Segunda
Feria, 1 de Abril
San
Hugo, Obispo
1152-
+1132
Abad
de Cluny 1109
Protector
de la Orden Cartuja
Cuerpo
Incorrupto
Hugo:
"inteligente"
Nacido
en Francia. Su padre Odilón, entró a la Cartuja siendo viudo. San
Hugo, ya como obispo, le dio la unción de los enfermos, antes de
morir. Siendo laico, su obispo lo llevó como asistente a un sínodo,
y allí lo exhortaron a que fuese ordenado
sacerdote.
Enseguida
lo llevaron a Roma, y el Papa Gregorio VII,
lo ordenó obispo para la diócesis de Grenoble, Francia, a los 28
años de edad.
Lo
que más le preocupaba a Hugo, era su timidez, su convicción de que
no era digno de ser obispo, y las tentaciones de malos pensamientos
que sufría. El Papa le animó diciéndole, que "cuando
Dios da un cargo o una responsabilidad, se compromete a darle a la
persona, las gracias, o ayudas que necesita, para lograr cumplir bien
con esa obligación".
En
Grenoble, encontró una situación terrible. La simonía -pagar
dinero por los cargos eclesiásticos- era común. Los
sacerdotes no vivían el celibato. Se había abandonado la
catequesis, y cundía la ignorancia.
Quiso
renunciar al obispado, para retirarse a la oración. Una noche de
1084, siete estrellas resplandecieron, en el sueño de San Hugo,
Obispo de Grenoble.
Esta
visión iluminada, anunciaba la llegada de 7 hombres, buscando la
soledad alpestre, deseosos de alabar a Dios, lejos del mundo y su
clamor. Poco tiempo después, le visitaron cinco amigos para pedirle,
poder fundar un convento para vida ascética,
de mortificación, ayuno y profunda devoción, con
silencio perpetuo.
Ahí
comprendió, que el sexto hombre era él mismo, juntamente con el
séptimo, que San Bruno de Colonia, a quien tenían por guía, y que
a la edad de 54 años, deseaba huir del alboroto del siglo. Entonces
San Hugo, los condujo por un laberinto de montañas escarpadas, hasta
un desierto de rocas y de pinos, llamado Chartreuse, o Cartuja,
siendo el inicio de la orden de los Cartujos.
Ahí
construyeron cabañas de madera, llamadas Casalibus, y un oratorio de
piedra. Un pobre refugio, de donde nació la Grande Chartreuse. Desde
hace unos 9 siglos, en ese mismo lugar, su presencia se eleva como el
incienso.
Al
construir el monasterio, no había agua, pero San Hugo, recordando a
Moisés, golpeó la roca, y de ella brotó agua en abundancia.
San Bruno fue el director espiritual del obispo Hugo, hasta el final
de su vida.
Con
frecuencia, Hugo visitaba la cartuja, como su oasis de oración.
Sufrió mucho a manos de sus sacerdotes, pues muchos de ellos,
resentían su pastoreo santo.
Sufrió
un dolor de cabeza continuo, por más de 40 años, y eso solo lo
sabía su director espiritual, pues mantenía un semblante
siempre alegre, y de buen humor. También sufría el ataque de malos
pensamientos.
Antes
de predicar, se dedicaba a la oración, por lo que sus homilías
estaban llenas del Espíritu Santo. Los
pecadores lloraban, y habían muchas conversiones.
Al
final de su vida, sufría mucho de artritis, pero los disimulaba, y
los ofrecía por los pecadores.
Poco
antes de su muerte, perdió la memoria, y lo único que recordaba
eran los Salmos y el Padrenuestro. Y pasaba sus días repitiendo
salmos, y rezando Padres Nuestros.
Murió
a los 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo
declaró santo, dos años después de su muerte.
Su
cuerpo, depositado en una caja de plata, quedó expuesta a la
veneración de los fieles, durante 4 siglos. En junio de
1562, durante las Guerras de Religión, su cuerpo fue quemado por el
Baron de Adrets, y por los Hugonotes en la plaza de Notre-Dame, en
Grenoble.
Oración:
Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos e intercesión
de tu Obispo, San Hugo de Grenoble, bebamos siempre del manantial
sagrado de tu Manantial Infinito, y sepamos compartirla con todos los
que la pidan. A Tí Señor, que nos das del Agua, para nunca más
tener sed. Amén.
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