Tercera
Feria, 11 de Junio
SAN
BERNABE
Apóstol
(Siglo I)
Bernabé
es considerado Apóstol, por los primeros Padres de la Iglesia, y
también por San Lucas, por la misión especial, que le confió el
Espíritu Santo. Su nombre original era José. Los apóstoles se lo
cambiaron, por el de Bernabé, que según San Lucas, significa "el
esforzado", "el que anima y entusiasma".
Breve
Nació
en la Isla de Chipre; era Judío de la tribu de Leví.
Su
nombre original, era José. Los Apóstoles se lo cambiaron, por el de
Bernabé, que según San Lucas, significa "el esforzado",
"el que anima y entusiasma".
Trabajó
incansablemete con San Pablo, en los primeros tiempos de la
evangelización.
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Los
Hechos de los Apóstoles nos narra, que Bernabé vendió su finca, y
entregó todo el dinero a los Apóstoles, para distribuir entre los
pobres. (Hch,4)
Fue
un gran colaborador de San Pablo, quien a su regreso a Jerusalén,
tres años después de su conversión, recibió de Bernabé, el
respaldo que le brindó ante los demás Apóstoles, que sospechaban
de él.
No
se cuenta, entre los doce elegidos por Nuestro Señor Jesucristo,
pero probablemente, fue uno de los setenta discípulos, mencionados
en el Evangelio.
Los
Apóstoles lo apreciaban mucho, por ser "un buen hombre, lleno
de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 11,24), y por eso lo
eligieron para la evangelización de Antioquía.
Con
sus prédicas aumentaron los convertidos
Se
fue a Tarso, y se asoció con Pablo. Juntos obtuvieron un éxito
extraordinario. Regresaron a Antioquía, donde permanecieron por un
año. Antioquía se convirtió, en el gran centro de evangelización,
y donde por primera vez, se le llamó Cristianos, a los seguidores de
la doctrina de Cristo.
Volvieron
a Jerusalén, enviados por los Cristianos, de la floreciente iglesia
de Antioquía, con una colecta, para los que estaban pasando hambre
en Judea.
El
Espíritu habló, por medio de los maestros y profetas, que adoraban
a Dios: "Separad a Pablo y Bernabé,
para una tarea que les tengo asignada".
Después
de ayuno y oración, Pablo y Bernabé recibieron la misión, y la
imposición de manos. Partieron acompañados de Juan Marcos, primo de
Bernabé, futuro evangelista, a predicar a otros lugares, entre estos
Chipre, la patria de Bernabé. Allí convirtieron al procónsul
romano, Sergio Paulo, de quien Saulo tomó el nombre para predicar
entre los gentiles.
Fueron
luego a Perga en Pamfilia, donde se inició, el más peligroso viaje
misionero. Juan Marcos no estaba muy decidido, y les abandonó,
regresando solo a Jerusalén.
Luego
prosiguieron su viaje misionero, por las ciudades, y naciones del
Asia Menor.
En
Iconium, capital de Licaonia, estuvieron a punto de morir, apedreados
por la multitud. Se refugiaron en Listra, donde el Señor, por medio
de San Pablo, curó milagrosamente a un paralítico, y por
esa razón los habitantes paganos, dijeron que los dioses los habían
visitado, y haciendo lo imposible, evitaron que la población,
ofreciera sacrificios en honor a ellos, y por eso se pasaron al otro
extremo, y lanzaron piedras contra San Pablo, y lo dejaron maltrecho.
Tras
una breve estancia en Derne, donde muchos se convirtieron, los dos
Apóstoles, volvieron a las ciudades que habían visitado
previamente, para confirmar a los convertidos, y para ordenar
presbíteros.
Recordaban
que "es necesario, pasar por muchas
tribulaciones, para entrar en el Reino de Dios"
(Hechos 14, 22). Después de completar la primera misión, regresaron
a Antioquía de Siria.
Poco
después, algunos de los Judíos Cristianos, contrarios a las
opiniones de Pablo y Bernabé, exigían que los nuevos cristianos,
aparte de ser bautizados, sean circuncidados. A raíz de eso, se
convocó al Concilio de Jerusalén. Se declaró entonces, que los
gentiles convertidos, estaban exentos del deber de la circuncisión.
Ante
el segundo viaje misionero, surgió un conflicto entre Pablo y
Bernabé. Bernabé quería llevar a su primo Juan Marcos, y Pablo se
oponía, por haberles abandonado, en la mitad del primer viaje, por
miedo a tantas dificultades. Decidieron separarse. San Pablo se fue a
su proyectado viaje con Silas, y Bernabé partió a Chipre, con Juan
Marcos.
Más
tarde, se volvieron a encontrar como amigos, misionando en Corinto (1
Co. 9, 5-6), por lo que se deduce, que Bernabé aún vivía, y
trabajaba en los años 56 o 57 D.C. Posteriormente, San Pablo invita
a Juan Marcos, a unirse a él, cuando estaba preso en Roma, cosa que
nos indica, que Bernabé ya había muerto, alrededor del año 60 o
61. Otros dicen, que era predicador en Alejandría y Roma, y primer
obispo de Milán.
Escritos
no canónicos, hablan de un viaje a Roma, y de su martirio, hacia el
año 70, en Salamina, por mano de los Judíos de la diáspora, que lo
lapidaron. Tertuliano afirma que Bernabé, escribió la Epístola a
los Hebreos; otros creen que escribió en Alejandría, la Epístola
de Bernabé. En realidad, lo que se sabe de él, es lo que aparece en
el Nuevo Testamento.
Fuente
Bibliográfica: Vidas de los Santos de Butler, Vol. II.
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Hoy además
veneramos la memoria de los siguientes Santos y Mártires
-Santos
Félix y Fortunato, mártires, Aquileya, 296.
-San
Parisio, monje, Bolonia
(Italia), 1267.
-Traslación
del cuerpo de San Gregorio Nacianceno, Roma, 1580.
-San
Espínolo o Espín, abad,
Tréveris, siglo VII.
-San
Manasés, obispo de Troyes
(Francia), 993.
-Beatos
Pedro Rodríguez, Mendo Valle, Damián Vaz, Alvaro García, Esteban
Vázquez y Valerio de Odra, caballeros de Santiago, y García
Rodríguez, martirizados en Tavira de Portugal en 1242.
Prisioneros de los moros, en una salida que hicieron hacia el
territorio musulmán, estos bravos caballeros de la Cruz, fueron
martirizados. Con ellos murió un mercader, que se llamaba García
Rodríguez.
-Santa
Rosalina, virgen, priora en un convento de monjas
cartujas, Provenza (1329), cuya vida está llena de heroicas
virtudes, y sucesos extraordinarios.
-Beato
Juan de Avelino. Nacido en 1250, pertenecía a una
noble familia napolitana. Su juventud, fue la de muchos otros
guerreros de su tiempo: duelos, saqueos, violencias. De repente dejó
las armas, y se hizo lego franciscano. Toda su vida fue luego, un
prodigio de penitencia y de humildad. Dios le favoreció con éxtasis,
los milagros brotaban a su paso, sin él darse cuenta, y las gentes
le veneraban como a un santo. Murió en 1313.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, concédenos que a imitación de San
Bernabé Apóstol, y de todos los santos y mártires que hoy
recordamos co Amor y Agradecimiento, podamos ser investidos por la
misma fortaleza espiritual y valentía, en proclamar la Buena
Noticia, con una conducta coherente de vida. A Tí Señor, que nos
dejaste el mandato, de la proclamación del Evangelio, justo antes de
tu Ascensión a los Cielos. Amén.
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