10
de Diciembre
—San
Melquíades o Melciades, 32ª Papa. (314).
Nació
en África, gobernó la Iglesia durante tres años. Como protesta
contra los maniqueos, prohibió el ayuno en jueves y en domingo, Es
el primer papa que empezó a habitar el palacio de Letran, donde
celebró un Concilio en 313 contra los donatistas africanos, que
acababan de consumar su rebeldía. Aludiendo a él pronunció San
Agustín estas palabras: "¡Oh hombre excelente, oh verdadero
hijo de la paz, oh verdadero padre del pueblo cristiano!"
—San
Gregorio III, 90ª Papa, 741.
Sirio de nación, ocupó la
sede de San Pedro durante diez años. Confirmó el culto de las
sagradas imágenes, combatido por el emperador León el Isáurico.
Tuvo que sufrir el saqueo de Roma por las tropas de Luitprando, rey
de los lombardos, lo cual le indujo a estrechar sus relaciones con el
príncipe franco Carlos Martel. Restauró muchos monasterios y
edificios de la antigua Roma.
Otros
Santos y Mártires que recordamos con Amor y Agradecimiento:
—Santos
Carpóforo, sacerdote, y San
Abundio, diácono, mártires en la persecución de
Diocleciano, 303.
—Santa
Julia, compañera de Santa Eulalia, Mérida, 307.
—Santos
Mennas, Hermógenes y Eugrafo, mártires, Alejandría,
principios del siglo IV.
—San
Mercurio y sus compañeros mártires; fueron legionarios
cristianos, decapitados en Lentini (Sicilia) por orden de Licinio, s.
IV.
—San
Gemelo, crucificado en tiempo de Juliano el Apóstata,
Ancira, en Galacia, s. IV.
—San
Sindulfo, obispo de Viena, 650.
—San
Diosdado o Deusdedit, obispo
de Brescia.
—Beato
Fulgencio, benedictino y abad del monasterio de Afflighem,
en los Países Bajos, donde había nacido, 1122.
—Beato
Sebastián Montañol, dominico español, que
predicó el Evangelio en el país de Zacatecas, Méjico, y fue
asesinado por los indios a quienes reprendía por adorar como Dios a
un impostor, 1616.
Oración:
Te pedimos Señor que por intercesión de estos Amados Santos
y Mártires, perseveremos siempre en la fidelidad de tus Divinos
Mandamientos, y obtener de ellos la fortaleza espiritual para
combatir todas las tentaciones diabólicas que anidan en nuestro
corazón. A Tí Señor que Eres por los siglos de los siglos. Amén.
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