Tercera
Feria 27 de marzo
San
Alejandro de Drizipara
Soldado
y Mártir
Etimológicamente,
Alejandro significa “protector de los hombres”. Viene de la
lengua griega.
El
Dios del Evangelio no quiere ni sufrimiento, ni angustia para nadie.
Perdonado, reconciliado, tu corazón lleno de compasión, reza por el
enemigo, atrévete a consolar a los que desfiguran tus propias
intenciones. Tú mantente en las fuentes de la fe, y avanza.
Este
joven mártir romano, dio muestras fehacientes, de lo que significa
el perdón para todo ser humano, y para el creyente, con mayor razón
todavía.
Era
un militar a las órdenes del tribuno Tiberio, en tiempos del
emperador Maximiliano (286-305).
Se
celebraban en la ciudad imperial unas grandes fiestas, dedicadas al
honor de Júpiter, el dios de los dioses.
Sabían
que era cristiano. Entonces quisieron obligarle a que hiciera los
sacrificios al dios. Como era natural, y consecuente con su fe en el
Resucitado, se negó en rotundo.
Como
era un militar afamado, lo llevaron ante el emperador. En su
presencia, profesó abiertamente su fe. Consecuencia: le torturaron y
le enviaron a Tracia, en donde le dieron fuertes castigos. Pero todo
lo soportó con alegría por Jesús, perdonando a sus verdugos.
Lo
trasladaron de un sitio para otro. Los interrogatorios continuos lo
indignaban.
Cansados,
lo transfirieron a Drizipara (actual Karistiran) en donde lo
decapitaron.
Arrojaron
su cuerpo al río, y cuatro perros lo rescataron, en presencia de su
madre Pemenia.
El
culto a Alejandro comenzó con mucho fervor en el siglo VI. Exaltaban
el valor de la madre, dando sepultura a su hijo. Hicieron una bella
iglesia en su honor.
¡Felicidades
a quien lleve este nombre!
Autor:
P. Felipe Santos
Oración:
Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la
intercesión de San Alejandro de Drizipara, podamos ser siempre tus
fieles soldados, sabiendo soportar con entereza, cualquier intento
del maligno, para apartarnos de tus enseñanzas. A Tí Señor, que
nos advertiste que quienes perseveren, y permanezcan leales hasta el
fin de sus días, serán salvos. Amén.
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