San
Agustín
Obispo
de Hipona y doctor de la iglesia (354-430)
Uno
de los cuatro doctores más reconocidos de la Iglesia Latina.
Llamado
"Doctor de la Gracia".
Fiesta:
28 de agosto; memoria.
Patrón
de los que buscan a Dios, teólogos, imprenta.
Aparece
frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor
por Dios.
"Nos
has hecho para ti, Señor,
y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti"
y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti"
"Señor,
que todo mi corazón se inflame con amor por ti;
Haz que nada en mi me pertenezca y que no piense en mi;
Que yo queme y sea totalmente consumido en Ti;
Que te ame con todo mi ser, como incendiado por ti"
-San Agustín, Comentario al salmo 138
Haz que nada en mi me pertenezca y que no piense en mi;
Que yo queme y sea totalmente consumido en Ti;
Que te ame con todo mi ser, como incendiado por ti"
-San Agustín, Comentario al salmo 138
Breve
Nació
en Tagaste (África) el año 354, hijo de Santa
Mónica;
después de una juventud desviada doctrinal y moralmente, se
convirtió, estando en Milán y el año 387 fue bautizado por el
obispo San
Ambrosio.
Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue
elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años, en que
ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio
una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos
escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor
profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de
su tiempo. Está entre los Padres mas influyentes del Occidente y sus
escritos son de gran actualidad. Murió el año 430. Sus restos
mortales se
veneran en la Basílica de San Pedro (Pavia, Italia)
También
nosotros le "encontramos vivo"
Benedicto
XVI habla de San Agustín, 16-I-08
Joseph
Ratzinger defendió su tesis doctoral sobre San Agustín. Ahora, como
papa, habla de él. Recuerda sus últimos días del santo durante la
invasión de los bárbaros. El oraba, hacía penitencia, enseñaba y
estudiaba. Todos nos beneficiamos de lo que él nos legó.
«Cuando
leo los escritos de san Agustín no tengo la impresión de que sea un
hombre muerto hace más o menos mil seiscientos años, sino que lo
siento como un hombre de hoy: un amigo, un contemporáneo que me
habla, que nos habla con su fe fresca y actual»
El
Papa citó su biógrafo, Posidio: «Dejó a la Iglesia un clero muy
numeroso, así como monasterios de hombres y de mujeres llenos de
personas dedicadas a la continencia y a la obediencia de sus
superiores, junto con las bibliotecas que contenían los libros y
discursos de él y de otros santos, por los que se conoce cuál ha
sido por gracia de Dios su mérito y su grandeza en la Iglesia, y en
los cuales los fieles siempre le encuentran vivo».
Añade
el Papa: «Es un juicio al que podemos asociarnos: en sus escritos
también nosotros le "encontramos vivo"»
«En
San Agustín que nos habla --me habla a mí en sus escritos--, vemos
la actualidad permanente de su fe, de la fe que viene de Cristo, del
Verbo Eterno Encarnado, Hijo de Dios e Hijo del hombre»
«Y
podemos ver que esta fe no es de ayer, aunque haya sido predicada
ayer; es siempre actual, porque realmente Cristo es ayer, hoy y para
siempre. Él es el Camino, la Verdad y la Vida»
«De
este modo, san Agustín nos anima a confiar en este Cristo siempre
vivo y a encontrar así el camino de la vida»
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