7 de Abril 2023
-------------------------------------------------------------------
Viernes
Santo
VÍA CRUCIS EN EL COLISEO
Su
rostro se refleja en el de cada persona humillada y ofendida, enferma
o que sufre sola, abandonada y despreciada.
PALABRAS DEL SANTO
PADRE BENEDICTO XVI
Colina del Palatino
Viernes Santo, 10
de abril de
2009
https://365seleccionessacros.blogspot.com/2020/04/10de-abril-viernessanto-viacrucis-en-el.html
-------------------------------------------------------------------
San
Juan Bautista de la Salle
(1651-1719)
Fundador
de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos
Lasallistas)
Patrón de los maestros
Nació en Reims,
Francia, en el año 1651. Ordenado sacerdote, se dedicó por entero a
la educación de la infancia, y a la fundación de escuelas para los
pobres. Constituyó una Congregación, por cuya existencia, hubo de
soportar innumerables dificultades. Murió en Ruán, en el año
1719.
https://365seleccionessacros.blogspot.com/2020/04/7de-abril-sanjuan-bautista-de-la-salle.html
----------------------------------------------------------------------
Hoy
leemos en las escrituras
Primera
lectura
Lectura
del libro de Isaías (52,13–53,12):
Mirad,
mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se
espantaron de Él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía
aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos; ante Él los reyes
cerrarán la boca, al ver algo inenarrable, y contemplar algo
inaudito.
¿Quién creyó nuestro anuncio?. ¿A quién se
reveló el brazo del Señor?. Creció en su presencia como brote,
como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin
aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un
hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se
ocultan los rostros, despreciado y desestimado.
Él soportó
nuestros sufrimientos, y aguantó nuestros dolores; nosotros lo
estimamos leproso, herido de Dios y humillado, pero Él fue
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre Él, sus cicatrices nos
curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino;
y el Señor cargó sobre Él, todos nuestros crímenes.
Maltratado,
voluntariamente se humillaba, y no abría la boca; como cordero
llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no
abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién
meditó en su destino?.
Lo arrancaron de la tierra de los
vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura
con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había
cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca.
El Señor
quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como
expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el
Señor quiere, prosperará por su mano.
Por los trabajos de
su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo
justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le
daré una multitud como parte, y tendrá como despojo, una
muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte, y fue contado entre
los pecadores. Él tomó el pecado de muchos, e intercedió por los
pecadores.
Palabra
de Dios. ¡Te alabamos
Señor!
-----------------------------------------------
Salmo
Sal
30,2.6.12-13.15-16.17.25
R/.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
A
Ti , Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
Tú, que
eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
Tú,
el Dios leal, me librarás. R/.
Soy la burla de todos mis
enemigos,
la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis
conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han
olvidado como a un muerto,
me han desechado, como a un cacharro
inútil. R/.
Pero yo confío en Ti, Señor,
te digo: «Tú
eres mi Dios.»
En
tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me
persiguen. R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame
por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón,
los
que esperáis en el Señor.
R/.
----------------------------------------------------------
Segunda
lectura
Lectura
de la carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9):
Mantengamos
la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que
ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo
sacerdote, incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que
ha sido probado en todo, exactamente como nosotros, menos en el
pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia, y encontrar gracia que nos
auxilie oportunamente. Cristo, en los días de su vida mortal, a
gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas, al que podía
salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.
Él,
a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y llevado a la
consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen, en
autor de salvación eterna.
Palabra
de Dios. ¡Te alabamos
Señor!
-------------------------------------------------------------------
Evangelio
de hoy
Pasión
de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (18,1–19,42):
C.
En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos, al otro lado del
torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí, Él y sus
discípulos.
Judas, el traidor, conocía también el sitio,
porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas
entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos
sacerdotes, y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y
armas.
Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre Él, se
adelantó y les dijo:
+ «¿A
quién buscáis?»
C.
Le contestaron:
S. «A
Jesús, el Nazareno.»
C.
Les dijo Jesús:
+ «Yo
Soy.»
C.
Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: «Yo
soy»,
retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:
+ «¿A
quién buscáis?»
C.
Ellos dijeron:
S. «A
Jesús, el Nazareno.»
C.
Jesús contestó:
+ «Os
he dicho que soy yo. Si me buscáis a Mí, dejad marchar a éstos»
C.
Y así se cumplió lo que había dicho: «No
he perdido a ninguno de los que me diste.»
Entonces
Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del
sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba
Malco.
Dijo entonces Jesús a Pedro:
+ «Mete
la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy
a beber?».
C.
La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos, prendieron a
Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de
Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a
los judíos este consejo: «Conviene
que muera un solo hombre por el pueblo.»
Simón
Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era
conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús en el palacio del
sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el
otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera,
e hizo entrar a Pedro.
La criada que hacía de portera, dijo
entonces a Pedro:
S. «¿No
eres tú también, de los discípulos de ese hombre?»
C.
Él dijo: S. «No
lo soy.»
C.
Los criados y los guardias, habían encendido un brasero, porque
hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de
pie, calentándose. El sumo sacerdote, interrogó a Jesús acerca de
sus discípulos, y de la doctrina.
Jesús le contestó:
+
«Yo
he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente, en
la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no
he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí?.
Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben
lo que he dicho Yo.»
C.
Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaban allí, le dio una
bofetada a Jesús, diciendo: S. «¿Así
contestas al sumo sacerdote?».
C.
Jesús respondió: + «Si
he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado
como se debe, ¿por qué me pegas?».
C.
Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón
Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S. «¿No
eres tú también de sus discípulos?».
C.
Él lo negó, diciendo: S. «No
lo soy.»
C.
Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien
Pedro, le cortó la oreja, le dijo:
S. «¿No
te he visto yo con Él en el huerto?».
C.
Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.
Llevaron
a Jesús de casa de Caifás, al pretorio. Era el amanecer, y ellos no
entraron en el pretorio, para no incurrir en impureza, y poder así
comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y
dijo:
S. «¿Qué
acusación presentáis contra este hombre?»
C.
Le contestaron:
S. «Si
éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.»
C.
Pilato les dijo:
S. «Lleváoslo
vosotros y juzgadlo según vuestra ley.»
C.
Los judíos le dijeron:
S. «No
estamos autorizados para dar muerte a nadie.»
C.
Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué
muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a
Jesús y le dijo:
S. «¿Eres
tú el rey de los judíos?»
C.
Jesús le contestó:
+
«¿Dices eso por tu cuenta, o te lo han dicho otros de Mí?»
C.
Pilato replicó:
S. «¿Acaso
soy yo judío?. Tu gente y los sumos sacerdotes, te han entregado a
mí; ¿qué has hecho?»
C.
Jesús le contestó:
+ «Mi
reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi
guardia habría luchado, para que no cayera en manos de los judíos.
Pero mi reino no es de aquí.»
C.
Pilato le dijo:
S. «Conque,
¿Tú eres rey?»
C.
Jesús le contestó:
+ «Tú
lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al
mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad
escucha mi voz.»
C.
Pilato le dijo:
S. «¿Y
qué es la verdad?»
C.
Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos, y les
dijo:
S. «Yo
no encuentro en Él, ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros, que
por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey
de los judíos?»
C.
Volvieron a gritar:
S.
«A ése no, a Barrabás.»
C.
El tal Barrabás era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús, y lo
mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la
pusieron en la cabeza, y le echaron por encima, un manto color
púrpura; y acercándose a Él, le decían:
S. «¡Salve,
rey de los judíos!»
C.
Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S.
«Mirad,
os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en Él, ninguna
culpa.»
C.
Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas, y el manto
color púrpura. Pilato les dijo:
S. «Aquí
lo tenéis.»
C.
Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
S.
«¡Crucifícalo,
crucíficalo!»
C.
Pilato les dijo:
S «Lleváoslo
vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en Él.»
C.
Los judíos le contestaron:
S «Nosotros
tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha
declarado Hijo de Dios.»
C.
Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando
otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. «¿De
dónde eres tú?»
C.
Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:
S.
«¿A
mí no me hablas?. ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y
autoridad para crucificarte?»
C.
Jesús le contestó:
+ «No
tendrías ninguna autoridad sobre Mí, si no te la hubieran dado de
lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti, tiene un pecado
mayor.»
C.
Desde este momento, Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos
gritaban:
S. «Si
sueltas a Ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey,
está contra el César.»
C.
Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús, y lo
sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado"
(en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua,
hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S. «Aquí
tenéis a vuestro rey.»
C.
Ellos gritaron:
S. «¡Fuera,
fuera; crucifícalo!»
C.
Pilato les dijo:
S. «¿A
vuestro rey voy a crucificar?»
C.
Contestaron los sumos sacerdotes:
S. «No
tenemos más rey que al César.»
C.
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y
Él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de
la Calavera»
(que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con Él a
otros dos, uno a cada lado, y en medio, a Jesús.
Y Pilato
escribió un letrero, y lo puso encima de la cruz; en Él estaba
escrito: «Jesús,
el Nazareno, el rey de los judíos.» Leyeron
el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar, donde
crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a
Pilato:
S. «No,
escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha
dicho: Soy el rey de los judíos."»
C.
Pilato les contestó:
S. «Lo
escrito, escrito está.»
C.
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa,
haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica.
Era una túnica sin costura, tejida toda, de una pieza de arriba
abajo. Y se dijeron:
S. «No
la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca.»
C.
Así se cumplió la Escritura: «Se
repartieron mis ropas, y echaron a suerte mi túnica».
Esto hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús, estaban su
madre, la hermana de María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre,
y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+
«Mujer,
ahí tienes a tu hijo.»
C.
Luego, dijo al discípulo:
+ «Ahí
tienes a tu madre.»
C.
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después
de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para
que se cumpliera la Escritura dijo:
+ «Tengo
sed.»
C.
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y sujetando una esponja
empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+ «Está
cumplido.»
C.
E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
C. Los judíos
entonces, como era el día de la Preparación, para que no se
quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era
un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas, y
que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las
piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con Él;
pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron
las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó
el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da
testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad,
para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se
cumpliera la Escritura: «No
le quebrarán un hueso»;
y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán
al que atravesaron.»
Después
de esto, José de Arimatea, que era discípulo en secreto de Jesús,
por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el
cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces, y se llevó
el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a
verlo de noche, y trajo unas cien libras, de una mixtura de mirra y
áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús, y lo vendaron todo, con los
aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un
huerto, en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro
nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los
judíos, era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca,
pusieron allí a Jesús.
Palabra
de Dios. ¡Te alabamos
Señor!
------------------------------------------------
Historias
Sagradas
http://365selecciones.es/historia#d8ee6392-8132-44c2-a2dc-0c90fedae657
------------------------------------------
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy
------------------------------------------
https://www.biblegateway.com/
http://santoral-virtual.blogspot.com/
------------------------------------------
https://www.vercalendario.info/es/evento/liturgia-catolica-ano-calendario-2021.html
------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario