15 de Junio 2024
San Lotario de Séez
Obispo
(756)
En
Séez, lugar de Neustria, San Lotario, obispo, que habiendo concluido
sus funciones, se afirma que esperó su final, viviendo como
ermitaño.
San Lotario es llamado Loyer, en francés, y da su
nombre a una población, Saint-Loyer des Champs, que nació y creció
precisamente, en torno al lugar donde el santo vivió, una parte
significativa de su vida.
Segun las tradiciones de la
diócesis de Sées (antiguamente Séez), Lotario nació de una
familia noble, y sirvió un tiempo en la corte. Se casó con Tarenta,
hija de Astolfo, rey de los lombardos. A la muerte de su mujer, toma
conciencia de la fugacidad de la vida, y decide abandonarlo todo, e
ir a vivir en la soledad y el olvido de sí, y del mundo. Es allí,
cuando se interna como ermitaño en los bosques, donde luego nació
el pueblo que lleva su nombre.
Pero la santidad de su vida no
quedó oculta, y su lugar de oración, fue pronto atracción de
peregrinos del lugar, que venían a pedir un consejo, un milagro, o
una ayuda espiritual. A la muerte del obispo de Séez, Aunoberto,
Lotario fue elegido como sexto o séptimo obispo de la sede. Esto
tuvo que haber ocurrido entre el 689, en el que aun tenemos la firma
de su predecesor, en el Concilio de Rouen, y el 511, donde tenemos la
firma de Lotario en el Concilio de Orleans.
Su figura de
obispo, aparece evocada en la vida del abad Ebremundo, de Fontanelle,
al cual Lotario brindó unas fastuosas exequias, y nombró, contando
con el parecer de los monjes, a Evroult en su lugar.
Después
de un largo episcopado, quizás hacia el 740, concluye su ministerio,
aunque no queda claro, si fue él mismo quien renunció, o fue
depuesto por causas que ignoramos. Lo cierto es que retomó su vida
eremítica hasta su muerte, ocurrida el 15 de junio del 756.
Fue
inhumado en el oratorio donde estaba su ermita, y su tumba fue
enriquecida por Dios con milagros, por lo que se convirtió
inmediatamente, en meta de peregrinación.
Siglos más tarde,
con las invasiones normandas, la mayor parte de las reliquias fueron
traladadas a Colonia, sin embargo, una pequeña parte quedó en el
lugar, y fueron encontradas siglos después, en 1675, cuando fueron
autenticadas en la parroquia de Saint-Loyer por el obispo de Sées.
Para evitar la profanación de la Revolución Francesa, el
precioso relicario, pasó a manos de una familia de la parroquia, y
fueron nuevamente expuestas en 1864. Se conservan hasta hoy,
divididas en distintas parroquias del obispado.
Duchesne, Fastes Episcopaux II, pág 230ss; Guerin, Petits
Bolandistes, VII, pág 61-62, y suplemento (pág. 660) en el que
narra la historia detalladísima de las reliquias, con documentación
local. Naturalmente, todos estos datos, dependen de la identidad
entre San Lotario y San Loyer, lo que de ninguna manera se puede dar
por probado. El texto con la vida de Ebremundo, donde se menciona a
Lotario, está en Acta Sanctorum, junio II, pág. 282ss.
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