sábado, 29 de junio de 2024

 29 de junio de 2024



Beatas Salomé y Judit de Niederaltaich
Primas y Reclusas
(800)

"¡Judit y Salomé, preguntad a Dios por mí"!.

En Niederaltaich, la fiesta de San Gotardo, permitió que la vida monástica, floreciera de manera excelente, durante mucho tiempo. Los monjes no sólo llevaban una vida estricta y sagrada para ellos mismos, sino que conducían por el camino de la santificación, a todos los que se dirigían a ellos, con confianza.

Desde la abadía de Waltgerus, una virgen llamada Salomé acudió a los monjes de este monasterio, para dejarse guiar por ellos, en el camino de la perfección cristiana.

Salomé, pariente cercana del rey, decidió ofrecer su amor a Dios, abandonando la corte real. Su belleza, era reflejo de las hermosas virtudes que adornaban su alma.

Dos dedicadas y fieles criadas, al notar un enorme cambio en la dama, y queriendo saber los motivos de su alejamiento, la interrogaron. Salomé, con sus santos argumentos, acabó despertando en ellas, el mismo deseo de pertenecer sólo a Dios, y de distanciarse del mundo. De mutuo acuerdo, y sin despedirse de nadie, emprendieron un viaje a Tierra Santa, donde con gran devoción, visitaron los Lugares Santos.

Salomé, que acompañó a su Divino Esposo, en el camino del dolor hasta el Monte Calvario, tuvo que recorrer un camino más, aún más doloroso para ella. En el viaje de regreso, perdió a sus fieles compañeras por causa de la muerte. Firme, sin embargo, era su intención de no regresar a la corte real de Inglaterra, y llevar una vida pobre y desconocida en el extranjero.

Con muchas dificultades llegó a Ratisbona, en Baviera (Alemania), donde quedó profundamente disgustada, a causa de algunos elogios sobre su belleza. Humillándose ante Dios, en fervientes oraciones, le pidió que le quitara las tentaciones. Esta oración fue escuchada: aquejada de una enfermedad, a los pocos días perdió la vista. Además de la ceguera, Dios le envió una enfermedad, que se parecía a la lepra, y que la atormentó durante algún tiempo.

Al alojarse en la casa de una señora piadosa, podría haberse quedado allí, si su insaciable deseo de penitencia, no le hubiera exigido constantemente, una vida más apartada.

El abad de Niederaltaich, al enterarse de la vida santa de Salomé, la invitó a acercarse al convento. Salomé fue a ocupar la celda, que el abad había construido para su uso, en el coro de la iglesia conventual.

El rey de Inglaterra, alarmado por la excesiva demora de su pariente, realizó repetidas búsquedas, para descubrir su paradero. Judit, su hija, que había enviudado, fue al lugar donde descubrieron que vivía Salomé. Ambos estaban muy felices. En el mismo monasterio, la prima también se amuralló en el atrio de la misma iglesia.

Salomé murió antes que Judit, después de soportar un tremendo sufrimiento físico. La existencia de los dos primas se sitúa a finales del siglo XI. La Orden Benedictina, celebra a las Beatas Salomé y Judit de Niederaltaich el 29 de junio.

Fuentes: www.santiebeati.it;

http://www.edenkert.hu/megeheztel-/eheto-viragok/2299/1/ket-pitypang-virag.jpg

Publicado en este blog, el 28 de junio de 2013.

Monasterio Niederaltaich (antigua cueva)
Existe un debate considerable, sobre la identidad de la Beata Salomé y Judith. Es posible que fueran primas (o Judith, la tía de Salomé) de la línea real anglosajona, que vivieron durante un período considerable como reclusas, bajo el mando del abad Walther (o Walker) en Oberaltaich-am-Donau. Se cree que sus cuerpos llegaron a Niederaltaich, con motivo de la destrucción de Oberaltaich por los húngaros.

Otro informe afirma, que las dos reclusas vivieron en Niederaltaich alrededor del siglo XI. El altar de San Gil, se encuentra en Niederaltaich, en lugar de en Oberaltaich, y Walker fue abad aquí desde 1069 hasta 1098.

Según esta versión, estando en Ratisbona, después de una peregrinación a Tierra Santa, Salomé se quedó ciega, supuestamente en respuesta a una oración, que le pedía que esta aflicción, la liberaría de los coqueteos que atraía su belleza.

Al vivir en una celda, junto a la capilla de la abadía de Niederaltaich, después de un tiempo, vino de visita su pariente Judith.

Con el permiso del abad y del cabildo, a Judith también se le asignó una celda cerca de la iglesia de Niederaltaich. Las mujeres trabajaban como sirvientas en el monasterio.

Ambas murieron, antes de finalizar el siglo XI, Salomé la primera. Una biografía que data del siglo XIII o XIV afirma, que ambos cuerpos fueron enterradas en una tumba, ante el altar de San Gil. Ambos fueron enterrados en un ataúd de piedra, y encima de su tumba estaba la inscripción: "¡Judit y Salomé, preguntad a Dios por mí"!.

Fueron veneradas como fieles servidores de Dios, y su memoria se celebra cada año el 29 de junio. Judit y Salomé fueron veneradas, en los martirologios monásticos, y en el arte, pero no tenían culto litúrgico.

Bibliografía: Bibliotheca hagiographica latin antiquae et mediae aetatis, 2 v. (Bruselas 1898–1901) 2:1081, 7465. Acta Sanctorum (París 1863—5:492-498. a. m. zimmerman, Kalendarium Benedictinum: Die Heiligen und Seligen des Benediktinerorderns und seiner Zweige (Metten 1933–38) 2:374, 376. r.

Fuente: SANTO BAVIERA

Vidas de los santos y beatos del país bávaro, para la enseñanza y edificación del pueblo cristiano - Editado por el Dr. Modestus Jocham, profesor de teología y asesor espiritual del arzobispo - Con la aprobación del venerable arzobispo de Munich - Freising, (1861)

No hay comentarios:

Publicar un comentario