domingo, 18 de octubre de 2020

18 de octubre

San Lucas, Evangelista



Etim.:Del latín, Lucas, del griego, Loukas. "Portador de luz"

Su símbolo es un toro o novillo

Patrón de artistas, doctores, cirujanos, solteros, carniceros, encuadernadores, cerveceros, escultores, notarios.

Mirad cómo el mundo está lleno de sacerdotes, y sin embargo, es muy difícil encontrar, un trabajador para la mies del Señor; porque hemos recibido el ministerio sacerdotal, pero no cumplimos con los deberes de este ministerio” (Papa San Gregorio Magno).


Breve

Autor del tercer Evangelio, y de los Hechos de los Apóstoles, en el que se narran los orígenes de la vida de la Iglesia, hasta la primera prisión de San Pablo, en Roma.

Posiblemente escribió el Evangelio que lleva su nombre, entre los años 70 dc y 80 dc, probablemente en los dos años que San Pablo, estuvo preso en Cesarea (Hechos 20, 21). 

Se destaca como evangelista y como historiador. 

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Lucas recibió la fe, alrededor del año 40. Habrá conocido a Pablo en Antioquía. Ninguno de los dos conocieron a Jesús, durante su vida en la tierra. Sin embargo, Lucas supo escribir, cuidadosamente guiado por el Espíritu Santo, lo que escuchó de los testigos oculares.

Es el único que narra la infancia de Jesús, y el que trata más sobre La Virgen María, quizás porque ella misma, le instruyó en Éfeso.

Lucas escribe para el mundo gentil. Resalta el aspecto universal de la redención, cuando escribe sobre la predicación a todas las naciones, comenzando por Jerusalén (Cf Lc. 24, 46-47).

Él está consciente, de los peligros de la legalidad judía, y también de las herejías y de la frivolidad pagana. Su Evangelio, muestra una atención especial hacia los pobres, los pecadores, los arrepentidos, y de la actitud que debemos tener hacia la oración.

San Lucas nace de padres paganos, en Antioquia, y es el único escritor del Nuevo Testamento, que no es israelita. Es de cultura griega, y dirigió su mensaje a los gentiles cristianos. Estaba muy bien educado en la literatura, y era médico.

San Lucas fue discípulo fiel de San Pablo, quien lo describe como, "Lucas, el médico querido" (Col 4,14). 

Desde su prisión de Roma, Pablo le dice a su discípulo Timoteo: «Solo Lucas queda conmigo». San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en en el trabajo; ansioso de saber y sufrir; Lucas no acertaba a separarse de Pablo».

En los Hechos de los Apóstoles, Lucas se incluye en los viajes de San Pablo: "fuimos a... navegamos a..."   En uno de esos viajes, se embarcaron desde Troas a Fenicia. Otro viaje los llevó, desde Fenicia a Jerusalén. Más tarde fueron juntos a Roma, en cuyo viaje, sufrieron naufragio y otros peligros.

Según la tradición, murió mártir en Acaya, que se encuentra en la costa norte del Peloponeso, Grecia, lindante con el golfo de Corinto, colgado de un árbol. Sus reliquias se encuentran, en la Basílica de Santa Justina, Padua, Italia. Estudios conducidos allí, en 1998, concuerdan con los datos sobre San Lucas, conocidos por la tradición.

Patrón de artistas, doctores, cirujanos, solteros, carniceros, encuadernadores, cerveceros, escultores, notarios.

Representado con: libro, novillo alado, médico, pintando ícono de Nuestra Señora. Según la tradición, fue también pintor de la Virgen.

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El Señor viene detrás de sus predicadores
De las homilías de San Gregorio Magno, Papa, sobre los evangelios
Homilía 17, 1-3


Nuestro Señor y Salvador, hermanos muy amados, nos enseña unas veces con sus palabras; otras con sus obras. Sus hechos, en efecto, son normas de conducta, ya que con ellos, nos da a entender tácitamente, lo que debemos hacer. Manda a sus discípulos, a predicar de dos en dos, ya que es doble el precepto de la caridad, a saber, el amor de Dios y el del prójimo.

El Señor envía a los discípulos, a predicar de dos en dos, y con ello nos indica sin palabras, que el que no tiene caridad para con los demás, no puede aceptar en modo alguno, el ministerio de la predicación.

Con razón se dice, que los mandó por delante, a todos los pueblos y lugares, adonde pensaba ir Él. En efecto, el Señor viene detrás de sus predicadores, ya que habiendo precedido la predicación, viene entonces el Señor, a la morada de nuestro interior, cuando ésta ha sido preparada, por las palabras de exhortación, que han abierto nuestro espíritu a la verdad.

En este sentido, dice Isaías a los predicadores: Preparadle un camino al Señor; allanad una calzada para nuestro Dios”. Por esto, les dice también el salmista: “Alfombrad el camino, del que sube sobre el ocaso. Sobre el ocaso, en efecto, sube el Señor, ya que en el declive de su pasión, fue precisamente cuando por su resurrección, puso más plenamente de manifiesto su gloria. Sube sobre el ocaso, porque con su resurrección, pisoteó la muerte que había sufrido”.

Por esto, nosotros alfombramos el camino, del que sube sobre el ocaso, cuando os anunciamos su gloria, para que Él, viniendo a continuación, os ilumine con su presencia amorosa.

Escuchemos lo que dice el Señor, a los predicadores que envía a sus campos: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad pues al Señor de la mies, que mande trabajadores a sus campos.

Por tanto, para una mies abundante, son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, porque hay que reconocer, que si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.

Mirad cómo el mundo está lleno de sacerdotes; y sin embargo, es muy difícil encontrar un trabajador para la mies del Señor; porque hemos recibido el ministerio sacerdotal, pero no cumplimos con los deberes de este ministerio.

Pensad pues, amados hermanos, pensad bien en lo que dice el Evangelio: Rogad al Señor de la mies, que mande trabajadores a sus campos. Rogad también por nosotros, para que nuestro trabajo, en bien vuestro, sea fructuoso, y para que nuestra voz, no deje nunca de exhortaros, no sea que después de haber recibido, el ministerio de la predicación, seamos acusados ante el justo Juez, por nuestro silencio.

Oración: Señor y Dios nuestro, que elegiste a San Lucas para que nos revelara, con su predicación y sus escritos, el inmenso Amor que nos tienes, y ayúdanos a incrementar el Amor nuestro, y plena Confianza en y hacia Tí, y a predicar con nuestro ejemplo de vida, y poder así atraer a todos los hombres, a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, Ayer, Hoy y Siempre. Amén.

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