Sexta
Feria 23 de marzo
SAN
JOSE ORIOL
(† 1727)
Protector
de los marinos y soldados del mar
Conseguía
vaciar los espíritus de todo aquello que los debilitaba, y llenarlos
de esperanza en Dios, en la vida, y en sí mismos
“Prefiero
que me encuentren muerto en una casa de mala vida, que con una moneda
en el bolsillo”
Breve
Teólogo
y Confesor eximio. Lo llamaban el doctor pan y agua, por ser éstos
sus únicos alimentos. Se le atribuye la cita del encabezado.
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Nombre
de pila, procedente del apellido catalán Oriol, y del francés
Auriol. A partir de San José Oriol, se convirtió en nombre propio,
al igual que ocurrió con Javier (por San Francisco Javier).
Procede
del latín aureolus, que por reducción de diptongos, da oriolus y
finalmente oriol en catalán, y auriol en francés. Con el nombre de
oriol se denomina en catalán la oropéndola. En francés, en cambio,
pasaron a llamar a esta ave loriot.
Se
trata de un pájaro de la familia de los oriólidos, en el caso del
catalán oriol se refiere a la especie Oriolus galbula. De tamaño
mediano, su cuerpo es de color amarillo brillante, aparte de la cola
y parte de las alas, que son de color negro, como las patas y el
pico. La hembra es verde por encima, y grisácea por debajo;
construye el nido colgado de los árboles, de manera que los
polluelos son mecidos por el viento.
A
estas aves les encantan los higos y las cerezas. Son muy
discretas. Cuando les roban el nido, forman un expolio.
Está
documentado Oriolus como nombre de pila, en sendos documentos de los
años 958 y 1038. Se usaron mayormente como apodo, las variantes
Oriol y Auriol, de ahí que existan como apellido en numerosas
localidades del área lingüística catalana y francesa. Fue San José
Oriol el que dio lugar primero, al nombre compuesto José Oriol y
luego a Oriol. Su uso está muy difundido especialmente en Barcelona.
San
José Oriol fue un sacerdote singular. Nació en Barcelona, en 1650.
Quedó huérfano de padre de muy niño, por lo que tuvo que acogerse
a la beneficencia de la iglesia de Santa María del Mar. Seguramente
como agradecimiento, siempre trabajó incansablemente por la salud
espiritual de innumerables soldados y marineros a lo largo de su
vida, brindando el consuelo de la confesión y el buen consejo.
Recibió
ayuda para cursar la carrera eclesiástica, y llegó al doctorado en
teología. Acabada ésta, trabajó durante nueve años, como
preceptor en casa de un gran personaje. Alternaba su trabajo con el
ministerio sacerdotal. Viajó a Roma. A su regreaso, fue destinado a
la iglesia de Nuestra Señora de los Reyes, llamada popularmente la
Iglesia del Pino. Allí se distinguió por
su profunda humanidad, especialmente notoria en el ministerio de la
penitencia.
Era
tal la fuerza que irradiaba de su persona, y la fe que inspiraba, que
pronto llamaron la atención, las curaciones de enfermos. Conseguía
vaciar los espíritus de todo aquello que los debilitaba, y llenarlos
de esperanza en Dios, en la vida, y en sí mismos.
Aquel
don especial del modesto cura, tenía en vilo a la ciudad. A él se
encomendaban los dolientes, y alcanzaban el alivio de sus males.
Sus
armas eran la oración, el buen consejo, y una intensísima vida
espiritual. Como si su alma fuera capaz de vivir ajena a
su cuerpo, llegó a niveles de austeridad increíbles.
Murió
a los 52 años. Fue beatificado en 1806, por el papa Pío VII, 104
años después de su muerte. Fue en estos años, cuando se preparaba
para su sagrado ministerio Juan María Vianney, que siguió los pasos
de San José Oriol en su modesta parroquia de Ars (Francia). La
canonización le correspondió en 1909, por Pío X.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que por intercesión de San José Oriol,
protejas a todos quienes se encuentren embarcados, civiles y
militares, tanto en el mar como en el aire, y que nos proteja y guíe
a quienes navegamos en las aguas turbulentas de la vida cotidiana. A
Tí Señor, que caminaste sobre las aguas del lago de Tiberíades, y
calmaste la tormenta y que Vives y Reinas en todo el Universo, por
los Siglos de los Siglos. Amén.
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