martes, 11 de junio de 2024

 11 de Junio 2024

Beata Hildegarda Burjan
Fundadora de Caritas Socialis
(1883 - 1933)

«El trabajo social significa superar, las divisiones que surgen en la sociedad, con amor cristiano, y con corazón compasivo, intentar tender puentes»,

En Viena, Austria, beata Hildegarda Burjan, laica que, convertida del judaísmo a la fe de Cristo, desarrolló una amplia labor social, y fundó la Congregación de Hermanas de la Caridad Social.

Hildegarda Burjan nació en 1883 en Görlitz (Alemania), en una familia judía secularizada. Joven inquieta, sus estudios despertaron en ella, la pregunta acerca de Dios, pero su búsqueda, aunque apasionada, se limitaba al plano intelectual.

En 1907, poco después de casarse, con un joven también de origen judío, Hildegarda sufrió una grave enfermedad. Su curación, cuando ya los médicos la habían desahuciado, precipitó la conversión. Al poco tiempo, a punto estuvo de morir, por complicaciones en el embarazo, pero se negó a abortar. Su salud quedó debilitada, al revés que su espíritu, forjado en la prueba. Y decidió entregarse a Dios en el servicio a los demás.

Eran tiempos marcados por la encíclica social Rerum Novarum, de León XIII, y Hidelgarda se volcó en el trabajo, con las trabajadoras a domicilio, sometidas a jornadas de 15 horas diarias, con salarios de miseria.

En 1912, fundó la Asociación de trabajadoras cristianas a domicilio. Agrupadas a modo de cooperativa, las mujeres conseguían mejores condiciones laborales, formación y protección, en caso de embarazo o enfermedad. Pero sobre todo, crecían en autoestima: «Con dinero y pequeñeces, no se ayuda a una persona -explicó-. Se le debe volver a poner en pie, y darle la convicción de ser alguien, y poder hacer un servicio a los demás».

Tras la guerra, se dejó seducir por el Partido Socialcristiano, antecesor del actual Partido Popular de Austria. En el Parlamento, promovió medidas de protección para madres y lactantes; impulsó la educación femenina, y combatió la discriminación de la mujer. Gracias a sus planteamientos no ideologizados, supo forjar consensos. «El trabajo social significa superar, las divisiones que surgen en la sociedad, con amor cristiano, y con corazón compasivo, intentar tender puentes», decía.

En 1920, apenas dos años después, Hildegarda puso fin a su carrera política. La excusa fue su mala salud, pero el problema real era el antisemitismo, cada vez más extendido, incluso dentro de su propio partido. Si calló sobre esto, fue para no dañar a amigos, especialmente a su mentor político, el sacerdote Ignaz Seipel, Canciller de la República entre 1922 y 1924, y 1926-1929.

Pudo ahora centrarse en su gran proyecto: la fundación de una orden religiosa femenina, volcada en el mundo de la exclusión social: Caritas socialis. «¿Es posible ser a la vez Marta y María?. Seguro que sí, y éste es el gran ideal que queremos lograr», afirmó. «No perder de vista la presencia de Dios, a causa de ninguna actividad con los hombres: ese debe ser nuestro objetivo».

Las Hermanas de la Caridad Social, se dedicaron a ayudar a prostitutas, mujeres sin techo. En 1924, pusieron en funcionamiento, un albergue para madres solteras, obra pionera, muy criticada por quienes pensaron, que así se promovía la inmoralidad.

Burjan murió en 1933, con apenas 50 años. Su proceso de beatificación, se inició en 1963. En 2011, se aprobó un milagro, atribuido a su intercesión: una mujer, estéril tras varias operaciones, tuvo tres hijos, después de encomendarse a ella.

El domingo 29 de enero de 2012, fue beatificada en la catedral de San Esteban, de Viena. «Se puede ser santo y político», ha destacado el cardenal Schönborn; pero el arzobispo de Viena extrae de la beata otra lección no menos importante: «No necesitamos teorías, sino testigos».

"Espiritualidad crística"
, sin que mencione allí mismo la fuente. Una relato más detallado de su vida, puede leerse en el folleto en línea, que en distintos idiomas, incluido el español, pone en línea la congregación Caritas Socialis.

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