17 de Junio 2024
Beato Felipe Papon
Presbítero y mártir
(1744
- 1794)
En
el litoral de Francia, en una nave anclada frente al puerto de
Rochefort, beato Felipe Papon, presbítero de Autun y mártir, que
siendo párroco durante la Revolución Francesa, fue encarcelado por
su condición de sacerdote, y después de haber dado la absolución a
otro cautivo moribundo, también expiró él.
Felipe Papon
nació en Saint-Pourcam, en el Allier, el 5 de octubre de 1744, hijo
de un boticario. Parece que hizo sus estudios en Moulins, y consta
que ya en 1763 había recibido la tonsura. Se ordena sacerdote en
1768, y tiene como destino ser vicario en la parroquia de Contigny, a
donde llega en junio de 1769.
En 1772, a la muerte del párroco
de Contigny, es designado para sucederle, y en los años siguientes,
cumple con regularidad y honestidad sus funciones, como pastor de
esta comunidad cristiana. En 1790 era, además de párroco, alcalde
de la población, y se ve en la difícil circunstancia, de tener que
prestar el juramento de aceptación de la constitución civil del
clero.
Lo prestó el 30 de enero de 1791, pero con
restricción, lo que le desagradó al directorio del distrito, por lo
que hubo de repetir el juramento el día 27 de febrero siguiente,
igualmente con una restricción, pero esta vez el directorio no dijo
nada, y por ello su nombre apareció en la lista de sacerdotes
juramentados, del día 2 de marzo.
A partir de este momento,
él estuvo dividido entre su deseo de permanecer fiel a la Iglesia,
por un lado, y su deseo de no ser alejado de sus feligreses, por
otro. El 8 de mayo, expuso esta perplejidad a los feligreses, y su
sermón causó un gran revuelo, que provocó una investigación
abierta por el Directorio. Se llevó a cabo el día 19 de mayo, y al
siguiente día, se decretó que estaba cesante de su cargo de
párroco, llegando un sustituto el día 22. Con lágrimas en los
ojos, hubo de dejar su parroquia, pero prometió que la Pascua del
año siguiente, la celebraría con sus fieles.
Se quedó en el
pueblo, lo que no podía menos que resultar peligroso. Le escribió
al legítimo obispo de Clermont, mons. De Bonnal, explicándole el
sentido de su juramento (20 de enero de 1793).
Le mandan en
febrero, una carta pastoral sobre la Cuaresma, y él no duda en
repartirla entre sus cercanos. Como era de esperar, el 16 de marzo,
el directorio de Moulins toma una determinación contra él, y el
directorio del departamento la confirma.
El 12 de abril
comparece ante el juez Pélassy, del tribunal de Moulins, y como
resultado del interrogatorio, se le dice que sus juramentos con
restricciones, no pueden ser aceptados, y se le declara no
juramentado o renuente.
El 17 de mayo, comparece ante el
tribunal de lo criminal del Allier, y se le imputa haber perturbado
el orden público, con propósitos fanáticos y sediciosos, al haber
distribuido una publicación de estas características. El juez lo
condena a una corrección, y a un año de arresto. En carta a las
autoridades, afirmó que él deseaba ser fiel tanto a la patria como
a la Iglesia, pero que le ponían en condiciones muy difíciles de
compatibilizar ambos amores.
Como igualmente se niega al
juramento de libertad-igualdad, es condenado a la deportación, y se
le envía a Rochefort, constando que estaba ya a bordo del Borée, el
día 13 de abril de 1794, de donde pasa al Deux Associés.
Aquí
enferma prontamente, y muere el 17 de junio de aquel año, siendo
enterrado en la isla de Aix. Había logrado llevar consigo hostias
consagradas, que fueron de gran consuelo entre los detenidos. Cuando
se vio muy enfermo, se las dio a los sacerdotes que hacían de
enfermeros. Pudo así, pese a las pesquisas que se hicieron, para
quitarles a los sacerdotes todo objeto religioso, conservar tan gran
tesoro, y poder recibir al Señor antes de morir, y lo había dado
con gran celo a otros moribundos. Fue beatificado por SS. Juan Pablo
II el 1 de octubre de 1995.
Fuente: «Año Cristiano» - AAVV,
BAC, 2003
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