Cuarta
Feria 31 de enero
SAN
JUAN BOSCO
1815-1888
Presbítero,
"Padre y maestro de la juventud", patrono de los editores,
fundador de los salesianos. Por su gran devoción a María
Auxiliadora, conseguía de ella innumerables milagros.
Cuerpo
Incorrupto
"Propagad
buenos libros --decía Don Bosco-- sólo en el cielo sabréis el gran
bien que produce una buena lectura"
"En
su vida, lo sobrenatural se hizo casi natural, y lo extraordinario,
ordinario", Pío XI sobre S. Juan Bosco
«La
Iglesia deberá pasar tiempos críticos, y sufrir graves daños, pero
al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la
paz, y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento».
Primeros
santos discípulos de S. Juan Bosco
Santo Domingo Savio | Beato Miguel Rua (su sucesor) | Mamá Margarita, madre de San Juan Bosco, es venerable
Santo Domingo Savio | Beato Miguel Rua (su sucesor) | Mamá Margarita, madre de San Juan Bosco, es venerable
Breve
San
Juan Bosco Tuvo una niñez muy dura. Una vez ordenado sacerdote,
empleó todas sus energías en la educación de los jóvenes. Sus
grandes amores que fundamentan su espiritualidad fueron: La
Eucaristía, la Virgen María, la Iglesia, la fidelidad al Santo
Padre, la juventud.
Fundador
de la Congregación de los Salesianos, comunidad religiosa con rama
masculina y femenina, dedicados a la educación de los jóvenes, en
especial de los pobres. Les enseñaba la vida cristiana, y diversos
oficios. Atrajo y sigue atrayendo a multitudes de jóvenes a Cristo.
La Congregación toma su nombre de San Francisco de Sales.
Famoso
por sus sueños proféticos, ¡se conocen 159 de ellos!. Quizás el
mas famoso es el de la Nave de Pedro, que explicaremos más adelante.
San
Juan Bosco escribió también algunos opúsculos en defensa de la
religión.
Gran
constructor de iglesias, entre ellas la Basílica de San Juan
Evangelista, la Basílica de María Auxiliadora, y la Iglesia del
Sagrado Corazón en Roma donde celebró su última misa.
La
lectura animosa de este día, nos ayudará a reflexionar mucho en
nuestra propia vida.
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Vida
de San Juan Bosco
Juan
Melchor nace en 1815, junto a Castelnuovo, en la diócesis de Turín.
Era el menor de los hijos de un campesino piamontés. Su niñez fue
muy dura. Su padre murió, cuando Juan tenía apenas dos años y
medio. La madre, Margarita, analfabeta y muy pobre, pero santa y
laboriosa mujer, que debió luchar mucho para sacar adelante a sus
hijos; se hizo cargo de su educación.
El
primero de sus 159 sueños proféticos
A
los nueve años de edad, un sueño que el pequeño no olvidó nunca,
le reveló su vocación. Más adelante, en todos los períodos
críticos de su vida, una visión del cielo le indicó siempre el
camino que debía seguir.
En
aquel primer sueño, se vio rodeado de una multitud de chiquillos que
se peleaban entre sí y blasfemaban; Juan Bosco trató de hacer la
paz, primero con exhortaciones, y después con los puños.
Súbitamente
apareció Nuestro Señor, y le dijo: "¡No, no; tienes que
ganártelos con la mansedumbre y el amor!". Le indicó
también que su Maestra, sería la Santísima Virgen, quien al
instante apareció, y le dijo: "Toma tu cayado de pastor y
guía a tus ovejas". Cuando la Señora pronunció estas
palabras, vió a los niños como bestias feroces, que se convierten
luego en ovejas.
Una
gran cualidad: su interés por la salvación de la juventud
El
sueño terminó, pero desde aquel momento Juan Bosco comprendió que
su vocación era ayudar a los niños pobres, y empezó inmediatamente
a enseñar el catecismo, y a llevar a la iglesia a los chicos de su
pueblo.
Para
ganárselos, acostumbraba ejecutar ante ellos toda clase de
acrobacias, en las que llegó a ser muy ducho. Un domingo por la
mañana, un acróbata ambulante dio una función pública, y los
niños no acudieron a la iglesia; Juan Bosco desafió al acróbata en
su propio terreno, obtuvo el triunfo, y se dirigió victoriosamente
con los chicos a la misa.
La
alegría de Don Bosco
Los
muchachos de la calle lo llamaban: “Ese es el Padre que siempre
está alegre. El Padre de los cuentos bonitos”. Su sonrisa era
de siempre. Nadie lo encontraba jamás de mal humor, y nunca se le
escuchaba decir una palabra dura, o humillante. Hablar con él la
primera vez, era quedar ya de amigo suyo para toda la vida.
El
Señor le concedió también el don de consejo: Un consejo suyo
cambiaba a las personas. Y lo que decía eran cosas ordinarias.
Durante
las semanas que vivió con una tía, que prestaba servicios en casa
de un sacerdote, Juan Bosco aprendió a leer. Tenía un gran deseo de
ser sacerdote, pero hubo de vencer numerosas dificultades, antes de
poder empezar sus estudios. A los dieciséis años, ingresó
finalmente en el seminario de Chieri, y era tan pobre, que debía
mendigar para reunir el dinero, y los vestidos indispensables.
El
alcalde del pueblo le regaló el sombrero, el párroco la chaqueta,
uno de los parroquianos el abrigo y otro, un par de zapatos. Después
de haber recibido el diaconado, Juan Bosco pasó al seminario mayor
de Turín, y ahí empezó, con la aprobación de sus superiores, a
reunir los domingos a un grupo de chiquillos y mozuelos, abandonados
de la ciudad.
San
José Cafasso, sacerdote de la parroquia anexa al seminario mayor de
Turín, confirmó a Juan Bosco en su vocación, explicándole que
Dios no quería que fuese a las misiones extranjeras: "Desempaca
tus bártulos --le dijo--, y prosigue tu trabajo con los chicos
abandonados. Eso, y no otra cosa, es lo que Dios quiere de ti".
El
mismo Don Cafasso, le puso en contacto con los ricos que podían
ayudarle con limosnas para su obra, y le mostró las prisiones y los
barrios bajos, en los que encontraría suficientes necesitados, a
quienes podía ofrecerles los donativos de los ricos.
El
primer puesto que ocupó Don Bosco, fue el de capellán auxiliar en
una casa de refugio para muchachas, que había fundado la marquesa di
Barola, la rica y caritativa mujer que socorrió a Silvio Pellico,
cuando éste salió de la prisión. Los domingos, Don Bosco no
tenía trabajo, de modo que podía ocuparse de sus chicos, a los que
consagraba el día entero, en una especie de escuela y centro de
recreo, que él llamó "Oratorio Festivo".
Pero
muy pronto, la marquesa le negó el permiso de reunir a los niños en
sus terrenos, porque hacían ruido y destruían las flores. Durante
un año, Don Bosco y sus chiquillos anduvieron de un lado a otro,
porque nadie quería aceptar ese pequeño ejército, de más de un
centenar de revoltosos muchachos.
Cuando
Don Bosco consiguió, por fin, alquilar un viejo granero, y todo
empezaba a arreglarse, la marquesa, que a pesar de su generosidad
tenía algo de autócrata, le exigió que escogiera entre quedarse
con su tropa, o con su puesto en el refugio para muchachas. El santo
escogió a sus chicos.
Oratorios,
escuelas, talleres...
En
esos momentos críticos, le sobrevino una pulmonía, cuyas
complicaciones estuvieron a punto de costarle la vida. En cuanto se
repuso, fue a vivir en unos cuartuchos miserables de su nuevo
oratorio, en compañía de su madre, y ahí se entregó, con toda el
alma, a consolidar y extender su obra.
Dio
forma acabada a una escuela nocturna, que había inaugurado el año
precedente, y como el oratorio estaba lleno a reventar, abrió otros
dos centros, en otros tantos barrios de Turín.
Por
la misma época, empezó a dar alojamiento a los niños abandonados.
Al poco tiempo, había ya treinta o cuarenta chicos, la mayoría
aprendices, que vivían con Don Bosco y su madre, en el barrio de
Valdocco. Los chicos llamaban a la madre de Don Bosco "Mamá
Margarita".
Con
todo, Don Bosco cayó pronto en la cuenta que todo el bien que hacía
a sus chicos, se perdía con las malas influencias del exterior,
y decidió construir sus propios talleres de aprendizaje. Los dos
primeros: el de los zapateros, y el de los sastres, fueron
inaugurados en 1853.
Crece
la familia
El
siguiente paso fue construir una iglesia, consagrada a San Francisco
de Sales. Después vino la construcción de una casa, para la enorme
familia. El dinero no faltaba, a veces, por verdadero milagro. Don
Bosco distinguía dos grupos entre sus chicos: el de los aprendices,
y el de los que daban señales de una posible vocación sacerdotal.
Al
principio iban a las escuelas del pueblo; pero con el tiempo, cuando
los fondos fueron suficientes, Don Bosco instituyó los cursos
técnicos, y los de primeras letras en el oratorio.
En
1856, había ya 150 internos, cuatro talleres, una imprenta, cuatro
clases de latín, y diez sacerdotes. Los externos eran quinientos.
Con su extraordinario don de simpatía, y de leer los corazones, Don
Bosco ejercía una influencia ilimitada sobre sus chicos, de suerte
que podía gobernarles con aparente indulgencia y sin castigos,
para gran escándalo de los educadores de su tiempo.
Veía
en sueños el estado exacto de la conciencia de sus discípulos, y
después los llamaba, y les hacía una descripción tan completa de
los pecados que ellos habían cometido, que muchos aclamaban
emocionados: "Si hubiera venido un ángel a contarle toda mi
vida, no me habría hablado con mayor precisión" .
Se
gana de tal manera el cariño de los jóvenes, que es difícil
encontrar en toda la historia de la humanidad, después de Jesús, un
educador que haya sido tan amado como Don Bosco. Los jóvenes
llegaban hasta pelear unos contra otros, afirmando cada uno que a él
lo amaba el santo más que a los demás.
Dedicó
su vida a la difusión de las buenas lecturas
Además
de este trabajo, Don Bosco se veía asediado de peticiones para que
predicara; la fama de su elocuencia se había extendido enormemente,
a causa de los milagros y curaciones obradas por la intercesión del
santo. Otra forma de actividad, que ejerció durante muchos años,
fue la de escribir libros para el gusto popular, pues estaba
convencido de la influencia de la lectura.
Él
decía que Dios lo había enviado al mundo, para educar a los jóvenes
pobres, y para propagar buenos libros, los cuales, además eran
sumamente sencillos y fáciles de entender. "Propagad
buenos libros --decía Don Bosco-- sólo en el cielo sabréis el gran
bien que produce una buena lectura".
Unas
veces se trataba de una obra de apologética, otras de un libro de
historia, de educación, o bien de una serie de lecturas católicas.
Este trabajo le robaba gran parte de la noche, y al fin tuvo que
abandonarlo, porque sus ojos empezaron a debilitarse.
En
búsqueda de colaboradores
El
mayor problema de Don Bosco, durante largo tiempo, fue el de
encontrar colaboradores. Muchos jóvenes sacerdotes entusiastas,
ofrecían sus servicios, pero acababan por cansarse, ya fuese porque
no lograban dominar los métodos impuestos por Don Bosco, o porque
carecían de su paciencia, para sobrellevar las travesuras de aquel
tropel de chicos mal educados, y frecuentemente viciosos; o porque
perdían la cabeza al ver que el santo se lanzaba a la construcción
de escuelas y talleres, sin contar con un céntimo.
Aun
hubo algunos que llevaron a mal, que Don Bosco no convirtiera el
oratorio en un club político para propagar la causa de "La
Joven Italia". En 1850, no quedaba a Don Bosco más que un
colaborador, y esto le decidió a preparar, por sí mismo, a sus
futuros colaboradores. Así fue como Santo Domingo Savio, ingresó en
el oratorio, en 1854.
Nace
la gran familia Salesiana
Por
otra parte, Don Bosco había acariciado siempre la idea, más o menos
vaga, de fundar una congregación religiosa. Después de algunos
descalabros, consiguió por fin formar un pequeño núcleo. "En
la noche del 26 de enero de 1854 --escribe uno de los testigos-- nos
reunimos en el cuarto de Don Bosco. Se hallaban ahí además,
Cagliero, Rocchetti, Artiglia y Rua. Llegamos a la conclusión de
que, con la ayuda de Dios, íbamos a entrar en un período de
trabajos prácticos de caridad, para ayudar a nuestro prójimo”.
Al
fin de ese período, estaríamos en libertad de ligarnos con una
promesa, que más tarde podría transformarse en voto. Desde aquella
noche, recibieron el nombre de Salesianos, todos los que se
consagraron a tal forma de apostolado. Naturalmente, el nombre
provenía del gran obispo de Ginebra, San Francisco de Sales (el
"Santo de la amabilidad"). El momento no parecía muy
oportuno para fundar una nueva congregación, pues el Piamonte no
había sido nunca más anticlerical que entonces.
Los
jesuitas, y las Damas del Sagrado Corazón habían sido expulsados;
muchos conventos habían sido suprimidos, y cada día, se publicaban
nuevas leyes que coartaban los derechos de las órdenes religiosas.
Sin embargo, fue el ministro Rattazzi, uno de los que más parte
había tenido en la legislación, quien urgió un día a Don Bosco a
fundar una congregación, para perpetuar su trabajo, y le prometió
su apoyo ante el rey".
En
diciembre de 1859, Don Bosco y sus veintidós compañeros, decidieron
finalmente organizar la congregación, cuyas reglas habían sido
aprobadas por Pío IX. Pero la aprobación definitiva no llegó sino
hasta quince años después, junto con el permiso de ordenación para
los seminaristas que se encontraran ya preparados. La nueva
congregación creció rápidamente: en 1863 había treinta y nueve
salesianos; a la muerte del fundador, eran ya 768, y en la actualidad
se cuentan por millares: Diecisiete mil en 105 países, con 1,300
colegios y 300 parroquias, que se hallan establecidos en todo el
mundo.
Don
Bosco realizó uno de sus sueños, al enviar a sus primeros
misioneros a la Patagonia, Argentina. Poco a poco, los Salesianos se
extendieron por toda la América del Sur. Cuando San Juan Bosco
murió, la congregación tenía veintiséis casas en el Nuevo Mundo,
y treinta y ocho en Europa. Las instituciones salesianas en la
actualidad comprenden, escuelas de primera y segunda enseñanza,
seminarios, escuelas para adultos, escuelas técnicas y de
agricultura, talleres de imprenta y librería, hospitales, etc., sin
omitir las misiones extranjeras, y el trabajo pastoral.
El
siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una congregación
femenina, encargada de hacer por las niñas, lo que los Salesianos
hacían por los niños. La congregación quedó inaugurada en 1872,
con la toma de hábito de veintisiete jóvenes, entre ellas, Santa
María Dominga Mazzarello,
que fue la cofundadora, a las que el santo llamó Hijas de Nuestra
Señora, Auxilio de los Cristianos (o Hijas de María Auxiliadora).
La
nueva comunidad se desarrolló casi tan rápidamente como la
anterior, y emprendió además de otras actividades, la creación de
escuelas de primera enseñanza en Italia, Brasil, Argentina y otros
países. "Hoy en día son dieciséis mil, en setenta y cinco
países".
Para
completar su obra, Don Bosco organizó a sus numerosos colaboradores
del exterior, en una especie de tercera orden, a la que dio el título
de Colaboradores Salesianos. Se trataba de hombres y mujeres de todas
las clases sociales, que se obligaban a ayudar en alguna forma a los
educadores salesianos.
Nuestro
Señor le inspiró un sabio método de enseñanza
El
sueño o visión que tuvo Don Bosco en su juventud, marcó toda su
actividad posterior con los niños. Todo el mundo sabe que para
trabajar con los niños, hay que amarlos; pero lo importante es que
ese amor, se manifieste en forma comprensible para ellos.
Ahora
bien, en el caso de Don Bosco, el amor era evidente, y fue ese amor
el que le ayudó a formar sus ideas sobre el castigo, en una época
en que nadie ponía en tela de juicio, las más burdas supersticiones
acerca de ese punto.
Los
métodos de Don Bosco consistían en desarrollar el sentido de
responsabilidad, en suprimir las ocasiones de desobediencia, en saber
apreciar los esfuerzos de los chicos, y en una gran amistad. En 1877
escribía: "No recuerdo haber
empleado nunca un castigo propiamente dicho. Por la gracia de Dios,
siempre he podido conseguir que los niños observen no sólo las
reglas, sino aun mis menores deseos". Pero a
esta cualidad, se unía la perfecta conciencia del daño, que puede
hacer a los niños un amor demasiado indulgente, y así lo repetía
constantemente Don Bosco a los padres.
Una
de las imágenes más agradables que suscita el nombre de Don Bosco,
es la de sus excursiones domingueras al bosque, con una parvada de
rapazuelos. El santo celebraba la misa en alguna iglesita de pueblo,
comía y jugaba con los chicos en el campo, les daba una clase de
catecismo, y todo terminaba al atardecer, con el canto de las
vísperas, pues Don Bosco creía firmemente en los benéficos efectos
de la buena música.
La
construcción de iglesias
El
relato de la vida de Don Bosco quedaría trunco, si no hiciéramos
mención de su obra de constructor de iglesias. La primera que
erigió era pequeña, y resultó pronto insuficiente para la
congregación. El santo emprendió entonces la construcción de otra
mucho más grande, que quedó terminada en 1868. A ésta siguió una
gran basílica, en uno de los barrios pobres de Turín, consagrada a
San Juan Evangelista.
El
esfuerzo para reunir los fondos necesarios había sido inmenso; al
terminar la basílica, el santo no tenía un céntimo y estaba muy
fatigado, pero su trabajo no había acabado todavía. Durante los
últimos años del pontificado de Pío IX, había iniciado el
proyecto de construir una iglesia del Sagrado Corazón en Roma, y el
Papa había dado el dinero necesario para comprar el terreno. El
sucesor de Pío IX, se interesaba en la obra tanto como su
predecesor, pero parecía imposible reunir los fondos para la
construcción.
"Es
una pena que no podamos avanzar" --dijo el Papa al terminar un
consistorio--. "La gloria de Dios, el honor de la Santa Sede, y
el bien espiritual de muchos fieles están comprometidos en la
empresa. Y no veo cómo podríamos llevarla adelante".
--"Yo
puedo sugerir una manera de hacerlo" --dijo el cardenal
Alimonda.
--"¿Cuál? --preguntó el Papa.
--"Confiar el asunto a Don Bosco".
–"¿Y Don Bosco estaría dispuesto a aceptar?"
–"Yo le conozco bien" --replicó el cardenal--; "la simple manifestación del deseo de Vuestra Santidad, será una orden para él".
--"¿Cuál? --preguntó el Papa.
--"Confiar el asunto a Don Bosco".
–"¿Y Don Bosco estaría dispuesto a aceptar?"
–"Yo le conozco bien" --replicó el cardenal--; "la simple manifestación del deseo de Vuestra Santidad, será una orden para él".
La
tarea fue propuesta a Don Bosco, quien la aceptó al punto.
Cuando
ya no pudo obtener más fondos en Italia, se trasladó a Francia, el
país en que había nacido la devoción al Sagrado Corazón. Las
gentes le aclamaban en todas partes por su santidad y sus milagros, y
el dinero le llovía. El porvenir de la construcción de la nueva
iglesia estaba ya asegurado; pero cuando se aproximaba la fecha de la
consagración, Don Bosco repetía que si se retardaba demasiado, no
estaría en vida para asistir a ella. La consagración de la iglesia
tuvo lugar el 14 de mayo de 1887, y San Juan Bosco celebró ahí la
misa, poco después.
Muerte
de Don Bosco
Pero
sus días tocaban a su fin. Dos años antes, los médicos habían
declarado que el santo estaba completamente agotado, y que la única
solución era el descanso; pero el reposo era desconocido para Don
Bosco. A fines de 1887, sus fuerzas empezaron a decaer rápidamente;
la muerte sobrevino el 31 de enero de 1888, cuando apenas comenzaba
el día, de suerte que algunos autores escriben, no sin razón, que
Don Bosco murió al día siguiente de la fiesta de San Francisco de
Sales.
Su
cuerpo permanece incorrupto en la Basílica de Santa María
Auxiliadora en Turín, Italia.
Sus
últimas recomendaciones fueron: "Propagad la devoción a
Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora, y veréis lo que son
milagros. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los
ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis enormes
bendiciones y ayudas de Dios. Os espero en el Paraíso".
Cuarenta
mil personas desfilaron ante su cadáver en la iglesia, y sus
funerales fueron una especie de marcha triunfal, porque toda la
ciudad de Turín, salió a la calle durante tres días a honrar a Don
Bosco por última vez.
Fueron
tantos los milagros conseguidos al encomendarse a Don Bosco, que el
Sumo Pontífice lo canonizó cuando apenas habían pasado cuarenta y
seis años de su muerte (en 1934), y lo declaró Patrono
de los que difunden buenas lecturas y "Padre y maestro de la
juventud".
Fuente
Bibliográfica: "Vidas de los Santos de Butler", tomo
I y partes que van en letra itálica, procedentes de: "Vidas de
Santos (1)" y "Autobiografía de San Juan Bosco", del
Padre Eliécer Sálesman, Apostolado Bíblico Católico.
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Del
oficio de lectura, 31 de Enero
Trabajé siempre con amor
De las cartas de San Juan Bosco, presbítero
(Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)
Trabajé siempre con amor
De las cartas de San Juan Bosco, presbítero
(Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)
Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos, y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.
¡Cuántas
veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he
tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad!. Es más fácil
enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré
incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo
castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y
suavidad a la vez.
Os
recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos,
caridad que con frecuencia, lo llevaba a derramar lágrimas y a
suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.
Guardaos
de que nadie pueda pensar, que os dejáis llevar por los arranques de
vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida
moderación, la cual es necesaria, para que en nadie pueda surgir la
duda de que obramos, sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad,
no para desahogar nuestro mal humor.
Miremos
como a hijos, a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna
autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual
vino para obedecer y no para mandar, y
avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de
dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para
servirlos mejor.
Éste era
el modo de obrar de Jesús con los Apóstoles, ya que era paciente
con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco
fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad, y
con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de
admiración para unos, de escándalo para otros, pero también
ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón
de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de
corazón.
Son hijos
nuestros, y por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer
toda ira, o por lo menos, dominarla de tal manera, como si la
hubiéramos extinguido totalmente.
Mantengamos
sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las
palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente,
y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos padres de verdad,
que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus
hijos.
En los
casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad, que arrojar un
torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan,
sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.
Jesús:
"El que acoge un niño en mi nombre, me acoge a Mí" -Mt
18,5
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Sueños
y enseñanzas de San Juan Bosco
LOS
DOS PILARES DE NUESTRA FE
Este
es su sueño mas famoso.
Sus
tres grandes amores son Jesús Sacramentado, María Auxiliadora, y el
Sumo Pontífice, quienes fueron protagonistas en uno de sus mas
famosos sueños proféticos:
Don
Bosco vio que una gran barca (la Iglesia), navegaba en un mar
tempestuoso, piloteada por el Romano Pontífice, y a su alrededor
muchísimas navecillas pequeñas (los cristianos). De pronto,
aparecieron un sinnúmero de naves enemigas armadas de cañones (el
ateísmo, la corrupción, la incredulidad, el secularismo, etc.,
etc.), y empezó una tremenda batalla.
A
los cañones enemigos se unen las olas violentas, y el viento
tempestuoso. Las naves enemigas cercan, y rodean completamente, a la
Nave Grande de la Iglesia, y a todas las navecillas pequeñas de los
cristianos. Y cuando ya el ataque es tan pavoroso, que todo parece
perdido, emergen desde el fondo del mar, dos inmensas y poderosas
columnas (o pilares). Sobre la primera columna está la Sagrada
Eucaristía, y sobre la otra, la imagen de la Virgen Santísima.
La
nave del Papa y las navecillas de los cristianos, se acercan a los
dos pilares, y asegurándose de ellos, ya no tienen peligro de
hundirse. Luego, desde las dos columnas sale un viento fortísimo,
que aleja o hunde a las naves enemigas, y en cambio a las naves
amigas les arregla todos sus daños.
Todo
el ejército enemigo se retira derrotado, y los cristianos con el
Santo Padre a la cabeza, entonan un Himno de Acción de Gracias a
Jesús Sacramentado, y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e
incluye a varios papas...
«La
Iglesia deberá pasar tiempos críticos, y sufrir graves daños, pero
al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la
paz, y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento».
Estimamos
que la visión de los pilares es muy actual. Corresponde a la visión
del S.S. Juan Pablo II y Benedicto XVI para la Iglesia.
Nosotros debemos estar en sintonía espiritual con el Papa, y
cooperar con él de todo corazón, para que la barca, la Iglesia,
avance hacia los pilares.
Del
Libro : DON BOSCO Amigo de los jóvenes .
P. Raúl A. Extraigas S. D. B. (Adaptación)
Ediciones Don Bosco
Don Bosco 4069 – (C1206ABM)
Tel : 4883 – 0115 / 0116 / 4981 – 7314
4981 – 7314 – Fax : 4958 – 1506
Ciudad de Buenos Aires . Argentina
Editorial Santa María
Av. Rivadavia 8517 – (C1407DYH)
Fax : 4672 – 9067 / 9112 / 9417
Ciudad de Buenos Aires . República Argentina .
P. Raúl A. Extraigas S. D. B. (Adaptación)
Ediciones Don Bosco
Don Bosco 4069 – (C1206ABM)
Tel : 4883 – 0115 / 0116 / 4981 – 7314
4981 – 7314 – Fax : 4958 – 1506
Ciudad de Buenos Aires . Argentina
Editorial Santa María
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Fax : 4672 – 9067 / 9112 / 9417
Ciudad de Buenos Aires . República Argentina .
PENSAMIENTOS
DE DON BOSCO
La ayuda de Dios no falta cuando se trabaja de veras, y con fe.
La ayuda de Dios no falta cuando se trabaja de veras, y con fe.
El
demonio tiene miedo a la gente alegre.
Haz
que todos los que hablan contigo, se hagan amigos tuyos.
Trata
de hacerte querer más que temer.
Preocúpense
especialmente de los enfermos, de los niños, de los ancianos y de
los pobres, y ganarán la bendición de Dios, y la benevolencia de
los hombres.
El
amor da fuerzas para soportar las fatigas, los disgustos, las
ingratitudes, la falta de disciplina, las ligerezas, las negligencias
de los jóvenes.
Recuerda
que todo cristiano, tiene la obligación de ayudar a los demás, y
que no hay predicación más eficaz que la del buen ejemplo.
La
caridad todo lo soporta, de donde se deduce que no tendrá jamás
verdadera caridad, el que no quiere soportar los defectos ajenos.
La
Comunión devota y frecuente, es el medio más eficaz para tener
buena muerte, y así salvar el alma.
El
alimento del alma es la Palabra de Dios.
Para
hacer el bien, hay que tener un poco de valor.
Bueno
es el cuerpo cuando esté aseado, pero mejor es tener la conciencia
limpia de toda culpa.
¿Quieres
llevar contigo el dinero a la eternidad ?. Da limosna a los pobres.
Si
el dinero hace mucho, la oración lo obtiene todo.
Hay
que sudar muchísimo para conservar la dulzura, y tal vez, sea
necesario derramar la propia sangre para no perderla.
La
vida es demasiado corta. Hay que hacer deprisa lo poco que se pueda,
antes de que nos sorprenda la muerte.
La
primera virtud de un hombre, es la obediencia a su padre y a su
madre.
El
humilde siempre será bien visto por todos: por Dios y por los
hombres.
En
la enseñanza, textos breves, fáciles y precisos.
Me
basta que sean jóvenes, para amarlos con ardor.
Sé
agradecido con quien te ayude.
Pongámonos
todos bajo el manto de la Virgen. Ella nos librará de los peligros,
y nos guiará.
El
que confía en la Virgen, nunca se verá defraudado.
Se
atrapan más moscas con una cucharadita de miel, que con todo un
barril de vinagre.
A
la hora de la muerte, se ven las cosas desde otro punto de vista.
Los
tres enemigos del hombre son: la muerte (que lo sorprende), el tiempo
(que se escapa), y el demonio (que le tiende sus lazos).
Hace
mucho el que hace poco, pero hace lo que debe. No hace nada, el que
hace mucho, pero no hace lo que debe hacer.
No
te comprometas asumiendo demasiados trabajos. Quien mucho abarca poco
aprieta, y lo estropea todo.
La
verdadera religión no consiste sólo en palabras; es menester pasar
a las obras.
Un
Oratorio sin música, es un cuerpo sin alma.
Los
ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes remordimientos
por el tiempo perdido.
Quien
no vive en paz con Dios, no puede tener paz consigo mismo, ni con los
demás.
¡Qué
consolador resulta el Padrenuestro, que se reza por la mañana y a la
noche; qué gusto da pensar que tenemos en el cielo, un Padre que
piensa en nosotros!.
Un
trocito de paraíso lo arregla todo.
Del
prójimo hay que hablar bien o callar.
Es
preciso tener como compañera inseparable a la paciencia.
Piensa
en Dios según la fe, del prójimo según la caridad, y de ti según
la humildad.
Perdona
todo a todos, a ti no te perdones nada.
El
Señor siempre envía grandes socorros, para las grandes necesidades.
Déjate
guiar siempre por la razón, y no por la pasión.
Hagamos
el bien que podamos, y no aguardemos la recompensa del mundo, sino
solamente de Dios.
Respetar
a todos, pero no temer a nadie.
Las
espinas de la vida, serán las flores de la eternidad.
Cuando
se trata se servir a Dios, hay que estar dispuesto a sacrificarlo
todo.
Todo
salesiano hágase amigo de todos, no busque nunca la venganza, sea
fácil en perdonar.
Sólo
en el silencio, concede el Señor sus gracias.
Caridad,
paciencia, dulzura, nunca reproches humillantes, nunca castigos.
Hacer el bien a todos los que se pueda, y a ninguno el mal.
El
trabajo es un arma poderosa, contra los enemigos del alma.
Trabaja
por el Señor, el paraíso lo recompensa todo.
¡Ay
de quien trabaja esperando el pago del mundo!, el mundo es mal
pagador, y paga siempre con la ingratitud. Trabaja por amor a
Jesucristo.
Hay
que trabajar como si no se debiese morir nunca, y vivir como si se
debiese morir cada día.
Cuando
un hijo abandona a sus padres para seguir la vocación, Jesucristo
ocupa su lugar en la familia.
LA
VIRGEN LO REPRENDE POR SU SILENCIO
El 4 de Junio de 1887 (apenas unos meses antes de la muerte del Santo), Don Bosco narró :
“He visto a Nuestra Señora, la Virgen María en un Sueño, y me ha reprochado mi silencio, acerca del buen uso que se debe hacer de las riquezas. Entre otras cosas me dijo: que muchas almas se condenan por faltar contra el sexto y el noveno mandamiento , pero que hay también muchas se pierden por haber hecho mal uso de las riquezas. Y se quejaba Ella de que los sacerdotes, no se atrevan a hablar de este punto, desde la cátedra sagrada” . (MB 13,361).
El 4 de Junio de 1887 (apenas unos meses antes de la muerte del Santo), Don Bosco narró :
“He visto a Nuestra Señora, la Virgen María en un Sueño, y me ha reprochado mi silencio, acerca del buen uso que se debe hacer de las riquezas. Entre otras cosas me dijo: que muchas almas se condenan por faltar contra el sexto y el noveno mandamiento , pero que hay también muchas se pierden por haber hecho mal uso de las riquezas. Y se quejaba Ella de que los sacerdotes, no se atrevan a hablar de este punto, desde la cátedra sagrada” . (MB 13,361).
Don
Bosco ya había hablado mucho, y muy duramente, acerca de la gran
responsabilidad de quien no le da un fin social a sus riquezas.
Claramente
había dicho a los ricos en sus conferencias:
“Si
ahora no dais voluntariamente, parte de vuestras riquezas a los
necesitados, un día las tendréis que dar obligados, por el puñal
que os pondrán enfrente . Dad, dad mucho, antes de que los pobres
lleguen al límite de su capacidad de aguante, y os vengan a exigir
con violencia, lo que deberíais haber repartido de buena gana”.
Y
él deseaba escribir un libro, acerca de la gran responsabilidad que
tiene cada uno de hacer de sus riquezas, algo que redunde en bien de
todos . Pero muchos le decían que él era muy exagerado a este
respecto, y que no convenía hablar de estos temas. Así que no se
atrevió a escribir su deseado libro.
Después
de este Sueño llamó al Padre Francisco Bonetti, y le pidió que
escribiera una obra acerca de este tema tan importante. Poco después
apareció un libro de dicho sacerdote, bajo el título de “Al
Paraíso por medio de las riquezas”.
Don
Bosco siempre creyó en la frase de Jesús:
“Dad limosna según vuestras posibilidades, y todo será puro para vosotros” (Lucas 11,41 )
“Dad limosna según vuestras posibilidades, y todo será puro para vosotros” (Lucas 11,41 )
San
Juan Bosco y María Auxiliadora, y los famosos sueños del Santo.
Pgs. 191 a 192 P. Eliécer Sálesman. Apostolado Bíblico Católico.
Carrera 6° N° 27-63 Sur (B. 20 de Julio) Tel: 2093366. Bogotá
ACERCA
DE LA OBLIGACIÓN DE DAR LIMOSNA
El 4 de junio de 1887 habló así nuestro Santo:
El 4 de junio de 1887 habló así nuestro Santo:
“Hace
unas noches soñé que se me aparecía la Santísima Virgen, y me
reprochaba por haberme callado últimamente, acerca de la grave
obligación de dar limosna”. Y me dijo: “Mira que aunque
uno sea sacerdote, puede perderse por pecados contra el sexto y el
séptimo mandamiento”.
Y
me insistió, en que son muchos los que se pierden por no haber hecho
buen uso de las riquezas, por hacer uso indebido de sus bienes, y no
repartir lo suficiente a los pobres. Y añadió : “Si los que
tienen bienes de fortuna, repartieran entre huérfanos y pobres, lo
que no les resulta muy necesario, sería mucho mayor el número de
los que lograrían salvarse. Pero, desafortunadamente, son muchos los
que se guardan para ellos solos sus riquezas, y esto será su
perdición” .
Y se quejaba de que a muchos sacerdotes, les da pena insistirle a la gente acerca de lo grave que es la obligación de dar limosnas, y limosnas proporcionadas a lo que cada uno tiene o gana. (No migajas que no se sienten. Que eso sería un engañarse uno a sí mismo. Si lo que se da a los demás no cuesta nada , eso no es dar, es sólo un engañarse . La limosna debe empobrecer en algo, al que la regala ).
Y se quejaba de que a muchos sacerdotes, les da pena insistirle a la gente acerca de lo grave que es la obligación de dar limosnas, y limosnas proporcionadas a lo que cada uno tiene o gana. (No migajas que no se sienten. Que eso sería un engañarse uno a sí mismo. Si lo que se da a los demás no cuesta nada , eso no es dar, es sólo un engañarse . La limosna debe empobrecer en algo, al que la regala ).
Repetía
y repetía, que el recomendar a los otros que se dediquen a dar
limosnas generosas, es hacerles un gran favor, porque según dijo
Tobías en la Santa Biblia: “La limosna
borra multitud de pecados”.
Pero
lo criticaban tanto por enseñar esto, que dispuso callarse
últimamente. Y fue entonces, cuando se le apareció la Santísima
Virgen en persona a regañarlo, por haberse callado, y a recordarle
que aunque uno sea sacerdote, puede perderse si vive pecando contra
el sexto mandamiento, o no reparte debidamente sus bienes a los
pobres.
Después
de este sueño el santo llamó al Padre Bonetti, buen escritor, y le
dijo :
-Por favor: redacte un libro acerca de la grave necesidad y obligación, que tiene todo buen cristiano, de dar limosnas. Y repártanlo por todas partes .
El Padre Bonetti publicó ese libro al año siguiente , unos meses después de la muerte del santo. El título del libro era: “Cómo ganarse el cielo dando limosnas en la tierra” .
Es curioso que ésta es quizás la última aparición de la Santísima Virgen a Don Bosco, y la hizo para insistirle en un tema importantísimo para la salvación: Dar limosnas . Ayudar a los pobres con toda generosidad . No hacer mal uso de las riquezas .
Ahora existe un libro muy hermoso acerca de este tema (cuya lectura recomendamos como enormemente provechosa) . Su título es: “CÓMO HACERSE RICO PARA EL CIELO, DANDO LIMOSNAS EN LA TIERRA” por Sálesman.
-Por favor: redacte un libro acerca de la grave necesidad y obligación, que tiene todo buen cristiano, de dar limosnas. Y repártanlo por todas partes .
El Padre Bonetti publicó ese libro al año siguiente , unos meses después de la muerte del santo. El título del libro era: “Cómo ganarse el cielo dando limosnas en la tierra” .
Es curioso que ésta es quizás la última aparición de la Santísima Virgen a Don Bosco, y la hizo para insistirle en un tema importantísimo para la salvación: Dar limosnas . Ayudar a los pobres con toda generosidad . No hacer mal uso de las riquezas .
Ahora existe un libro muy hermoso acerca de este tema (cuya lectura recomendamos como enormemente provechosa) . Su título es: “CÓMO HACERSE RICO PARA EL CIELO, DANDO LIMOSNAS EN LA TIERRA” por Sálesman.
En
ese bello libro, está lo que San Juan Bosco enseñaba acerca de la
grave obligación que cada uno tiene, de dar limosnas según sus
posibilidades, y además otros muchos ejemplos muy hermosos. No
dejemos de leerlo, su lectura puede ser de gran provecho.
LOS
SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO, P. Eliécer Sálesman, Apostolado Bíblico
Católico,
3° Edición Diciembre de 2001, Editorial Centro Don Bosco, Av. Eldorado N° 65-96, Bogotá , D.C. -Colombia, Página 493 a 495
3° Edición Diciembre de 2001, Editorial Centro Don Bosco, Av. Eldorado N° 65-96, Bogotá , D.C. -Colombia, Página 493 a 495
RICOS
QUE LLEGAN A SER POBRES
El
9 de agosto de 1887 Don Bosco narró el siguiente sueño:
“Vi
en sueños que muchos dueños de fincas, buscaban pastos para sus
animales, y no los encontraban . Y decían : -¿Qué haremos que no
hay con qué alimentar los ganados?”.
Y
otros respondían: “Tendremos que matar el ganado, y comernos la
carne. Como en tiempos de José en Egipto: aquí las vacas flacas,
devorarán a las vacas gordas”.
Luego
vi unas maletas muy bien cerradas, que nadie lograba abrir. Al fin
pude abrir una de ellas, y estaba totalmente llena de dinero. Y una
voz me dijo:
-Es
el dinero de los ricos, que pasará a los pobres, mientras que los
ricos no lo podrán emplear. Muchos ricos perderán lo que tienen, y
serán expropiados”.
NOTA
: Había aquí avisos de sequías y veranos muy grandes, que
iban a llegar a los agricultores y ganaderos, y la reafirmación de
una verdad, que Don Bosco iba predicando en esos años de ciudad en
ciudad: “Si los ricos no comparten voluntariamente con los pobres,
repartiendo generosamente con ellos sus riquezas, un día
violentamente les quitarán lo que poseen. Lo que podrían dar por
las buenas, (ganando así mucho premio para el cielo), y no lo
quieren dar, lo perderán un día por medio de la violencia, pero ya
sin méritos ni premios para la eternidad” . Y la historia de las
revoluciones, y de los continuos secuestros de ricos, ha venido
demostrando que sí se cumple este penoso aviso .
Páginas 486-487
Páginas 486-487
LOS
CASTIGOS DE LOS PECADORES
El
3 de abril de 1887, habló así Don Bosco :
“Anoche
vi en sueños, los castigos que esperan a los pecadores. Y lo que vi
es tan terrible, que si los que me oyen pudieran verlo, o se
dedicarían a una vida santa, o saldrían huyendo llenos de susto .
Primero oí un estruendo y un griterío, como los que se sienten
cuando hay un terrible terremoto. Luego vi un enorme horno, donde
muchos ardían, y lanzaban lastimosos quejidos. Y una voz me dijo:
“Muchos se dedican en esta tierra a
todos los goces, pero después padecerán horribles sufrimientos”.
Luego
vi allí sufriendo, a muchas personas horrendamente deformadas. Y
eran de los nuestros. Y al verlos sufrir tanto, y oírles tantos
lamentos, exclamé:
-¿Pero
no habrá algún modo de que paguen sus pecados, y no tengan que
venir a sufrir tantos tormentos ?.
Y
una voz me respondió :
“Que
paguen sus pecados con plata y oro. Con limosnas a los pobres, pero
también con otra plata y otro oro preciosos: las oraciones
frecuentes, las confesiones y comuniones fervorosas, servirán mucho
para librarse de los sufrimientos que les esperan, a quienes viven
cometiendo pecados”.
NOTA:
Don Bosco se despertó muy angustiado, y lloraba al narrar este
sueño. Allí vio destinados a muy terribles castigos, a muchos de
sus amigos, que manchaban sus almas con frecuentes pecados .
Afortunadamente la voz del cielo, le anunció unos modos prácticos
para librarse de aquellos castigos: orar, dar limosnas y recibir con
fervor y frecuencia los santos sacramentos, especialmente la Sagrada
Eucaristía.
Páginas
492-493
EL
CONGRESO DE LOS DIABLOS
Soñé
que estaba en una gran sala, donde muchos diablos celebraban un
congreso, para encontrar los medios con los cuales, lograr acabar y
destruir a la Comunidad Salesiana, (y a cualquiera otra asociación
religiosa).
Un
diablo propuso :
Para
destruir esta asociación religiosa lo mejor será la GULA . Ella
trae desgano para hacer el bien, corrupción de costumbres, malos
ejemplos, falta de espíritu de sacrificio, descuido de los deberes
de apostolado…
Pero
el otro diablo respondió:
Este
medio no sirve para la mayoría, porque la comida de los religiosos
es bastante sobria, y las bebidas alcohólicas son escasas entre
ellos. Sus reglamentos mandan que la alimentación sea ordinaria, y
los superiores vigilan para que no haya exceso en esto. Y el que se
excede en el comer y en el beber, no sólo produce escándalo entre
los demás, sino que atrae el desprecio de los otros. Yo propongo más
bien, como medio para acabar con la Congregación el inspirarles un
gran AMOR POR LAS RIQUEZAS.
Y
añadió:
Es
que cuando en una asociación religiosa, entra el amor a las
riquezas, llega también el amor por las comodidades, y el deseo de
tener cada uno su propio dinero, para gastarlo en lo que se le
antoje, y los religiosos empiezan ya a no pensar con caridad en los
demás, sino con egoísmo, cada uno en sí mismo . Y el amor al
dinero, lleva a los religiosos a dedicarse a los ricos, que pueden
pagar altas cuotas, y se van olvidando de los pobres.
Aquel
demonio quería continuar hablando, pero le interrumpió un tercero
que dijo:
¡Qué
gula, ni qué amor a las riquezas! . Estos religiosos son bastante
pobres, y bastante sobrios. Además se dedican a atender gentes tan
necesitadas, que cualquier cantidad de dinero que les llegue, apenas
sí les alcanzará para ayudar a tantos pobres, que vienen a pedir su
ayuda.
Yo
en cambio propongo como medio para acabar con su comunidad, el
incitarles a una EXAGERADA LIBERTAD. Convencerlos de que no es
necesario obedecer a los reglamentos de su Congregación. Que hay que
rechazar ciertas preocupaciones poco brillantes, que se les
encomiendan. Que hay que producir movimientos contra sus superiores.
Que se puede ir siempre a hacer visitas, sin pedir permiso a nadie .
Que pueden aceptar toda clase de invitaciones, y aprovechar esas
ocasiones para salir de casa … y otras cosas semejantes.
Entonces
se adelantó un cuarto demonio y exclamó:
Esos
medios que han propuesto resultan bastante inútiles, porque los
superiores pueden despedir a los rebeldes. Es verdad que algunos se
dejarán deslumbrar, por el deseo de tener una exagerada libertad,
pero ya verán que la mayor parte de estos religiosos, se mantendrán
fieles al cumplimiento de su deber .
Yo
les propongo un medio, cuya peligrosidad estos hombres no serán
capaces de descubrir tan fácilmente . Consiste
en CONVENCERLOS DE QUE LO MAS IMPORTANTE ES LLEGAR A SER MUY
INSTRUÍDOS, que su principal gloria será, el lograr ser
personas de mucha ciencia. Y para eso hay que convencerlos, de que
estudien mucho para adquirir fama, y no para lograr hacer gran bien a
las almas, o para ser más santos.
Que
se instruyan para provecho propio, y no para provecho del prójimo,
que necesita de su apostolado. Hay que llevarlos a que desprecien, a
los que no son muy instruidos, y que les interese la ciencia
solamente, y no el ejercer el ministerio sacerdotal y el apostolado,
que tiene que hacer un buen religioso.
Que
no les guste enseñar catecismo a los niños, ni dar clases a los
pobres , ni pasar largas horas en el confesionario. Que se dediquen
solamente a predicaciones, en las cuales puedan lucir todo su
orgullo, y conseguir alabanzas de las personas humanas, pero no a las
sencillas predicaciones, en las cuales ayuden en verdad a la
salvación de las almas.
Esta
proposición fue recibida con grandes aplausos por todos los diablos.
Y yo me puse a pensar con tristeza, que a nuestra Congregación, (y a
muchas otras), puede llegar el terrible peligro, de que algunos crean
que lo verdaderamente importante es ser muy instruidos, y adquirir
fama de brillantes ante los demás, y mientras tanto descuiden sus
deberes de sacerdotes y de religiosos, esos deberes sencillos y
humildes de enseñar catecismo, de confesar, de predicar de manera
fácil al pueblo ignorante, y de dedicarse a labores de apostolado
que no brillan ante los ojos humanos, pero que sí tienen un gran
valor ante los ojos de Dios.
Y
yo pensaba: ¡qué peligro tan grande el que nos puede venir: que los
nuestros deseen solamente la ciencia que hincha y enorgullece, y que
proporciona alabanzas de la gente, y que esto los lleve a despreciar
los buenos consejos de aquellos, a los cuales consideran inferiores a
ellos en el saber!.
De pronto, uno de los diablos me vio escondido allá en un rincón, escuchándoles, y entonces todos ellos se lanzaron contra mí, tratando de destrozarme. Yo empecé a gritar: ¡Auxilio! ¡Auxilio! y … me desperté muy emocionado, y muy cansado .
De pronto, uno de los diablos me vio escondido allá en un rincón, escuchándoles, y entonces todos ellos se lanzaron contra mí, tratando de destrozarme. Yo empecé a gritar: ¡Auxilio! ¡Auxilio! y … me desperté muy emocionado, y muy cansado .
Páginas
465-468
La
fórmula segura para ganarse la lotería
-De San Juan Bosco
-De San Juan Bosco
En
el siglo diecinueve, vivió uno de los hombres mas famosos por sus
milagros, y sus profecías: San Juan Bosco. Su fama se esparcía por
todos lados. A unos les anunciaba cuantos años iban a vivir, a otros
les decía lo que iban a ser en el futuro, y a muchos les leía los
pecados, antes que se los dijeran en el confesionario. En
total hizo más de ochocientos milagros.
Un
hombre pobre, oyó hablar de las maravillas que hacía este humilde
sacerdote, y corrió en su busca para preguntarle algo muy
importante: La fórmula para sacarse la lotería. Quería que el
santo le dijera, qué números debía escoger al comprar el billete.
San
Juan Bosco meditó un rato, y luego le contestó con plena seguridad:
"los números mágicos para que Usted se saque la lotería son
estos: 10 -7- 14. Puede conseguirlos en cualquier orden, y se la
sacará".
El
hombre se llenó de alegría, y ya se despedía para salir corriendo
a comprar el billete, cuando el santo, tomándolo del brazo, le dijo
sonriente: "un momento, que todavía no le he explicado bien
los números, ni le he dicho de qué clase de lotería se trata.
Mire: estos números significan lo siguiente: "10"
significa que usted debe cumplir los Diez Mandamientos; "7"
significa que usted debe recibir con frecuencia los sacramentos; "14"
significa que usted debe practicar las 14 obras de misericordia,
tanto las corporales como las espirituales. Si usted cumple
estas tres condiciones: observar los mandamientos, recibir bien los
sacramentos, y practicar las obras de misericordia, se va a sacar la
más estupenda de todas las loterías: la gloria eterna del cielo".
El
hombre comprendió, y en vez de irse a buscar al lotero, fue al asilo
a llevar una limosna.
Invierte
todo tu corazón en esos números, y serás verdaderamente feliz aquí
en la tierra, y luego en el cielo.
SECRETOS
PARA OBTENER TRIUNFOS: REVELADOS POR LA VIRGEN EN EL SUEÑO DEL ROSAL
Cuenta
Don Bosco: “Un día del año 1847, se me apareció la Reina
del Cielo, y me condujo a un jardín encantador; era un inmenso
rosal. Para no dañar las rosas, me quité los zapatos, y empecé a
andar.
Pero
las rosas tenían terribles espinas, que me destrozaban los pies.
Viendo que no podría continuar así, Nuestra Señora me aconsejó
que me volviera a poner el calzado. Así lo hice. Muchas personas me
seguían, pero apenas empezaban a sentir las fuertes punzadas de las
rosas, se volvían. Había rosas a la derecha, a la izquierda, en el
suelo, y sobre la cabeza de los que caminábamos. Pero todas con
espinas muy agudas, y algunas nos daban punzadas tan terribles, que
producían espasmos.
La
gente desde la orilla del rosal decía: “Mire qué sabroso viaja
Don Bosco: caminando sobre rosas, y todo es fácil para él”, pero
no sabían qué tan dolorosos pinchazos estaba yo sintiendo en los
pies, en la cabeza, en los brazos y en las espaldas.
Muchos
religiosos que me habían seguido, al sentir tantos dolores
exclamaban: “Nos engañaron, esto es muy duro”. Y yo les
contestaba: “el que sólo desea gozar, sin sufrir, que retroceda.
Pero los que desean triunfos, a costa del propio sufrimiento, que me
sigan”. Muchos abandonaron la vía, y se volvieron.
Algunos
me seguían todavía. De vez en cuando alguien se desanimaba, y se
volvía, pero unos cuantos valientes seguían por el camino de rosas,
aguantando las dolorosas heridas.
Al
final nos encontramos en un precioso jardín. Todos íbamos heridos,
sudorosos y sangrantes. Pero luego sopló un suave viento, y quedamos
curados.
Vi
que los que me acompañaban, pertenecían a muchas naciones, y muchas
razas.
Luego
llegamos a un edificio de una hermosura inenarrable. Allí nos
esperaba la Virgen María, la cual nos dio esta explicación:
El
rosal es el camino que debe seguir, quien se dedica a educar la
juventud. Las espinas son los muchos sufrimientos que hay que
soportar, para poder educarlos bien: Las rosas significan que para
ser buen educador, hay que tener mucha caridad. El ponerse el calzado
para atravesar el rosal, significa que hay que usar el “calzado
de la mortificación”.
“Mortificar
las simpatías y las antipatías. Porque quien se deja llevar de las
simpatías o antipatías, paraliza su apostolado, y no logra
conseguir los debidos frutos para la vida eterna”.
“Hay
que recordar a todos, que después de un poco de tiempo de
sufrimientos educando a la juventud, se llegará a la Casa del Padre
en el Cielo, donde cada uno recibirá su premio, según hayan sido
sus obras”.
“Con
mucha caridad y mucha mortificación se llegará al cielo, en donde
habrán rosas sin espinas”.
“Apenas
la Santísima Virgen terminó de hablar, me desperté”. MB 3,32.
ESTE
SUEÑO LO TUVO DON BOSCO EN UNA ÉPOCA MUY DURA PARA ÉL:
Ya
llevaba seis años, tratando de conseguir colaboradores para educar a
sus jóvenes, pero todos se le iban: sacerdotes, seminaristas,
profesores: todos se cansaban: la vida del Oratorio de Don Bosco era
muy dura: la comida mala. El trabajo mucho. La pobreza grande, y los
jovencitos, por ser de las clases más abandonadas, eran toscos y
groseros (sobretodo al principio).
Pero
desde que la Virgen le hizo las revelaciones de este Sueño, ya Don
Bosco aprendió el REMEDIO PARA OBTENER TRIUNFOS: recordar sin cesar
a sus colaboradores, el gran premio que les esperaba en el cielo. “Un
pedacito de cielo lo arregla todo” le había dicho
San Benito Cotolengo.
Y
a base de hacer presente, el futuro maravilloso que les esperaba en
la eternidad, fue consiguiendo colaboradores fijos, que a pesar de
tantas espinas de la vida, perseveraron en su compañía, y llegaron
a formar la poderosa Comunidad Salesiana, que tantos jóvenes educa
en el mundo.
Las
espinas no han dejado de atormentar, pero la esperanza en el Reino
Eterno del Cielo, tampoco ha perdido su fuerza maravillosa de
animación.
DON
BOSCO HACE UN DESAFÍO A LAS NUBES, Y SE PONE A TEMBLAR
Lo
invitaron a predicar al pueblo de Montemagno, donde desde hacía tres
meses no caía una gota de agua, y la gente estaba pasando por una
situación de pobreza, de hambre y de sequía desesperante. Habían
hecho varias rogativas, y el cielo no daba ni la mínima señal de
próximas lluvias. Los sermones que San Juan Bosco debía predicar
eran nueve. Tres cada día.
Y
en el primer sermón, con la iglesia totalmente colmada de gente , el
Santo dijo con poderosa voz – por inspiración de la Santísima
Virgen - : “Si asistís a la
predicación de estos tres días, si os reconciliáis con Dios,
haciendo una buena confesión, si os preparáis de tal manera que el
próximo 15 de agosto, Fiesta de la Asunción de la Santísima
Virgen, todos comulguéis, YO OS PROMETO, EN NOMBRE DE NUESTRA
SEÑORA, UNA LLUVIA ABUNDANTE QUE VENDRÁ A REFRESCAR VUESTROS
CAMPOS”.
Al
terminar el sermón, los demás sacerdotes le decían: “Se necesita
mucho valor para prometer lluvias para dentro de tres días, en medio
de este verano tan espantoso en que estamos”.
-¡Pero
si yo no he dicho esto! – respondió el santo.
“-Sí,
sí, le contestaron todos. Así lo dijo –“.
Y
llamando a unos campesinos, les preguntaron: -¿Qué les dijo Don
Bosco en su sermón?-
-
Pues nos dijo que si veníamos a los sermones y comulgamos, él nos
promete en nombre de la Virgen María que nos llegará una provechosa
lluvia”.
La
gente tomó totalmente en serio la promesa. Todos asistieron a los
sermones. Todos, todos se confesaron. No bastaban los sacerdotes para
confesar a tanta gente. Día y noche estaban confesando.
Y
Don Bosco seguía predicando, mientras la gente pensaba, y se
preguntaba. -¿Y la lluvia vendrá?.
-Alejaos
de vuestros pecados, y la lluvia vendrá- respondía el
santo.
Llegó
el día de la Asunción de la Virgen. La comunión fue tan numerosa
como nunca se había visto en aquel pueblo, (años después todavía
los sacerdotes comentaban que nunca más habían tenido que confesar,
ni repartir comunión a tanta gente como en aquella ocasión). Pero
llegó el mediodía, y ni rastro de lluvias. El sol brillaba más
fuerte que nunca.
Don
Bosco se levantó antes que los demás del almuerzo. Estaba
preocupado. La gente había hecho todo lo que él les había
aconsejado. ¿Y ahora, la lluvia?. Apoyado en una ventana miraba
hacia el horizonte, y parecía interrogar al cielo. Pero la respuesta
era negativa. El calor era sofocante.
Suenan
las campanas para el último sermón.
Son
las tres de la tarde. La gente suda a chorros. Don Bosco se dirige a
la iglesia. El Marqués Fossati le dice: “Don Bosco: esta vez si
va a quedar muy mal con sus promesas. Nos prometió lluvias, y mire
como suda la gente con este solazo”.
Don
Bosco manda al sacristán: “asómese a la altura cercana, y mire
si hay esperanzas de lluvia“.
El
sacristán regresa: -¡Nada !. Cielo despejadísimo. Sólo una
nubecita muy pequeña en la lejanía.
-Bien,
bien- responde el Santo, y sube a predicar. Mientras va al sitio de
la predicación, dice interiormente a la Santísima Virgen:
“Señora:
no es mi buena fama lo que está en juego en este momento. Es tu buen
nombre. Tú verás si me haces quedar mal. Esta pobre gente, ha hecho
todo lo posible por agradarte. Tú verás si los dejas partir
desilusionados”.-
Empezó
su sermón haciendo que todo el pueblo cantara el Himno de acción de
gracias, compuesto por la misma Santísima Virgen: “¡El Señor
hizo en Mí maravillas, gloria al Señor” !.
Un
gentío inmenso le escucha, con los ojos fijos en él. Todos rezan:
“Acordaos oh Madre Santa -que jamás se oyó decir- que alguno haya
implorado- sin tu auxilio recibir…“, y empieza a hablar de las
maravillas del poder de la Madre de Dios.
Han
pasado cinco minutos de sermón. El sol empieza a oscurecerse.
Un retumbar inmenso se oye en el firmamento: un trueno poderoso, otro
y otro. En el tejado de la Iglesia se escuchan caer gruesas gotas. Un
murmullo de alegría recorre todo el templo. Don Bosco se calla por
un momento. Un gran aguacero se siente caer. Los ventanales de la
Iglesia retumban ante las ondas de viento, cargadas de refrescante
lluvia.
Don
Bosco sigue su sermón: un “Gracias” a la Madre de Cielo. Está
emocionado. Tiene que secar con el pañuelo, las lágrimas de
gratitud que brotan de sus ojos. Y muchos de aquellos rudos
campesinos, sienten aflojar también ante sus ojos, calurosas
lágrimas de acción de gracias.
El
santo agradecido termina recordando a todos, la famosa frase que más
tarde hará grabar sobre las campanas de la Iglesia de María
Auxiliadora: “CUANDO MARÍA RUEGA: TODO SE OBTIENE. –NADA SE
NIEGA”.
SANTO
DOMINGO SAVIO SE APARECE, DESPUÉS DE MUERTO, A SAN JUAN BOSCO
Quizás
el más grande éxito de Don Bosco como educador, fue el haber
logrado que un alumno suyo, Domingo Savio, en sólo tres años de
colegio, alcanzara tal santidad, que hasta ahora , en 20 siglos y
medio de existencia de la Iglesia Católica, ha sido el ÚNICO
COLEGIAL DECLARADO SANTO POR EL PAPA .
Domingo
Savio, nació el 2 de abril de 1842, de padres muy pobres , en un
pueblecito de Italia. No muy lejos de Roma, se encontró con San Juan
Bosco en uno de los paseos, que el santo hacía con sus alumnos por
los campos y pueblos de Italia, presentando funciones de canto y
música, piezas de teatro, solemnizando misas y fiestas religiosas, y
dando buenísimos ejemplos de alegría y buen comportamiento .
Estos
paseos, al tiempo que servían como vacaciones de los alumnos
internos, eran una gran propaganda para la Obra de Don Bosco, y
muchos jóvenes de provincia, quedaban tan encantados del sistema tan
alegre y simpático del santo para educar, que ya nunca se separaban
de él. Uno de esos que apenas lo conoció, y que fue su amigo hasta
la muerte, fue Domingo Savio .
Como
era muy pobre, Don Bosco le concedió una beca en su Oratorio de
Turín, y allí desde 1854 hasta 1857, Domingo hizo sus tres primeros
años de bachillerato .
En
los tres años, ganó por votación unánime de 800 alumnos, el
premio de compañerismo cada año, y su santidad y simpatía fueron
tan grandes, que por muchos años, su recuerdo estuvo vivo, y
vibrante entre todos sus compañeros .
Pero
en 1857, mientras hacía su tercer año de bachillerato, Domingo
Savio se enfermó gravemente, y los médicos dijeron que debía ir a
su pueblo a descansar. Se despidió de Don Bosco, y de sus
compañeros, con inmensa nostalgia, pues estaba seguro de que ya no
los volvería a ver, en esta tierra, y al llegar a su hogar su salud
se agravó, y el 9 de marzo de 1857, después de haber recibido los
santos sacramentos, murió plácidamente exclamando:
“Qué
cosas tan hermosas veo” (Estaba para cumplir 15 años) .
Pocos
días después, se apareció en sueños a su padre, para avisarle que
se había salvado, y ya muy pronto empezó a obrar milagros a favor
de los que se encomendaban a él. Fueron tantos y tan grandes los
milagros que hizo, que el papa Pío XII, lo declaró Santo en el año
de 1954, y lo nombró Patrono de los jóvenes del mundo entero .
El
6 de diciembre de 1876, DOMINGO SAVIO SE APARECIÓ A DON BOSCO EN UN
SUEÑO FAMOSO , que vamos a narrar enseguida:
Dice
Don Bosco:
“En
un jardín de una belleza indescriptible, ví aparecer a Domingo
Savio acompañado de un gran número de jóvenes, muchos de los
cuales yo conocía, porque habían sido mis alumnos, pero muchísimos
más que nunca había visto. Todos venían alegres a mi encuentro .
Los
acompañaban muchos, muchísimos sacerdotes , unos conocidos míos,
ya muertos, y otros totalmente desconocidos para mí .
Cada
sacerdote guiaba un grupo de jóvenes.
Domingo
Savio, venía rodeado de músicas y resplandores. Inmensamente bello
y brillante. Vestía una túnica blanquísima, y estaba ceñido con
una franja roja. De su cuello, pendía una cadena de flores tan
bellas, cual yo nunca había visto semejantes. En la cabeza llevaba
una corona de rosas. Su cabellera ondulante descendía hasta sus
espaldas … parecía un ángel .
Yo
pregunté a Domingo : ¿estamos en el paraíso ? .
-
No - me respondió . - Esto que ves y oyes, son sólo bellezas
naturales muy perfeccionadas por el poder de Dios . Lo
que es del cielo no lo puede ver ni oír nadie, con ojos u oídos
humanos, porque se moriría de gozo .
-
¿Y qué gozáis vosotros en el Paraíso ? .
-
Es imposible tratar de decirlo, porque la mente humana no es capaz de
comprender, lo que se goza en el cielo. Pero baste decir, que gozamos
de Dios . Amamos a Dios. Vemos a Dios. Somos amados por Él …
-
Y por qué tienes ese vestido tan blanco ?.
Domingo
calló, pero un coro de voces respondió, cantando, las palabras de
la Santa Biblia : “Estos son los que se mantuvieron sin pecado,
y purificaron sus almas con la Sangre del Cordero. Los que tienen el
corazón puro, los que no cometieron pecados de impureza, seguirán
al Cordero donde quiera que Él vaya” . (Apocalipsis) .
Luego
se me explicó, que aquella franja roja, significaba los sacrificios
hechos, el martirio sufrido para conservar la pureza .
Los
jóvenes que venían con Domingo Savio, vestían también la túnica
blanca, y la franja roja; mientras yo los observaba, oí que unas
bellas voces cantaban aquellas palabras del Evangelio: “Serán
como ángeles de Dios en el cielo”.
Entonces
entablamos con Domingo el siguiente diálogo:
-
Vengo a traerte un mensaje del cielo.
¿Ves
cuántos son los que me acompañan ?.
Son
muchos, muchos . Pero serían muchísimos más si hubieras tenido más
fe . - dijo .
Suspiré
con dolor, y formulé este propósito :
“Procuraré
tener más fe en lo por venir”.
Domingo
Savio me mostró las preciosas flores que lo adornaban, y me dijo :
-
Dile a tus alumnos, que estos son los adornos que deben conseguirse
para ir a la eternidad: las rosas significan la caridad: amar mucho a
Dios y al prójimo. La azucena: la bella virtud de la pureza (que
obtiene que se cumpla en quienes la practican lo que dijo Jesús:
“Serán como ángeles de Dios en el cielo”) .
El
girasol significa la obediencia. Las espigas: la comunión frecuente
; la genciana: la mortificación, los sacrificios; y la siempreviva
significa que estas virtudes hay que practicarlas siempre, cada día,
sin cansarse, ni desanimarse .
-
¿Y dime, Domingo Savio , qué fue lo que más te consoló a la hora
de la muerte ? .
-
LO QUE MÁS ME CONSOLÓ A LA HORA DE LA MUERTE, FUE LA ASISTENCIA DE
LA PODEROSA MADRE DE DIOS. Dile a tus discípulos, que no dejen de
invocarla, durante toda su vida, con gran fe.
-
¿Y para el porvenir qué me anuncias ? .
-
El año entrante morirán seis más dos de tus colaboradores. Será
para ti una gran pena, pero el Señor te enviará muchos
colaboradores mas .
-
¿Y para mi Congregación ? . – El año entrante habrá en ella una
nueva estrella .
-
A la Congregación le esperan grandes triunfos, pero con tal de que
sus sacerdotes la guíen por el sendero justo, y se hagan dignos de
su alta misión.
HAY
UNAS CONDICIONES PARA QUE TU CONGREGACIÓN TENGA ÉXITO: que tus
discípulos sean muy devotos de la Santísima Virgen, y que conserven
la virtud de la castidad, que tanto agrada a la Virgen.
-
¿Y mis jóvenes están todos en camino de salvación ? .
-
Tus discípulos se dividen en tres clases .
Ves
estas tres listas ?. Y me entregó una .
Tenía
un título: “los que no han caído”.
Eran
muchos. Viajaban hacia la eternidad con el alma hermosa, sin heridas
ni manchas. Muchos de ellos eran conocidos por mí .
Luego
me entregó una segunda lista: tenía por título: “Los que
cayeron, pero se han levantado”. Son los que han pecado, pero
se han arrepentido, y se han confesado, y están corrigiéndose .
Muchos más que los de la primera lista.
Enseguida
me entregó la tercera lista, que tenía por título: “Los que
caminan por la vía de la perdición“. Domingo me dijo: estos son
los que viven tranquilamente en pecado mortal. Al abrir la lista,
tendré que retirarme, porque son almas tan impuras por su amor al
pecado, que su presencia no la podemos soportar, y su olor es
insufrible.
-
Me voy, recuérdales a todos la lista de flores, que deben conseguir.
Domingo
y sus compañeros se retiraron bastante cuando yo empecé a abrir la
lista de los que están y viven en pecado mortal.
Apenas
abrí el papel, ví aparecer delante de mí una gran cantidad de
jóvenes, y con inmensa amargura, me dí cuenta de que bastantes de
ellos estudiaban con nosotros . Ví a muchos
que parecían buenos, y hasta óptimos en lo exterior, y en cambio,
su vida estaba llena de pecados mortales consentidos. Parecen buenos,
y no lo son en realidad .
En
el momento de abrir la lista, se esparció un olor tan insoportable,
que creí morir. La hermosa visión de Domingo Savio y sus amigos
desapareció . La atmósfera se oscureció, y al mismo tiempo hendió
los aires un relámpago, y un formidable trueno se dejó oír, de tal
manera que me desperté asustadísimo .
Aquel
olor penetró en todas las paredes, y se me infiltró en los vestidos
de tal manera, que mucho tiempo después, me parecía sentir aquella
hediondez terrible.
Aún ahora, con solo acordarme me vienen náuseas,
me siento asfixiado, y con el estómago revuelto.
Al
día siguiente, empecé a interrogar a los jóvenes, para saber si el
estado de sus almas, era realmente como yo lo había visto en la
Visión nocturna, a fin de convencerme de que aquel Sueño no me
había engañado.
Ha
sido pues una gracia del Señor, que me ha hecho conocer el estado
del alma de cada uno de mis alumnos, y a cada uno le iré diciendo en
particular cómo lo ví en el Sueño. Hasta
ahora, a todos los que he llamado, me han dicho que su situación
espiritual es tal cual como yo la ví en las listas, que Domingo
Savio me presentó (MB , 12 , 580) .
CUMPLIMIENTO
DE LO ANUNCIADO : Al año siguiente murieron seis mas dos, de los
amigos de Don Bosco: seis alumnos y dos salesianos .
Al
año siguiente, apareció una nueva estrella en la Comunidad
Salesiana: el Boletín Salesiano , la famosa revista fundada por Don
Bosco en 1877, que se publica hoy en 18 idiomas, y edita más de un
millón de ejemplares mensuales, y ha sido el gran medio de propagar
por todo el mundo, las ideas de Don Bosco , hacer conocer sus obras y
conseguir numerosas vocaciones .
De
este Sueño, que es uno de los más bellos y admirables de Don Bosco,
nuestro Santo repitió después frecuentemente tres ideas claves que
se le quedaron grabadas:
La
primera:
Lo
que más me agradó a la hora de la muerte, fue la asistencia de la
poderosa Madre de Dios. Dile a todos que no dejen de invocarla mucho
durante toda su vida .
La
Segunda :
Recuérdales
a todos la lista de flores que deben conseguir : Rosa: caridad .
Azucena: pureza . Girasol: obediencia etc. etc.
La
Tercera:
La
simpatía inmensa que irradiaban, los que tenían el alma sin mancha
de pecado; y en cambio la asquerosidad y la repugnancia
indescriptible, de quienes viven tranquilamente en sus pecados. Esto
lo recalcó mucho en sus sermones y en sus cartas.
UN
ALUMNO DE SAN JUAN BOSCO, ES EL ÚNICO COLEGIAL DECLARADO SANTO POR
LA IGLESIA CATÓLICA; tal fue Santo Domingo Savio .
Don
Bosco lo educó en su colegio para niños pobres. Cuando estaba
empezando Tercero de Bachillerato se murió, y han sido tantos los
milagros que ha obtenido del Señor, que el Papa Pío XII lo declaró
Santo.
Su
biografía , escrita por su profesor, Don Bosco, ha sido traducida a
todos los idiomas importantes del mundo, y lleva ya 54 ediciones .
Del
Libro: LOS SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO
P.
Eliécer Sálesman
Apostolado
Bíblico Católico
3°
Edición Diciembre de 2001
Editorial
Centro Don Bosco
Av.
Eldorado N° 65-96
Bogotá
, D.C. -Colombia
LIBRERÍA
SAN PEDRO CLAVER
Tel:
7183530956 New York , U.S.A.
Testimonio
Personal: Puedo asegurar como egresado de las escuelas de Don
Bosco – Colegio San Francisco de Sales y Pío IX en Buenos Aires –
el inmenso beneficio que recogí para mi vida personal, el paso por
estos dos colegios, especialmente en el segundo por la preparación
técnica que me llevaron a cursar y terminar la carrera de ingeniería
electrónica en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, en tiempo
récord.
La
congregación salesiana sufrió los terribles embates ideológicos
del marxismo durante ese tiempo (1970-1980), en algunos de sus
miembros, lo que fue contenido con valentía por la Superior
Jerarquía; muchos ya eran ancianos y venerables sacerdotes como el
Padre Sol, el Padre Herr, el Padre Calvo y el Padre Aparicio, que
separaron y expulsaron a muchos de ellos.
Por
lo que me he enterado, muchos años después, el problema continúa,
en un instituto universitario de la Patagonia, ya que se encuentra
exhibida en el hall de entrada (según leí de fuente insospechada),
la imagen del famoso guerrillero argentino-cubano Ernesto Guevara
Lynch más conocido como “el Che”, de horrenda memoria por sus
crímenes, y difusión de la violencia y lucha de clases.
Mi
especial agradecimiento a todos los sacerdotes valientes, que
supieron hacer frente a tanta locura.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, que inspiraste en San Juan Bosco el amor
a la Juventud y la Niñez, te pedimos que sepamos imitar su amor por
ellos, educando con el ejemplo, de una vida apegada a tu Palabra, y
llena de Caridad y Paciencia por todos ellos. A Tí Señor, sean la
Gloria y el Poder por los siglos de los siglos. Amén.
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