sábado, 26 de enero de 2019


Sábado 26 de enero

San Timoteo


Obispo y mártir. Año 97

"Timoteo, mi hijo amado" (1 Corintios)

San Timoteo, es el patrono de los malestares estomacales. Su nombre significa: "Tengo un gran respeto a Dios".

Nació en Listra, Licaonie (Asia Menor), de padre griego y madre judía. Se sabe de él, gracias a las tres epístolas del apóstol San Pablo. Desde muy temprana edad, fue instruido en las Sagradas Escrituras. Se cree que su madre Eunice, su abuela Lois, y él mismo, abrazaron el cristianismo, y se hicieron bautizar durante la primera visita de San Pablo a Listra.

Cuando Pablo regresó a ese lugar, en su segundo viaje misionero, los cristianos de allí le dieron, maravillosas recomendaciones acerca de Timoteo. Entonces, Pablo le impuso las manos, y le confió el ministerio de la predicación.

Así, el Apóstol lo escogió como colaborador, gran amigo y compañero de misiones –que fueron muchas veces difíciles y confidenciales -, y en adelante, lo consideró siempre como un hijo suyo. En la segunda carta a los Corintios, el Apóstol se refiere a él como: "Timoteo, mi hijo amado" (1 Corintios), y lo llama de la misma manera, en las dos cartas que le escribió a él.

En efecto, los encontramos a ambos juntos, en la primavera del año 50 al otoño del año 52: en Éfeso, Jerusalén, Roma, Frigia, Galacia, Macedonia, Tesalónica y Corinto. Más tarde, San Pablo le escribirá, recordándole lo buena que fue su familia: "... Que esa fe se conserve en ti, ya que desde tu más tierna edad, te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras" (1 Tim. 1:5; 4:14).

Ciertamente, la familia de Timoteo, experimentó abundantes gracias de conversión y crecimiento espiritual, durante la estadía de Pablo y Bernabé en su casa. Allí les ocurrió a los dos predicadores, que tras la curación de un hombre tullido, realizada por medio de Pablo, la gente de aquella región, los confundió con dioses disfrazados de hombres. Entonces quisieron adorarlos, y ofrecerles sacrificios.

Por su parte, Pablo, al darse cuenta, les aclaró que eran tan sólo criaturas, igual que ellos. Entonces los judíos, incitaron al pueblo contra Pablo y Bernabé. Apedreándolos, los dejaron casi muertos, pero los cristianos los condujeron a la casa de Timoteo, en donde fueron atendidos.

Para el año 53, Pablo envía a Timoteo, a las Iglesias de Macedonia y de Corinto. Trabajaron juntos nuevamente, los años siguientes, en Macedonia, en el Peloponeso, y en la Tróada. Y cuando Pablo les escribe a los cristianos de Roma, desde su prisión, les menciona que lo acompaña Timoteo, su fiel discípulo.

La primera carta que le escribió San Pablo a Timoteo, fue en el año 65, desde Macedonia; y la segunda desde Roma, mientras se encontraba preso, aguardando su ejecución.

En una de las cartas del Apóstol a Timoteo, le dice: "Que nadie te desprecie por tu juventud. Muéstrate en todo, como un modelo para los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y la fe" (2 Tim. 2).

En otro pasaje, el Apóstol desciende a detalles prácticos, como la recomendación, de que no tome sólo agua, sino también un poco de vino, debido a los continuos malestares estomacales de Timoteo (Cf. 1 Tim. 5:23).

El historiador Eusebio, cuenta que San Pablo, nombró a Timoteo, primer obispo de la Iglesia de Éfeso. Allí, Timoteo fue apaleado y apedreado, por el emperador Diocleciano, ya que se oponía a un festival pagano, en honor de Diana. Así pues, recibió la corona del martirio en el año 97.

Los restos de San Timoteo, se encuentran en la Iglesia de los Apóstoles en Constantinopla, y según la tradición, los fieles, reciben grandes favores cuando rezan a sus pies.

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión de San Timoteo, mantengamos siempre el respeto a tu Santo Nombre, y el Santo Temor a tu Justicia Divina, y que ésta sea siempre inseparable de tu Divina Misericordia. Vivimos en estado de pecado y ceguera, y necesitamos siempre de tu Luz y de tu Paz. No nos abandones Señor, en ningún momento de nuestra Vida. Amén.


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