domingo, 3 de julio de 2016

Domingo 3 de Julio

SANTO TOMAS, APÓSTOL



Patrono de jueces, constructores, arquitectos y teólogos. También de las ciudades: Prato, Parma, Urbino.

Vamos también nosotros para morir con él”
¡Señor mío y Dios mío!

Breve
Desde el siglo VI se celebra el día 3 de julio el traslado de su cuerpo desde Edesa. Sus huesos están en la Catedral de Ortona, Italia. Simbología: espada, cinturón de la Virgen, ya que se afirma que la Virgen se lo obsequió cuando fué elevada hasta los Cielos.

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Santo Tomás era judío, y probablemente galileo. Trabajaba como humilde pescador de oficio. Tuvo la felicidad de seguir a Cristo que lo hizo apóstol en el año 31.

Tomás es conocido entre los demás apóstoles por su incredulidad, que se desvaneció en presencia de Cristo resucitado; él proclamó la fe pascual de la Iglesia con estas palabras: «¡Señor mío y Dios mío!» Nada sabemos con certeza acerca de su vida, aparte de los indicios que nos suministra el Evangelio. Se dice que evangelizó la India.

No podemos olvidar que él respondió a favor de Jesús, dispuesto a ir a Jerusalén a pesar de saber que los Fariseos planeaban su muerte. Santo Tomás dijo: "Vamos también nosotros para morir con él". Así de ardiente era el amor de este discípulo por su maestro, aún antes del descenso del Espíritu Santo.

Siendo uno de los doce Apóstoles escogidos por Jesús (cf. Mt 3,10) es recordado por muchos, porque no aceptó el testimonio de sus compañeros sobre la visita que recibieron de Jesús resucitado.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor» (Juan 20,24)

Tomás, como muchos hoy, pensó que lo que decían era producto de histeria.  Ellos se habían equivocado, pensaba, por creerle a las mujeres. Y cuanto más ellos insistían, más él lo negaba, haciéndose ver como el más "equilibrado" y "sensato" entre ellos.

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio, estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros»  Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente» (Juan 20,26-27)

La respuesta de Juan es una poderosa profesión de fe en la divinidad, la cual repetimos antes de comulgar: Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío» (Juan 20,28)

Le dice Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído» (Juan 20,29)

Debemos reconocer que, como Santo Tomás, todos hemos pecado. Nos cuesta aceptar que Jesús es Dios que ha venido a la tierra. Pero Tomás se humilló y reconoció al Señor.  Más tarde dio su vida muriendo mártir por Él. Por eso es tan buen ejemplo para nosotros.

Ya durante la vida terrena de Jesús, Santo Tomás había dado ejemplo a los otros, haciéndose disponible y dándoles ánimos en momentos difíciles:
Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros a morir con Él» Juan 11:16

Recordamos también que fue una pregunta de Santo Tomás la que dio lugar a que Jesús se revelase como Camino, Verdad y Vida: Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Le contesta Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». (Juan 14,5-6)

Después de la venida del Espíritu Santo, San Tomás comisionó a Tadeo para que bautizara e instruyese a Abgar, rey de Edessa. Según Eusebio este rey escribió a Jesús invitándolo a visitar su reino, y ser curado de una enfermedad que le afligía.

Cristo en respuesta le dijo que debía cumplir con la tarea para la que fue enviado, y después regresar a Aquel que lo había enviado , pero que después de su ascensión Él enviaría a uno de sus discípulos a sanarlo, y dar vida a él y su familia.

Esta promesa de nuestro Señor fue cumplida por Santo Tomás, quien envió a Tadeo, no solamente a sanar a este rey, sino también para plantar la semilla de la fe en esta nación.

Se sabe que en su labor apostólica, Santo Tomás, predicó en Persia y sus alrededores, se menciona también India y Etiopía.

Se cree que Santo Tomás sufrió el martirio en la costa de Coromandel, India, donde su cuerpo fue descubierto, con ciertas marcas de que fue muerto con lanzas, y ese tipo de muerte es tradición en los países del Este. Se sabe que su cuerpo fue trasladado a Edessa, donde fue enterrado en los grandes sepulcros donde también se hallaba San Juan.

Los apóstoles eran personas humildes y sencillas, con las habilidades básicas para la vida cotidiana. Pero fueron escogidos por Cristo, hechos sus amigos, alcanzando la plenitud con sus gracias y santa caridad, y exaltados en su dignidad espiritual de príncipes de su reino y jueces de este mundo.

Oración: Dios Todopoderoso y Eterno, que a imitación y por intercesión de Santo Tomás Apóstol, ayúdanos a creer, y vivir coherentemente de acuerdo al Santo Credo en Jesucristo, a quien Tú enviaste como nuestro Divino Maestro y Redentor. Que siempre lo reconozcamos como Camino que conduce a la Verdadera Vida. Amén.


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