lunes, 13 de junio de 2016

Segunda Feria, 13 de junio

Santa Aquilina



Mártir (+304)

Etimológicamente significa “águila, sin labio”. Viene de la lengua griega.

Autor: P. Felipe Santos

Cuando la sencillez va de par con el espíritu de infancia, tu corazón se humaniza. Brecha luminosa en tu camino, tu canto se eleva a Dios: "Tú que das de comer a pájaros y haces crecer los lirios del campo, concédenos alegrarnos con lo que tú nos colmas, y que esto nos baste".

Aquilina. Los emperadores romanos no sabían a ciencia cierta qué hacer con esta fuerza pujante del cristianismo. No podían ni soñar que cuantos más morían, más cristianos surgían dentro de su imperio.

Era para ellos la principal preocupación. Fue el caso de esta niña inocente llamada Aquilina.

Había nacido en Biblis de Palestina, Asia Menor. Por suerte para ella, unos misioneros abanderados del Resucitado, pasaban por allá.

Ella, al verlos, les dijo que estaba preparada para recibir el bautismo porque amaba mucho a Jesús.

Los misioneros escucharon su petición. La bautizaron. Apenas se hubo hecho cristiana, se entregó a ayudar a la gente resplandeciendo ante todos, a pesar de su edad, por su pureza y candidez.

Pero la persecución se notaba ya en el ambiente. Iba a empezar en seguida.

El emperador, enterado por su policía de que había una chica cristiana, que era una joya, mandó que la llevasen ante su presencia.

Y la historia se repite. La condujeron a los dioses para que ofreciera sacrificios.

Ella se negó en rotundo. Entonces, sin entrañas ni amor, mandó que la degollaran. Era el 13 de junio del año 304.

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San Fandila de Córdoba


Mártir

(+873)

Natural de Guadix (Granada-España), nuestro santo vivió en los duros tiempos de la dominación árabe en España.

Como sus padres tenían posibilidades económicas, enviaron a Fandila a estudiar a Córdoba (España), pero al chico no le tiraba la vida civil, y se recorrió todos los monasterios de Córdoba buscando uno que le gustase.

Por fin se decidió por el de Tavana, famoso por el gran número de personas que vivían en él. Pasado el tiempo, los monjes de San Salvador, otro monasterio del norte de Córdoba, les pidieron a los de Tavana que les "prestasen" a Fandila, para hacerlo su abad.

Después de un tiempo, Fandila aceptó el cargo. Con el paso del tiempo, Fandila y todos los cristianos de Córdoba, veían con desasosiego la crueldad con la que eran tratados los cristianos. Ni corto ni perezoso, nuestro santo se presentó ante el juez árabe para protestar.

Éste, en vez de escucharlo, lo metió en el calabozo. Sin embargo, los árabes estaban buscando al obispo de Córdoba, para dar un escarmiento con él. Como no lo encontraron, decidieron dar el escarmiento con nuestro santo, Fandila. El juez mandó, entonces, decapitarlo, y que su cuerpo fuese puesto a la vista de todos. Y así murió este santo sacerdote y abad a mediados del siglo IX.



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