3 de Julio de 2024
San Anatolio de Constantinopla
(458)
En
Constantinopla, San Anatolio, obispo, que profesó la fe ortodoxa,
sobre las dos naturalezas de Cristo, expresada por el papa San León,
en el tomus que envió a Flaviano, y cuyo contenido, se preocupó de
hacer llegar al concilio de Calcedonia.
San Flaviano murió, a
causa de los malos tratos que había recibido, en la asamblea
conciliar de Éfeso. Anatolio, que fue elegido para sucederle, en la
sede de Constantinopla, fue consagrado por el monofisita Dióscoro de
Alejandría.
San Anatolio, que era originario de Alejandría,
se había distinguido en el Concilio de Éfeso, como adversario del
nestorianismo.
Poco después de su consagración episcopal,
San Anatolio reunió en Constantinopla un sínodo, en el que ratificó
solemnemente, la carta dogmática (el «Tomo») que el papa
San León Magno, había enviado a San Flaviano, mandando a cada uno
de sus metropolitanos, una copia de dicha carta, así como una
condenación de Nestorio y Eutiques, para que las firmasen.
Inmediatamente después, lo comunicó así al Papa, protestó
de su ortodoxia, y le pidió que le confirmase, como legítimo
sucesor de Flaviano. San León aceptó, pero no sin hacer notar
expresamente, que lo hacía «más bien por misericordia que por
justicia», dado que Anatolio había admitido la consagración
episcopal, de manos del hereje Dióscoro.
Al año siguiente,
en el gran Concilio de Calcedonia (IV Ecuménico), que definió la
doctrina católica, contra el monofisismo y el nestorianismo, y
reconoció en términos precisos la autoridad de la Santa Sede, San
Anatolio desempeñó un papel de primera importancia; ocupó el
primer sitio, después de los legados pontificios, y secundó sus
esfuerzos en favor de la fe católica.
Es una lástima, que
en la décima quinta sesión, a la que no asistieron los legados
pontificios, el santo se haya unido con los prelados orientales, para
declarar que la sede de Constantinopla, sólo cedía en importancia a
la de Roma, haciendo caso omiso de los derechos históricos, de las
sedes de Alejandría y Antioquía, las cuales, según la tradición
habían sido fundadas por los Apóstoles.
San León se negó
a aceptar ese canon, y escribió a Anatolio que «un católico, y
sobre todo un sacerdote del Señor, no debería dejarse llevar por la
ambición ni caer en el error».
Es muy de lamentar, que
no poseamos ningún dato sobre la vida privada de Anatolio, ya que su
carrera pública, presenta ambigüedades que concuerdan mal, con su
fama de santidad. Baronio reprochaba a Anatolio, la forma en que
había sido consagrado, y le acusaba de ambición, de convivencia con
los herejes, y de algunos otros errores. Pero los bolandistas, le
absuelven de tales cargos. Los católicos del rito bizantino, han
celebrado siempre su fiesta el 3 de julio. El santo murió en esa
fecha, el año 458.
Los bolandistas publicaron
una biografía griega muy encomiástica, tomada de un manuscrito de
París. Dicho documento es de poco peso; pero en la historia general
de la Iglesia, se encuentran abundantes materiales sobre San
Anatolio. Véase a Hergenrother en Photius, vol. I, pp, 66
ss.
Fuente: «Vidas de los santos de A. Butler»,
Herbert Thurston, SI
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