Cuarta
Feria 11 de Enero
Santo
Tomás de Cori (1655-1729)
Presbítero,
O.F.M.
Fué
un hombre hecho oración
Breve
Sacerdote
Franciscano. Predicador eficaz entre los campesinos, que tanto
necesitaron de su dulce y animosa presencia, en medio de tantas
dificultades. Fué un hombre hecho oración.
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Nacido
en Cori (Lazio) el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia
marcada por la pérdida prematura de su madre primero, y de su padre
después, quedando solo a los catorce años, al cuidado de la hermana
más pequeña. Hará de pastor, aprendiendo la sabiduría de las
cosas simples.
Casadas
las hermanas, queda libre para seguir la inspiración que desde algún
año guardaba en el silencio del corazón:
pertenecer completamente a Dios en la vida religiosa franciscana.
Había conocido a los Frailes Menores en su misma ciudad en el
Convento de S. Francisco.
Fue
acogido en la Orden, y enviado a Orvieto para hacer el año de
noviciado. Profesada la Regla de S. Francisco, y finalizados los
estudios de teología, se ordena sacerdote en 1683. Fue nombrado
inmediatamente vice maestro de novicios en el convento de la SS.
Trinidad de Orvieto; sus superiores reconocieron desde muy pronto sus
dotes.
Poco
tiempo después, fray Tomás oyó hablar de los Retiros que
comenzaban a florecer en la Orden, y de la intención de los
Superiores de la Provincia Romana de instaurar uno en el Convento de
Civitella (hoy Bellegra). Su petición fue acogida, y el joven fraile
llamó así a la puerta del pobre Convento en 1684, diciendo: "Soy
fray Tomás de Cori y vengo para hacerme santo".
Con un lenguaje quizás lejano al nuestro, expresaba él su ansia de
vivir radicalmente el Evangelio según el espíritu de S. Francisco.
Desde
entonces, fray Tomás permanecerá en Bellegra hasta la muerte,
excepto seis años (1703-1709) en los que será Guardián en el
Convento de Palombara, donde instauró el Retiro, en base al de
Bellegra. Escribió Reglas para uno y para otro, que él es el
primero que los observó cuidadosamente, consolidando con la palabra
y con el ejemplo la nueva institución de los dos Retiros.
Los
largos años transcurridos en S. Francisco de Bellegra se pueden
resumir en tres puntos:
Oración
Santo
Tomás de Cori fue seguramente, como se ha dicho de S. Francisco, no
tanto un hombre que oraba, como un hombre
hecho oración. Esta dimensión animó toda la vida del
Fundador del Retiro.
El
aspecto más evidente de su vida espiritual fue sin duda la
centralidad de la Eucaristía, testimoniada por Tomás en la
celebración eucarística, intensa y participada, y en la oración
silenciosa de adoración en las largas noches de Retiro, después del
oficio divino celebrado a medianoche.
Su
vida de oración estuvo marcada por una aridez persistente de
espíritu. La ausencia total de una consolación sensible en la
oración, y en su vida de unión con Dios, se prolongaría durante
más de cuarenta años, encontrándole siempre sereno y radical en la
vivencia del primado de Dios. Verdaderamente su oración se configuró
como "memoria Dei" realizando concretamente la unidad de
vida no obstante las múltiples actividades.
Evangelización
Santo
Tomás no se cerró en el Retiro, olvidando el bien de sus hermanos y
el corazón de la vocación franciscana, que es apostólico. Fue
llamado con razón el apóstol del " Sublacense ", habiendo
recorrido comarcas y ciudades en el anuncio incansable del Evangelio,
en la administración de los sacramentos y en el surgir de milagros a
su paso, signo de la presencia y cercanía del Reino.
Su
predicación era clara y simple, persuasiva y fuerte. No
subió a los púlpitos más ilustres del tiempo: su personalidad pudo
entregar lo mejor de sí en el ámbito restringido de la región del
Lazio, viviendo su vocación franciscana en minoridad y a la opción
concreta por los más pobres.
Exquisita
caridad
Santo
Tomás de Cori fue para sus hermanos padre amabilísimo.
Ante las resistencias de algunos hermanos en su deseo de reforma, y
de radicalidad en vivir el ideal franciscano, el Santo supo responder
con paciencia y humildad, encontrándose incluso solo para atender el
convento. Había comprendido muy bien que toda auténtica reforma
se inicia por uno mismo.
El
notable epistolario que nos ha llegado, demuestra la atención de
Tomás a las más pequeñas expectativas y necesidades de sus
hermanos y de tantos amigos, penitentes y frailes que se dirigían a
él para recibir un consejo. En el convento demostró su espíritu de
caridad en la disponibilidad a cualquier necesidad, incluso la más
humilde.
Rico
de méritos, se durmió en el Señor el 11 de enero de 1729. Santo
Tomás de Cori resplandece entre nosotros y en Roma, del que es
co-patron, sobre todo en su ansia de ideal cristiano y franciscano,
puro y vivido en lo esencial. Una provocación para todos nosotros, a
no tomar a la ligera el Evangelio y sus exigencias radicales.
Oración:
Te pedimos Señor, que por los méritos e intercesión de
Santo Tomás de Cori, podamos nosotros también saber orar, y
fundamentalmente convertir nuestra vida en Oración. A Tí Señor que
nos dejaste el Padre Nuestro como la manera de dirigirnos al Padre de
manera sencilla y conmovedora. Amén.
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