Sexta Feria,
27 de Enero
Santa
Angela de Merici, OSU
También
conocida como Sta. Angels de Brescia
Fundadora de las Ursulinas,
dedicadas a la enseñanza
"Si
alguna persona, por su estado de vida, no puede vivir sin riquezas y
posición, que al menos mantenga su corazón vacío del amor a éstas"
Nació
en Desenzano, cerca de Brescia, norte de Italia, el 21 de Marzo de
1470 o 1474; murió en Brescia, el 27de enero de 1540; canonizada en
1807.
Como
a menudo ocurre, Angela creció gracias a muchas dificultades.
Huérfana a los 10 años, Angela, su hermana y hermano fueron criados
por un tío rico, Biancozi, at Salo.
En
su primera experiencia de éxtasis, se le apareció la Virgen
Santísima con su hermana mayor, quien había muerto de repente sin
los sacramentos. Ella había estado preocupada por la salvación de
esta hermana.
Angela
se hizo terciaria franciscana a la edad de 13 años, y vivió en gran
austeridad, a veces comiendo solo pan y
vegetales. Desde entonces no quiso poseer nada, ni siquiera una cama,
porque el Hijo del Hombre no tenía donde recostar su cabeza.
Al
morir su tío, Angela con 20 años, vuelve a su pueblo natal, y da
catecismo a los pobres. Pequeña en estatura, pero muy grande en amor
y entusiasmo por servir a Dios, Angela
compartió con sus amigas su gran preocupación por la ignorancia
religiosa de tantos niños. Pronto, con un grupo de
terciarias organizó la formación de jovencitas. Una familia
adinerada le invitó a abrir una escuela en Brescia.
Angela
tenía el don de recordar todo lo que leía. Hablaba bien en latín,
y conocía el significado de algunos de los pasajes más difíciles
de la Biblia. En Brescia conoció a las familias más influyentes, y
comenzó un grupo de personas devotas.
En
un viaje a la Tierra Santa, de repente perdió la vista en Creta.
Continuó con devoción el viaje, y en el regreso recuperó la vista
en el mismo lugar que la había perdido.
En
su visita a Roma para el año santo 1525, el Papa Clemente VII le
pidió que se hiciese cargo de un grupo de hermanas enfermeras en
Roma, pero ella le dijo de una visión, que ella había tenido años
antes, de doncellas ascendiendo al cielo en una escalera de luz. Esta
visión la inspiró a formar un noviciado informal.
En
la visión, las santas vírgenes era acompañadas en la escalera por
ángeles gloriosos, que tocaban dulces melodías con arpas doradas.
Todas llevaban preciosas coronas, decoradas con piedras preciosas.
Después de un tiempo, la música paró, y el Salvador en persona la
llamó por su nombre para crear una sociedad de mujeres. El Santo
Padre le dio permiso para formar la comunidad.
Poco
tiempo después, se le apareció Santa Ursula, quien desde entonces
fue la patrona de la comunidad. Un día
Angela cayó en éxtasis y se dice que levitó.
Poco
después de su retorno a Brescia, tuvo que retirarse a Cremona por la
guerra. Carlos V estaba a punto de hacerse con Brescia, y los civiles
debían abandonar la ciudad. Angela más tarde regresó para el gran
gozo de la población, que ya la tenía por santa y profeta.
En
la Iglesia de San Afra en Brescia, el 25 de Noviembre de 1535, Angela
y 28 compañeras más jóvenes, se unieron ante Dios para dedicarse
el resto de sus vidas a su servicio, especialmente para la educación
de niñas.
Angela
puso al grupo bajo la protección de Santa Ursula, patrona de las
universidades medievales, y venerada como líder de mujeres. Éste
fue el comienzo de la Compañía de las Ursulinas, la primera orden
de mujeres dedicada a la enseñanza. Esto era una idea
novedosa, que tomó tiempo en ser aceptada. Santa Angela no lo vio ya
que murió cuatro años después de fundarla.
La
orden no usaba hábito (solo un sencillo vestido negro), no hacía
votos, no tenía vida de clausura, ni votos ni vida comunitaria. Su
trabajo era la educación religiosa de niñas, especialmente las
pobres, y el cuidado de los enfermos.
Las
Ursulinas fueron reconocidas formalmente por el Papa Pablo III cuatro
años después de la muerte de Santa Angela (1544), y se organizaron
como Congregación en 1565.
Al
comienzo mucha de la enseñanza la hacían en las casas de los niños.
Angela tenía una gran paciencia y amabilidad. Atendía con esmero a
los pobres, enfermos e ignorantes. Pronto tuvo 150 hermanas.
Al
momento de morir, rodeada de sus hermanas, un hermoso rayo de luz
brilló sobre la santa. Murió con el nombre de Jesús en sus labios,
diciendo: "Sí, Dios mío; yo te amo".
En
1568, San Carlos Borromeo llamó a las Ursulinas a Milán, y las
persuadió a entrar en la vida de clausura. En un sínodo provincial
dijo a sus obispos vecinos que no conocía mejor forma de reformar
una diócesis que introducir a las Ursulinas en las comunidades muy
pobladas.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que por la intercesión de Santa Angela,
podamos siempre estar abiertos a contribuir a los centros de
enseñanza religiosa y así poder vivir y morir diciendo, “Yo te
Amo Señor”. A Tí Señor que nos siempre enseñabas en el Templo y
que expresaste tu Amor en todo momento, dejándonos tu Cuerpo y tu
Sangre en la Eucaristía como comida y bebida auténtica. Amén.
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