19 de Mayo 2025
San Ivo
(1253 - 1303)
Patrono de los abogados
"Ciertos malos espíritus, no se alejan sino con la oración y la mortificación" (Mc. 9,29),
Los
juristas de muchos países tiene como Patrono. Nació en la provincia
de Bretaña ( Francia). Su padre lo envió a estudiar a la
Universidad de París, y obtuvo su doctorado como abogado.
"Ciertos
malos espíritus, no se alejan sino con la oración y la
mortificación" (Mc. 9,29), oyó estas palabras de Jesús, y
se propuso dedicar buen tiempo cada día, a la oración y a
mortificarse, tanto en las miradas, en las comidas, el lujo en el
vestir, y en descansos que no fueran necesarios.
Empezó a
abstenerse de comer carne, y nunca tomaba bebidas alcohólicas.
Vestía pobremente, y lo que ahorraba, lo dedicaba a ayudar a los
pobres. Al volver a Bretaña, fue nombrado juez del tribunal, y en el
ejercicio de su cargo, se dedicó a proteger a los huérfanos, y
defender a los más pobres.
Su gran bondad, le ganó el título
de "Abogado de los pobres". Visitaba las cárceles, y
llevaba regalos a los presos, y les hacía gratuitamente memoriales
de defensa, a los que no podían conseguirse un abogado. San Ivo no
aceptó jamás, ni el más pequeño regalo de ninguno de sus
clientes.
Cuando le llevaban un pleito, él se esmeraba, por
tratar de obtener que los dos litigantes, arreglaran todo
amigablemente en privado, sin tener que hacerlo por medio de demandas
públicas.
Muchos litigantes, terminaban siendo amigos, y se
evitaban los grandes gastos de los pleitos judiciales. Después de
trabajar bastante tiempo como juez, San Ivo fue ordenado sacerdote:
los últimos quince años de su vida, los dedicó totalmente a la
predicación, y a la administración de los sacramentos.
De
muchas partes, llegaban personas litigantes, a obtener que San Ivo,
hiciera las paces entre ellos, y él lograba con admirable facilidad,
poner de acuerdo a los que antes estaban alegando. Y aprovechaba de
todas estas ocasiones, para predicar a la gente, acerca de la Vida
Eterna, y de lo mucho que debemos amar a Dios y al prójimo.
Alguien
le aconsejó, que hiciera ahorros para cuando llegara a ser viejo, y
él le respondió: - «.¿quién me asegura que voy a llegar a ser
viejo?. En cambio lo que sí es totalmente seguro, es que el buen
Dios me devolverá, cien veces más, lo que yo regale a los
pobres".
El 19 de mayo del año 1303, estaba tan
débil que no podía mantenerse de pie, y necesitaba que lo
sostuvieran.
Sin embargo celebró así la Santa Misa. Después
de la Misa, se recostó y pidió que le administraran la Unción de
los enfermos, y murió plácidamente. Tenía 50 años.
Sus
vecinos le compusieron, un epitafio bien especial que dice: “San
Ivo era bretón. Era abogado y no era ladrón”.
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