8 De Mayo de 2024
San Amato Ronconi
(1226 – 1292)
Eremita
y Fundador
En
el siglo que vio surgir y afirmarse, el nuevo astro de la
espiritualidad cristiana, San Francisco de Asís, y todo el vasto
movimiento de renovación en la pobreza, en la Italia central, antes
y junto a otras regiones, surgieron otras figuras ejemplares de
caridad, que a su paso donaron su juventud y sus bienes, al nuevo
ideal que sacudía las raíces de la Iglesia del siglo XIII.
Y
una de esas figuras, fue la de San Amato Ronconi, que nació de una
rica familia de Saludecio (en la nomenclatura medieval S. Lauditius),
en la diócesis de Rímini.
Quedó huérfano de ambos padres,
y fue acogido por su hermano mayor Jerónimo, pero llegado a la
juventud, se ganó el odio de su cuñada, por haber rechazado un
matrimonio, que ella ya había pactado para él.
Decidió
entonces abandonar la casa familiar, y afincado en el Monte Orciale,
se dio a la construcción de un hospedaje, dedicado a la Natividad de
María Virgen, para dar un lecho a pobres y peregrinos.
Para
sostener esta laudable obra, y las necesidades económicas anejas,
Amato donó en secreto, el producto de sus tierras, y el fruto de su
trabajo de agricultor, que recibía trabajando para otros.
Llevó
una vida de penitencia, cada día se flagelaba, al uso de la época,
y comía algunas verduras. Bien pronto, fue considerado por el pueblo
como un loco, pero especialmente por la cuñada, más enfurecida aún,
porque veía esfumarse la propiedad, que podría haber sido suya y de
su marido, y por ello no dudó, en acusarlo de incesto ante las
autoridades [N.ETF: es decir, posiblemente de haberla forzado a ella
a tener relaciones, lo que en la legislación de la época, aunque el
parentesco era político, constituia incesto].
Según la
«Vita» escrita en 1518, por el humanista Sebastián Serico, quien a
falta de documentación, acudió a las tradiciones orales, el Señor
demostró al inocencia de su siervo, por medio de varios
milagros.
Otros detalles de su vida se obtienen de su
testamento, donde se lee que «el honesto y religioso hombre,
hermano Amato de la Tercera Orden del beato Francisco, propietario y
fundador del hispicio de Santa Maria del Monte Orciale, junto al
castillo de Saludecio, hace solemne cesión de ese hospicio, y de
todas sus propiedades, a los Benedictinos de San Julián y de San
Gregorio de Conca de Rimini, pidiendo al mismo tiempo ser enterrado,
en la capilla del mismo hospicio.»
El testamento, lleva
la fecha de 10 de enero de 1292, y es el único documento que
atestigua, el siglo en el que vivió el santo, porque en un documento
fechado el 26 de mayo de 1304, el legado pontificio Card. Francisco
de San Eusebio, confirmaba esa donación, escribiendo al monje Salvo,
prior del hospicio de San Amato, y concedía indulgencia a quien
visitase el sepulcro del santo.
La capilla del hospicio, donde
según su deseo reposaba su cuerpo, quedó destruida por un incendio,
ocurrido en mayo de 1330; las reliquias fueron trasladadas a la
parroquia de San Biagio.
Su culto fue confirmado por el papa
Pío VI, con el título de beato el 17 de abril de 1776, y fue
recientemente canonizado, en noviembre de 2014, por SS Francisco. En
Saludecio, hay un templo dedicado a su memoria, y su fiesta
religiosa, ha sido establecida en el 8 de mayo.
Artículo
de Antonio Borrelli. El testamento, indica el mismo autor, fue
publicado por primera vez en el volumen «Rimini nel secolo XIII»,
editado en 1862.
Fuente: Santi e Beati
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