9 Septiembre
San Pedro Claver
Esclavo de los esclavos, por amor a Cristo
Sacerdote Jesuita
1580-1654
Llegó a catequizar y bautizar, a más de 300.000 hombres y mujeres de color
Trabajó
incansablemete junto a los negros, traídos como esclavos a América,
y lo hizo principalmente, en la ciudad de Cartagena, Colombia.
Esta
ciudad, por ser un lugar estratégico, en la ruta de las flotas
españolas, se convirtió en el principal centro del comercio de
esclavos, en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban cada mes.
Aunque se murieran la mitad, en la trayectoria marítima, el negocio
dejaba grandes ganancias. Por eso, las repetidas censuras del Papa,
no lograron detener este vergonzoso mercado humano.
Pedro
no podía cambiar el sistema. Pero sí había mucho que se podía
hacer, con la gracia de Dios. Pero hacía falta tener mucha fe, y
mucho amor. Pedro supo estar a la altura del desafío.
En la
escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval, Pedro
escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus"
(yo Pedro Claver, de los negros, esclavo para siempre". Así
fue. San Pedro no se limitó a quejarse
de las injusticias, o a lamentarse de los tiempos en que vivía.
Supo ser santo en aquella situación, y dejarse usar por Jesucristo
plenamente, para su obra de misericordia.
En Cartagena,
durante cuarenta años de intensa labor misionera, se convirtió
en el Apóstol de los esclavos negros.
Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, él supo ser luz y
sal; supo hacer constar para la historia, lo que es posible para
Dios, en un alma que tiene fe.
A pesar de su timidez, la cual
tuvo que vencer, se convirtió en un organizador ingenioso y
valiente. Cada mes, cuando se anunciaba la llegada del barco
esclavista, el padre Claver salía a visitarlos, llevándoles comida.
Los negros se encontraban abarrotados, en la parte inferior del
barco, en condiciones inhumanas.
Llegaban en muy malas
condiciones, víctimas de la brutalidad del trato, la mala
alimentación, del sufrimiento y del miedo. Claver atendía a cada
uno, y los cuidaba con exquisita amabilidad. Así les hacía ver, que
él era su defensor y padre.
Los esclavos hablaban diferentes
dialectos, y era difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a
esta dificultad, el padre Claver, organizó un grupo de intérpretes
de varias nacionalidades, y los instruyó haciéndolos
catequistas.
Mientras los esclavos estaban retenidos en
Cartagena, en espera de ser comprados, y llevados a diversos lugares,
el padre Claver los instruía, y los bautizaba. Los reunía, se
preocupaba por sus necesidades, y los defendía de sus opresores.
Esta labor de amor, le causó grandes pruebas. Los
esclavistas no eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser
indiscreto, por su celo por los esclavos, y de haber profanado los
Sacramentos, al dárselos a criaturas que decían, apenas
tienen alma. Las
mujeres de sociedad de Cartagena, rehusaban entrar en las iglesias,
donde el padre Claver reunía a sus negros.
Sus
superiores, con frecuencia, se dejaron llevar por las presiones, que
exigían se corrigiesen los excesos del padre Claver. Éste, sin
embargo, pudo continuar su obra, entre muchas humillaciones y
obstáculos. Hacía además penitencias
rigurosas. Carecía de la comprensión y del apoyo de los hombres,
pero tenía una fuerza
especial dada por Dios.
Muchos, aún entre los que se sentían molestos, con la
caridad del padre Claver, sabían que hacía la obra de Dios, siendo
un gran profeta del amor evangélico, que no tiene fronteras ni
color. Era conocido en toda Nueva Granada, por sus milagros. Llegó
a catequizar y bautizar a más de 300.000 negros.
Oración: Te pedimos amado San Pedro Claver,
que no dejes de rezar e interceder ante nuestro Señor, por todos los
que se hallan, en terrible esclavitud en nuestros días, presos de
las drogas, de la guerra, de la esclavitud laboral, de la violencia
familiar, sexual, y de la esclavitud de la confusión. Por nuestro
Señor Jesucristo, que vive y Reina, por los siglos de los siglos.
Amén.
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