Segunda
Feria 29 de Mayo
San
Maximino
Obispo
de Francia (+349)
Maximino
nació al comienzo del siglo IV el Poitiers (Aquitania), al sudoeste
de la antigua Galia. Provenía de un hogar muy piadoso.
La
santidad de Agricio, obispo de Tréveris, llevó a Maximino a dejar
el suelo natal, e ir en busca de aquel prelado, para recibir
lecciones de religión, ciencias y humanidades. El santo reconoció
en el recién llegado una lúcida inteligencia, y un firme amor a la
doctrina católica, razón por la cual le confirió las sagradas
órdenes. En el ejercicio de estas funciones, hizo en breve tiempo
notables progresos.
Al
morir Agricio, conocidos por el pueblo los atributos de Maximino, por
voluntad unánime, éste fue su sucesor, ocupando la cátedra de
Tréveris en el año 332.
Perturbaba
en aquel tiempo en la Iglesia el arrianismo, doctrina que negaba la
unidad y consustancialidad en las tres personas de la santísima
Trinidad; según ellos el Verbo habría sido creado de la nada, y era
muy inferior al Padre. El Verbo encarnado era Hijo de Dios, pero por
adopción.
Contra
esta interpretación, que disminuía el misterio de la encarnación,
y el de la redención del hombre, se levantó Atanasio, obispo de
Alejandría, que se había de constituir en el campeón de la
ortodoxia.
Reinaba
entonces el emperador Constantino el Grande, a quien los herejes
engañaron acumulando calumnias sobre Atanasio, y así lograron que
lo desterraste a Tréveris, en el año 336.
Allí
Maximino lo recibió, con evidencias de la veneración que le
profesaba, y trató por todos los medios de suavizar la situación
del desterrado. Lo mismo hizo con Pablo, obispo de Constantinopla,
también forzado a ir a Tréveris, después de un remedo de sínodo
arriano. Al morir Constantino, el hijo mayor, Constantino el Joven,
su sucesor en Occidente, devolvió a Atanasio la sede de Alejandría.
En
el año 345, Maximino concurrió al concilio de Milán, donde los
arrianos, cuyo jefe era Eusebio de Nicomedia, fueron otra vez
condenados. No obstante, se consideraba indispensable, para cimentar
la paz de la Iglesia, celebrar un nuevo concilio ecuménico. Maximino
lo propuso al emperador Constante; éste, hallándolo conveniente,
escribió a su hermano Constantino, concertándose para tal reunión
la ciudad de Sárdica (hoy Sofía, capital de Bulgaria).
Los
arrianos quisieron atraer al emperador a su secta, y justificar la
conducta seguida contra Atanasio. Pero Maximino alertó al emperador,
defendiendo así al obispo sin culpa; y Atanasio fue nuevamente
restablecido.
Vuelto
a su Iglesia, Maximino hizo frente a las necesidades, socorriendo a
los pobres. Su familia residía en Poitiers, y allá fue a
visitarlos, pero murió al poco tiempo en esa ciudad, en el año 349.
La fecha de hoy recuerda la traslación de sus reliquias a Tréveris.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que iluminaste a tu hijo
San Maximino con la antorcha de la Fe, haz que esa antorcha quede
siempre firme en las manos de todos los Obispos del Mundo, en la
defensa de la Fe Católica y Apostólica. A Tí Señor que nos
prometiste que nunca las llamas del Infierno prevalecerán sobre tu
Iglesia. Amén.
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