sábado, 17 de noviembre de 2018


Sexta Feria, 16 de Noviembre

Santa Gertrudis la Grande


(+1301)

Religiosa de clausura, virgen, vidente del Sagrado Corazón

La adversidad, es el anillo espiritual, que sella los esponsales con Dios”

Santa Gertrudis la Grande (1256-1301), fue una religiosa benedictina alemana, de gran cultura filosófica y literaria, que destacó por su don de contemplación. Es una de los primeros apóstoles, del Sagrado Corazón de Jesús.

Nació el 6 de enero de 1256, en Eisleben (Turingia). A los cinco años de edad, fue enviada a estudiar al monasterio benedictino de Helfta, donde su maestra, Santa Matilde, era su hermana de sangre y abadesa.

Las dos santas, eran muy unidas en el amor al Señor. Gertrudis era muy atractiva e inteligente. Con el tiempo, tomó el hábito en el mismo convento. Era amiga de Santa Mechtilde of Hackeborn +1298, quien era de la misma comunidad, y también tenía una especial devoción al Corazón de Jesús.

Aun antes que Nuestro Señor, se apareciera a Santa Margarita María Alacoque, Santa Gertrudis la Grande, tuvo una experiencia mística del Sagrado Corazón de Jesús.

Santa Gertrudis, se adelantó a su tiempo en ciertos puntos, como la comunión frecuente, la devoción a San José, y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Con frecuencia, hablaba del Sagrado Corazón con Santa Matilde, y se cuenta que en dos visiones diferentes, reclinó la cabeza sobre el pecho del Señor, y oyó los latidos de su corazón.

Murió el 17 de Noviembre del 1301

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Revelaciones de Santa Gertrudis

Alrededor de sus veintiséis años, Santa Gertrudis, tuvo la primera de sus revelaciones. Cuando iba a acostarse, le pareció ver al Señor, en forma de joven.

"Aunque sabía yo que me hallaba en el dormitorio, me parecía que me encontraba en el rincón del coro, donde solía hacer mis tibias oraciones, y oí estas palabras `yo te salvaré y te libraré. No Temas.`

Cuando el Señor dijo esto, extendió su mano fina y delicada, hasta tocar la mía, como para confirmar su promesa, y prosiguió: `Has mordido el polvo con mis enemigos, y has tratado de extraer miel de las espinas. (Gertrudis deseó siempre, hasta ese momento, el amor de un hombre, como es natural en toda mujer, y por eso Jesús le dijo esto a modo de advertencia). Vuélvete ahora a Mí, y mis delicias divinas serán para ti como vino.`". Entonces Gertrudis vió con sus ojos, que un seto de espinos, se interponía entre los dos.

Pero Gertrudis se sintió como arrebatada por los aires, y se encontró al lado del Señor: "Entonces vi en la mano, que poco antes se me había dado como prenda, las joyas radiantes que anularon la pena de muerte, que se cernía sobre nosotros".

Tal fue la experiencia de Gertrudis, que podría llamarse su "conversión", a pesar de que se trataba, del alma más pura e inocente. A partir de entonces, se entregó con plena conciencia y deliberación, a la conquista de la perfección y de la unión con Dios.

Hasta entonces, los estudios profanos habían sido sus delicias; en adelante, se dedicó a estudiar la Biblia, y los escritos de los Padres, sobre todo de San Agustín y de San Bernardo, quien había muerto, no hacía mucho tiempo atrás.

En otras palabras, del estudio de la gramática, pasó al de la teología; y sus escritos, muestran claramente la influencia de la liturgia, y de sus lecturas privadas.

Comentarios sobre la muerte
Exteriormente, la vida de Santa Gertrudis, fue como la de tantas otras contemplativas, es decir, poco pintoresca. Sabemos que solía copiar pasajes de la Sagrada Escritura, y componer pequeños comentarios, para sus hermanas en religión, y que se distinguía por su caridad para con los difuntos, y por su libertad de espíritu.

El mejor ejemplo de esto último, es su reacción ante las muertes súbitas e inesperadas. "Deseo con toda el alma, tener el consuelo de recibir los últimos sacramentos, que dan la salud; sin embargo, la mejor preparación para la muerte, es tener presente que Dios escoge la hora. Estoy absolutamente convencida, de que, ya sea que tenga una muerte súbita o prevista, no me faltará la misericordia del Señor, sin la cual no podría salvarme, en ninguno de los dos casos".

Continúa la presencia del Señor y las revelaciones
Después de la primera revelación, Gertrudis siguió viendo al Señor "veladamente", a la hora de la comunión, hasta la víspera de la Anunciación.

Ese día, el Señor la visitó en la capilla, durante los oficios de la mañana, y "desde entonces, me concedió un conocimiento más claro de Él, de suerte que empecé a corregirme de mis faltas, mucho más por la dulzura de Su amor, que por temor de su justa cólera".

Los cinco libros del "Heraldo de la Bondad de Dios" (comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"), de los que la santa, sólo escribió el segundo, contienen una serie de visiones, comunicaciones y experiencias místicas, que han sido ratificadas por muchos místicos, y teólogos distinguidos.

La santa habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo. Cuenta también, que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor, como para recibir la impresión de un sello, y alude a un matrimonio espiritual, en que su alma fue, como absorbida por el corazón de Jesús. Aseguró que "la adversidad, es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".

Recuesta la cabeza en el costado de Jesús
En la fiesta de San Juan Evangelista, Santa Gertrudis tuvo una visión de Nuestro Señor, quién le permitió descansar su cabeza en la Llaga de Su costado. Al escuchar el palpitar de Su Corazón, ella se tornó hacia San Juan, quién estaba también presente.

Santa Gertrudis, le preguntó a San Juan, por qué, habiendo reposado su cabeza en el pecho de Jesús, durante la última cena, no había escrito nada para nuestra instrucción, sobre las profundidades y movimientos del Sagrado Corazón de Jesús.

San Juan le respondió: “Mi ministerio en ese tiempo, en que la Iglesia se formaba, consistía en hablar únicamente sobre la Palabra del Verbo Encarnado...... pero en los últimos tiempos, se les está reservado, la gracia de oír la voz elocuente del Corazón de Jesús. A esta voz, el mundo, debilitado en el amor a Dios, se renovará, se levantará de su letargo, y una vez más, será inflamado en la llama del Amor Divino
Escritos
A la santa se le atribuyen cinco libros, que componen el "Heraldo de la Amorosa Bondad de Dios" (Comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"). El primero, fue escrito por amigos íntimos de la Santa, después de su muerte; el segundo fue escrito por la santa, y los restantes fueron compuestos bajo su dirección.

Sus escritos relatan visiones, comunicaciones y experiencias místicas.

Habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo. Cuenta también que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor, como para recibir la impresión de un sello, y alude a un matrimonio espiritual, en el que su alma fue como absorbida por el corazón de Jesús. Enseña al mismo tiempo que "la adversidad es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".

Se le atribuyen además ciertas oraciones del siglo XVII.

Final
Santa Gertrudis, sufrió diez años de penosas enfermedades, y murió el 17 de Noviembre de 1301. Tenía alrededor de los cuarenta y cinco años.

Ni Santa Gertrudis, ni su hermana, fueron canonizadas formalmente, pero Inocencio XI introdujo el nombre de Gertrudis en el Martirologio Romano en 1677. Clemente XII ordenó que se celebrase su fiesta en toda la Iglesia de occidente. 

Santa Matilde, hermana de San Gertrudis
+1298

Santa Matilde, que era quince años mayor que Santa Gertrudis, y cantaba como "un jilguero de Cristo"; era también un alma mística.

A los cincuenta años, se enteró de que su discípula, había ido anotando cuidadosamente todas sus enseñanzas, y cuanto oía contar sobre sus experiencias. Matilde se alarmó al saberlo; pero el Señor le comunicó que Él mismo, le había inspirado a Gertrudis, el deseo de poner por escrito esos datos. Con ello, se serenó Santa Matilde, y aun corrigió personalmente el manuscrito.

Se trata de la obra titulada "Libro de la Gracia Especial", o "Revelaciones de Santa Matilde". Siete años más tarde, el 19 de noviembre de 1298, Cristo llamó a Sí a Santa Matilde; "ella le ofreció su corazón, y lo introdujo en el Suyo. Nuestro Señor trocó el corazón de Matilde con el suyo, y le dio la gloria eterna, donde esperamos que con su intercesión, nos alcanzará muchas gracias".

Santa Matilde no ha sido nunca canonizada formalmente, pero se ha concedido su fiesta, a muchos conventos de religiosas benedictinas. Algunos autores la identifican con la "Donna Matelda", del purgatorio de Dante (cantos 27 y 28).

Ver nuestra entrada el 16 de Octubre – Santa Margarita María Alacoque

Oración: Te pedimos Señor y Dios nuestro, que por los méritos y la intercesión de Santa Gertrudis y de Santa Matilde, su hermana, nos volvamos fervorosamente hacia tu Sagrado Corazón, refugio cálido, seguro y apacible para nuestras vidas. Te lo pedimos a Tí que Vives y Reinas por los Siglos de los Siglos. Amén.

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