30 De Mayo de 2024
Santa Dymphna
Virgen y mártir
(650)
Fue
la hija de un rey pagano de Irlanda y su esposa cristiana del siglo
VII. Fue asesinada por su padre.
En
Gehele, de Brabante, en Bélgica, Santa Dimpna, virgen y
mártir.
Antes de la última reforma del Martirologio Romano,
se celebraban juntos a Santa Dimpna y San Gereberno; en la edición
actual sólo se ha considerado inscribir a santa Dimpna, posiblemente
porque, a falta de una historia de estos santos, de ella es posible
rastrear un culto continuado, al menos desde el redescubrimiento de
sus reliquias.
Dado que destrozaríamos la redacción del
Butler, tratando de separar las dos leyendas, las presentamos tal
como es en el original, aclarando que San Gereberno ya no tiene
inscripción.
En el pueblecito de Gheel, a cuarenta kilómetros
de Amberes, se venera mucho a Santa Dimpna y San Gereberno, cuyos
cuerpos fueron descubiertos, o redescubiertos, en el siglo XIII, en
sendos sarcófagos antiguos de mármol.
La devoción de Santa
Dimpna se hizo muy popular, a causa de las múltiples curaciones que,
según se cuenta, obraron sus reliquias entre los epilépticos y
lunáticos, que visitaban su santuario.
Desde entonces, se ha
considerado a la santa como patrona de los enfermos mentales, y los
habitantes de Gheel, se distinguen por la generosidad, con que han
contribuido a la fundación de manicomios y clínicas psiquiátricas.
En el siglo XIII, se construyó en Gheel, una enfermería
para los lunáticos, que iban a visitar el santuario, y actualmente
existe ahí un sanatorio psiquiátrico de primer orden, en el que se
permite a la mayoría de los enfermos, trabajar en las granjas de los
alrededores, y compartir la vida de familia de los campesinos. Los
restos de Santa Dimpna, descansan en un relicario de plata, en la
iglesia de su nombre. También se halla ahí la cabeza de San
Gereberno, el resto de cuyas reliquias, se halla en Sonsbeck de la
diócesis de Münster.
Probablemente se ha perdido la
verdadera historia de estos dos santos; pero la imaginación popular,
se encargó de atribuirles, desde la época del descubrimiento de sus
reliquias, una leyenda que forma parte del folklore de varios países
europeos.
Resumámosla brevemente: Dimpna era hija de un
monarca pagano de Irlanda, Inglaterra o Armórica, y de una princesa
cristiana que había muerto muy joven, pero no sin dejar a su hija ya
bautizada, e instruida en la fe.
Con los años, Dimpna se
asemejó cada vez más a su madre, a quien el monarca había amado
con adoración, y en el corazón del rey, nació una pasión criminal
por su propia hija.
Por consejo de su confesor, San
Gereberno, Dimpna huyó de su casa, y se embarcó rumbo a Amberes,
acompañada por el propio San Gereberno, y por el bufón de la corte
y su esposa. De Amberes se dirigieron hacia el sudeste; a través de
los bosques, llegaron a un pequeño oratorio consagrado a San Martín,
que se levantaba en el sitio donde actualmente se halla Gheel.
Entre tanto, el padre de la santa, había emprendido la
persecución de su hija; sus espías desembarcaron en Amberes, y
descubrieron el sitio en que Dimpna se había refugiado, gracias a
las monedas extranjeras, con que los fugitivos habían pagado sus
gastos durante el camino.
El rey se presentó de improviso,
en el sitio en que se hallaba su hija, e intentó ganársela con
halagos; pero como Dimpna, aconsejada por San Gereberno, se negase a
volver con su padre, el rey ordenó a sus criados, que diesen muerte
ahí mismo a los dos rebeldes. Los criados asesinaron al punto a San
Gereberno; pero como vacilaban en atacar a la princesa, el
desnaturalizado padre la degolló por su propia mano. Los cadáveres
fueron abandonados; pero los ángeles, o los hombres, se encargaron
de darles sepultura allí mismo.
Delehaye, Légendes
Hagiographiques (trad. ingl., pp. 9, 105, 157) considera esta leyenda
como un ejemplo típico de las infiltraciones del folklore en la
hagiografía. El texto de la leyenda puede verse en Acta Sanctorum,
mayo, vol. III. Un dato interesante, es que en Gheel se hace pasar a
los lunáticos, bajo un arco construido exactamente debajo de las
reliquias de la santa. En muchos otros sitios de peregrinación, por
ejemplo en Jerusalén, una de las condiciones necesarias para obtener
la curación, consiste en pasar a través de un pasaje estrecho. La
fiesta de santa Dimpna se celebra también en Irlanda.
Fuente:
«Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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