Domingo
7 de Febrero
San
Teodoro el Estudita
756-826,
escritor y teólogo bizantino
Teodoro el
Estudita. Mosaico del siglo XI del Monasterio de Néa Moní, Quíos
Vivió
el periodo iconoclasta del Imperio bizantino (726 - 843). Fue abad
del monasterio de Studion, en Constantinopla, donde reformó la
disciplina y las prácticas religiosas. Sufrió cuatro exilios. Sus
obras figuran en la Patrología griega.
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Fue
sobrino de San Platón, a quien él y sus hermanos persuadieron para
que los guiara como ermitaños.
A
los 22 años entró en el Monasterio de Sakkudion (Bitinia), siendo
abad su tío Platón. En 794 Teodoro alcanzó el abadiato de este
monasterio al retirarse su tío.
Durante
ese año, el Emperador Constantino VI decidió separarse de su esposa
María de Amnia para casarse con Teodote, prima de Teodoro, una dama
de honor de su madre, la emperatriz Irene, un hecho impopular e
ilegal al que Teodoro se opuso con firmeza. Por ello fue desterrado a
Tesalónica en 796.
Por
medio de la intercesión de la Emperatriz, Teodoro pudo regresar en
797, pero al producirse ataques árabes los monjes de Sakkudion
tuvieron que marchar de allí hacia la capital. Irene le ofreció ser
abad del Monasterio de Studion en Constantinopla que aceptó.
Como
abad, reformó la disciplina eliminando supersticiones diversas.
Vivió
el periodo iconoclasta del Imperio bizantino (726 - 843), siendo un
valiente defensor del valor espiritual de los iconos, enfrentándose
a León V el Armenio, lo que le valió nuevos exilios en Asia Menor.
Polemista
vigoroso, sostener sus puntos de vista le ocasionó cuatro exilios.
Sus obras figuran en la Patrología griega y algunos de sus epigramas
sobre la vida monástica poseen cierto vigor.
La
cruz de Cristo es preciosa y vivificante
De los sermones de San Teodoro Estudita
De los sermones de San Teodoro Estudita
Sermón
sobre la adoración de la Cruz: PG 99, 691-694. 695. 698-699
¡Oh
don preciosísimo de la cruz! ¡Qué aspecto tiene más esplendoroso!
No contiene, como el árbol del paraíso, el bien y el mal
entremezclados, sino que en él todo es hermoso y atractivo tanto
para la vista como para el paladar.
Es
un árbol que engendra la vida, sin ocasionar la muerte; que ilumina
sin producir sombras; que introduce en el paraíso, sin expulsar a
nadie de él; es un madero al que Cristo subió, como rey que monta
en su cuadriga, para derrotar al diablo que detentaba el poder de la
muerte, y librar al género humano de la esclavitud a que la tenía
sometido el diablo.
Este
madero, en el que el Señor, cual valiente luchador en el combate,
fue herido en sus divinas manos, pies y costados, curó las huellas
del pecado y las heridas que el pernicioso dragón había infligido a
nuestra naturaleza.
Si
al principio un madero nos trajo la muerte, ahora otro madero nos da
la vida: entonces fuimos seducidos por el árbol: ahora por el árbol
ahuyentamos la antigua serpiente. Nuevos e inesperados cambios: en
lugar de la muerte alcanzamos la vida; en lugar de la corrupción, la
incorrupción; en lugar del deshonor, la gloria.
No
le faltaba, pues, razón al Apóstol para exclamar: Dios me libre de
gloriarme, si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la
cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Pues
aquella suprema sabiduría, que, por así decir, floreció en la
cruz, puso de manifiesto la jactancia y la arrogante estupidez de la
sabiduría mundana. El conjunto maravilloso de bienes que provienen
de la cruz acabaron con los gérmenes de la malicia y del pecado.
Las
figuras y profecías de este leño revelaron, ya desde el principio
del mundo, las mayores maravillas. Mira si no, si tienes deseos de
saberlo: ¿Acaso no se salvó Noé de la muerte del diluvio, junto
con sus hijos y mujeres y con los animales de toda especie, en un
frágil madero?.
¿Y
qué significó la vara de Moisés? ¿Acaso no fue figura de la cruz?
Una vez convirtió el agua en sangre; otra, devoró las serpientes
ficticias de los magos; o bien dividió el mar con sus golpes y
detuvo las olas, haciendo que cambiaran su curso, sumergiendo así a
los enemigos mientras hacía que se salvara el pueblo de Dios.
De
la misma manera fue también figura de la cruz la vara de Aarón,
florecida en un solo día para atestiguar quién debía ser el
sacerdote legítimo.
Y
a ella aludió también Abrahán cuando puso sobre el haz de leña a
su hijo maniatado. Con la cruz sucumbió la muerte, y Adán se vio
restituido a la vida. En la cruz se gloriaron todos los apóstoles,
en ella se coronaron los mártires y se santificaron los santos.
Con
la cruz nos revestimos de Cristo y nos despojamos del hombre viejo;
fue la cruz la que nos reunió en un solo rebaño, como ovejas de
Cristo, y es la cruz la que nos lleva al aprisco celestial.
Oración:
Te pedimos Señor, que por los méritos e intercesión de San Teodoro
Estudista. Muramos nosotros para el mundo y el mundo muera para
nosotros, a fin de que no deseemos riquezas ni honores, y sepamos
mantenernos alejados de tantos halagos y tentaciones, sabiendo vivir
en humildad, obediencia a Tí y silencio para adorarte mejor cada
día. A Tí Señor que nos abriste las puertas de la Vida Eterna
desde ahora mismo, mientras transitamos la Ciudad Terrena. Amén.
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