domingo, 16 de junio de 2024

 16 de Junio 2024

Beato Donizetti Tavares de Lima
(1882 – 1961)

Trabajó denodadamente para la promoción de la juventud brasileña de Boa Vista.


Nació en 1882 en Cássia, Brasil, y recibió el nombre de Donizetti, siempre en homenaje al gran compositor italiano. Él, sin embargo, prefería la música de Dios y usaba su voz no para cantar, sino para rezar a Nuestra Señora de Aparecida, para que le mostrara su misión.

Donizetti escribió que María era la principal "responsable" de su llamada a la vida religiosa, y como después será fundamental, en muchas otras opciones de su vida, porque "sólo ella sabe interceder ante el Señor".

Donizetti, que toca el órgano en el seminario, combina así su pasión por la música, con su pasión por la oración: volviéndose un instrumento en las manos de la Virgen.

Ordenado sacerdote en 1908, fue a varias parroquias, antes de ser nombrado párroco en S. Antonio di Tambaú, donde permaneció hasta su muerte en 1961, y precisamente en la diócesis de S. Joao de Boa Vista, hizo construir una capilla en honor de la Virgen de Aparecida.

El P. Donizetti era un muchacho fuerte y alto, de temperamento alegre, por lo que no tuvo dificultad, en atraer a las almas más jóvenes de su parroquia, constituyéndose en un ejemplo de vida religiosa, para aquellos en quienes veía la vocación, e iniciando en el trabajo a las otras, para darles un futuro digno.

"En aquella época, no era que la sociedad ofreciera tanto; la Iglesia siempre hacía acto de suplencia, en ausencia de la organización estatal, por lo que creaba escuelas, momentos de encuentro..." (cardenal Becciu). Y él tenía una bella personalidad, su forma de ser, y sus hermosas cualidades como músico, como hombre comprometido con la esfera social: todo esto atraía a la gente, y especialmente a los jóvenes.

Él quiere cuidar de sus ovejas, tanto espiritual como físicamente, así al esparcirse la noticia, de que sus bendiciones son prodigiosas, que tienen poderes para sanar de todo mal. A mediados de los años cincuenta, miles de personas hacían cola fuera de su parroquia sólo para hablar con él, para ser acariciadas.

El Padre Donizetti tenía miedo, de lo que le estaba sucediendo, no estaba seguro de que fuera la voluntad de Dios, así que escribió a su obispo, como nos dice también el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos:

"Excelencia, antes de que lo sepa por otros, he venido a decirle que mucha gente viene a visitarme, porque se ha corrido la voz, de que mi bendición cura, o es de consuelo en las penas. Siempre rezo a Nuestra Señora Apareçida. Soy consciente de que esta es una misión, que usted me ha confiado, ayudar a los necesitados. ¿Qué debo hacer? - es la carta del sacerdote. El obispo le dio una respuesta alentadora y serena: `Querido Padre, continúe dando su bendición, la que es de la Iglesia. No es un acto de magia, ni una invención suya. Dispense las gracias de Nuestra Señora. Vaya tranquilo".

Siempre en movimiento, el Padre Donizetti se hace inspirar por el Espíritu Santo, pero también por la Rerum Novarum, la primera encíclica sobre la doctrina social de la Iglesia, que León XIII había promulgado unos años antes. Estamos en un Brasil, que ha abolido recientemente la esclavitud, pero en el que hay una ausencia total, de protección de los derechos humanos, por no hablar de aquellos de los trabajadores.

El Padre Donizetti se convierte en precursor: compra tierras y casas, para los que no tienen nada, construye un hospicio para los ancianos pobres, un jardín de infancia para los niños, un centro de alimentación para los necesitados; crea una asociación para la protección de la maternidad y la infancia, y un club para los empleados de las fábricas; más tarde un equipo de fútbol, una banda de música.

Obviamente, también crea cierto descontento en los poderosos, como atestigua el cardenal: "No sólo mal humor, sino contrastes, incluso la persecución, por parte de aquellos que se ven amenazados, en su tranquila y cotidiana vida; pero sobre todo en la preservación del poder económico, a menudo construido sobre la explotación de los trabajadores. Un sacerdote si se comporta como tal, será un signo de contradicción, como lo fue Jesús. Jesús dijo: "Ay de vosotros, si la gente hablará siempre bien de vosotros, no seréis mis discípulos". Si no provocamos, si no creamos estos momentos, incluso de persecución, de persecución moral, de calumnia hacia nosotros, se ve que no hemos estado exactamente en línea con Jesucristo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario