10 de Junio 2024
Beato Eustaquio Kugler
Religioso de la
Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.
(1867 –
1946)
"Una
realidad existencial profunda en la comunidad, con una vida de fe y
espiritualidad, y una vida de entrega a los enfermos"
"Podemos
decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de
las bombas"
En
Regensburg, Alemania, beato Eustaquio Kugler, religioso de la Orden
de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.
El hermano
Kugler, ingresó a los 26 años, a la orden de San Juan de Dios,
luego de haber entrado en contacto con esta comunidad, durante la
construcción de un hospital en Reichenbach (Alemania).
Durante
casi toda su vida religiosa, fue prior de diversas comunidades, y de
su Provincia religiosa, cargo al que era reelegido, por voluntad de
los propios miembros de la Orden.
Tenía un gran sentido de
la justicia, y un talento para la organización. Bajo su mando,
estaban 16 hospitales, con 2.500 personas asistidas. En 1929 se
inauguró un magno hospital (masculino y femenino) con su iglesia en
Regensburg (Ratisbona), en honor a San Pío V.
Se preocupó de
que se atendiera principalmente a los pobres. Escribió los
criterios, para acompañar a los enfermos en los hospitales, que se
rigen en la actualidad. Aún con esta responsabilidad, pasaba las
noches caminando por los pasillos del hospital, velando por las
necesidades -aun de las más pequeñas- de los enfermos.
Para
el postulador de su beatificación, el hermano Félix Lizaso, Kugler
vivió su llamado en medio de dos importantes pilares: "Una
realidad existencial profunda en la comunidad, con una vida de fe y
espiritualidad, y una vida de entrega a los enfermos".
Como
muchas otras órdenes religiosas, y la misma Iglesia, los hermanos de
San Juan de Dios eran acechados por los nazis. También lo eran los
mismos enfermos que ellos atendían. Muchos fueron deportados ya que
los nazis los consideraban un tumor para la sociedad, pero el hermano
Kugler puso todo su empeño, por salvarlos de la cámara de gas.
El
17 de agosto de 1943, hubo un gran bombardeo sobre Regensburg. Los
alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de
salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo,
que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un
pastor evangélico.
Sufrió mucho por la devastación nazi.
Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su
impresión, que durante uno de estos cayó desmayado. "Además
de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran
silencio en su comunidad, sobre los interrogatorios y trato recibido.
Ni se quejó ni insultó a los policías", testimonia Lizaso.
Hubo hermanos que abandonaron la Orden, deslumbrados por la
ideología; esto golpeó profundamente a Eustaquio, pero guardando la
calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no
crecerán hasta el cielo".
"No era una persona
de estudios teológicos formales, pero sí de una espiritualidad
ascética profunda, una innegable vivencia mística por su vida
interior, y profundidad de fe, que acompañaba a sus actos, en
auténtica respuesta de amor a Dios", asegura su postulador.
El hermano Kugler murió en 1946, de un tumor en el estómago.
Han pasado más de 60 años después de su tránsito. Hoy sus
hermanos, así como miles de fieles en Regensburg, admiran de él su
sencillez, su sabiduría y su espíritu de servicio.
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