jueves, 10 de julio de 2025

 10 De Julio 2025


San Carmelo Bolta Bañuls
(1803 – 1860)


Mártir en Damasco. Sirvió durante 29 años en Tierra Santa.


Carmelo Bolta Bañuls nació en un pequeño pueblo español, Real de Gandía (Valencia), el 29 de mayo de 1803. Creció en una familia de sana tradición religiosa, desde muy joven, se sintió fuertemente atraído por los relatos de su tío materno, el padre franciscano Isidoro Bañuls, que volvía de su misión en Tierra Santa.

Admitido al noviciado, en el Real Convento de San Francisco de Valencia, de los Menores Observantes; se hizo fraile menor, y fue ordenado sacerdote en 1829: una vez obtenido el permiso de sus superiores, para ir a las misiones de Tierra Santa, embarcó el 20 de julio de 1831, junto con el padre Manuel Ruiz, hacia Jaffa, a donde llegó el 3 de agosto de 1831.

«Sabemos que era un hombre culto, cordial y afable en sus maneras, pero de salud delicada – continúa fray Ulises –. Por eso tuvo que dimitir tras unos meses, de su cargo como superior del hospicio de Jaffa, porque el clima era perjudicial para su salud».

Durante su estancia en Tierra Santa, el padre Carmelo, que dominaba las lenguas orientales, se dedicó principalmente, a enseñar a sus compañeros religiosos, que se preparaban para el sacerdocio en Jerusalén.

Fue guardián en Damasco durante tres años (1843-1845), y posteriormente, de 1845 a 1851, fue párroco en Ein Karem, en San Giovanni in Montana. El mes de septiembre de 1851, regresó a Damasco, como párroco y profesor de árabe de los jóvenes sacerdotes: en su cargo, a finales de los años cincuenta, estuvo acompañado por el padre Engelbert Kolland, también mártir.


La gracia del martirio

«En el caso del padre Carmelo, tenemos un testigo visual de su martirio – explica fray Ulises –. Se trata de Naame Massabki, hijo de Mooti, uno de los tres mártires maronitas. Naame era un niño, en el momento de los hechos, y se escondió en un rincón de la iglesia, cuando los drusos irrumpieron en el convento».

Las últimas palabras de Carmelo fueron: “Jamás, porque Jesucristo dice: No temáis a los que matan el cuerpo, sino a lo que puede matar el cuerpo y el alma, y enviarlos al infierno”.

Esto es algo que tienen en común, el padre Carmelo y fray Manuel Ruiz, con todos los demás mártires: porque en su historia hay un momento concreto, en el que aceptan esa gracia, la gracia del martirio».

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Silvia Giuliano

Oración
Padre todopoderoso, que concediste al mártir San Carmelo Bolta Bañuls, pelear el combate de la fe, hasta derramar su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a soportar, por tu amor, la adversidad, y a caminar con valentía hacia ti, fuente de toda vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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