
la legalización del aborto en USA, poniéndose así de relieve la
gran batalla mundial por la dignidad de la vida humana.
Estudios
Científicos sobre la Imagen de la Virgen de Guadalupe
Los asombrosos descubrimientos en torno al cuadro de la Virgen de Guadalupe tienen a los científicos en gran asombro. Se ha formado una comisión de científicos para investigar los fenómenos inexplicables de esta tela que era la ruana o poncho del indio Juan Diego.
Los asombrosos descubrimientos en torno al cuadro de la Virgen de Guadalupe tienen a los científicos en gran asombro. Se ha formado una comisión de científicos para investigar los fenómenos inexplicables de esta tela que era la ruana o poncho del indio Juan Diego.
La
Fenómeno de la Tela
Lo
primero que llama la atención de los expertos en textiles es que la
tela del ayate sobre el que está la imagen de la Virgen es de fibra
vegetal de maguey. Por su naturaleza, esta
fibra se descompone por putrefacción en veinte años o menos.
Así ha sucedido con varias reproducciones
de la imagen que se han fabricado con este mismo tejido. Sin embargo
el ayate de la imagen ha resistido mas de 470 años en perfecto
estado de conservación. Por causas ininteligibles a los expertos, el
ayate de la imagen es refractaria a la humedad y al polvo.
La
imagen de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesta a las
inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la
humedad, el calor, el humo de las velas, y el continuo roce de miles
y miles de objetos que fueron tocados a la venerada imagen, además
del constante contacto de manos y besos de innumerables peregrinos.
Todo esto sin que se haya deshilachado ni desteñido su bella
policromía.
El
Fenómeno de la Imagen
La
pintura que cubre la tela es otro misterio. El sabio alemán Kuhn,
premio Nobel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta
dejó atónitos a los oyentes: "Estos colorantes no son ni
minerales, ni vegetales, ni animales". No
han podido explicar el origen de los pigmentos que dan color a la
imagen, ni la forma en que esta fue pintado.
Se
podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían
encolado y preparado de manera especial como a otras pinturas
famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el Señor Callaga,
del instituto espacial NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con
aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene
ningún engomado ni preservativos, y que no se puede explicar cómo
esa imagen ha resistido cuatro siglos en un lienzo tan ordinario.
Con
estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene
esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino
que fue plasmada directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni
rectificaciones.
La
imagen no tiene pinceladas. La técnica empleada es desconocida en la
historia de la pintura. Es incomprensible e irrepetible.
El
Fenómeno de las Pupilas
Ver video del estudio científico
Ver video del estudio científico
Un
famoso oculista, Lauvvoignet, examinó con un poderoso lente la
pupila de la Virgen, y observó, maravillado, que en el iris se ve
reflejada la imagen de un hombre. Esto fue al principio de una
investigación que condujo a los más inesperados descubrimientos.
Por
medio de la digitalización se observa en la pupila de una fotografía
todo lo que la persona estaba mirando en el momento de tomarse la
foto. El Dr. Tosnman, especializado en digitalización, le ha
tomado fotografías a la pupila de la Virgen de Guadalupe. Después
de ampliarlas miles de veces, logró captar detalles imposibles de
ser captados a simple vista. ¡Ha descubierto lo que la Virgen miraba
en el momento de formarse la imagen en la tilma de Juan Diego!
Los
detalles que aparecen en las fotografías de la pupila de la Virgen
de Guadalupe son: un indio en el acto de desplegar su ruana ante un
religioso; un franciscano en cuyo rostro se ve deslizarse una
lágrima; un hombre con la mano sobre la barba en señal de
admiración; otro indio en actitud de rezar; unos niños y varios
religiosos franciscanos más. O sea, todas las personas que según la
historia de la Virgen de Guadalupe, escrita hace varios siglos,
estaban presentes en el momento en que apareció la sagrada imagen.
Lo
que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño, como
la córnea de un ojo situado en una imagen de tamaño natural, aún
el más experto miniaturista lograra pintar todas esas imágenes que
ha sido necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.
La
ciencia moderna se queda sin explicaciones ante las maravillas de la
imagen de la Virgen de Guadalupe. Es una realidad irrepetible.
Sobrepasa todas las posibilidades naturales, por lo que se puede
decir que estamos ante un hecho sobrenatural.
Una
tilma que no se corrompe. Unos colores que no fueron pintados. Una
pupila que contiene toda la escena y todas las personas del momento
del milagro. Estamos ante una imagen que ni el tiempo ni los
atentados de hombres llenos de odio han podido vencer.
La
Virgen no se impone, no reta, no humilla a sus enemigos. El
milagro de su presencia en el Tepeyac es real pero muy sutil. Es un
milagro que no aparece como tal a primera vista. Quiere ser mas bien
confirmación de la verdad para ayudar a los corazones que se han
endurecido pero que aún buscan.
Para
los sencillos de corazón los milagros no son necesarios para tener
fe. Ellos captan por la gracia del Espíritu el amor solícito de la
Madre del Cielo que viene por ellos.
Los
enemigos de la Virgen son muchas veces personas muy poderosas, pero
pasan y se hacen polvo – en particular son personas provenientes de
la Masonería. La Virgen permanece como testigo del amor
de Dios que es eterno. Ella ha querido ser un faro plantado en el
corazón del continente Americano para atraer a todos a Cristo,
Salvador y Vida Eterna, única esperanza ante la ruina en que se
encuentra la humanidad.
Ella
ha querido darnos un milagro para ayudar a las generaciones
incrédulas. Ha querido demostrar con su característica humildad,
que la ciencia tiene su función pero también sus límites.
Ella nos recuerda las palabras del ángel: "Para Dios nada es
imposible".
Virgen
de Guadalupe, ruega por nosotros
Oración
a Nuestra Señora de Guadalupe
Patrona de México y Emperatriz de las Américas
Patrona de México y Emperatriz de las Américas
"Madre
Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús,
condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio,
para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso
de la voluntad de Dios
Condúcenos a Jesús,
que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada
y en el Pan de la Eucaristía
Danos una fe firme,
una esperanza sobrenatural
una caridad ardiente
y una fidelidad viva
a nuestra vocación de bautizados.
ayúdanos a ser agradecidos a Dios,
exigentes con nosotros mismos y llenos de amor
para con nuestros hermanos.
Amén"
condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio,
para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso
de la voluntad de Dios
Condúcenos a Jesús,
que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada
y en el Pan de la Eucaristía
Danos una fe firme,
una esperanza sobrenatural
una caridad ardiente
y una fidelidad viva
a nuestra vocación de bautizados.
ayúdanos a ser agradecidos a Dios,
exigentes con nosotros mismos y llenos de amor
para con nuestros hermanos.
Amén"
Oración Final: Te pedimos Señor que por intercesión de la Santísima Virgen, bajo la devoción de Nuestra Señora de Guadalupe, pueda nuestro continente Americano en su totalidad, tanto Latinoamérica como Norteamérica y Canadá, y el Caribe, permanecer fieles a Tí y a tu Sagrado Corazón. Que cesen las guerras, los gobiernos autoritarios, el narcotráfico, la discriminación, la apostasía y el aborto así como cualquier escándalo contra tu Sagradas Enseñanzas. A Tí Señor que Vives por Siempre. Amén.
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